Saundra Crockett, durante más de una década usó una máscara en público para ocultar su rostro: era el secreto más profundo y oscuro relacionado con su marido.
«Llevo 12 años usando una máscara», dijo Crockett, de Beverly Hills, California.
Su esposo la golpeó tan severamente que contrajo una infección que le corroyó la cara, dijo.
Al ser atendida por primera vez en un hospital le dijeron: “Sabes, te quedan tres días de vida y probablemente no lo logres”, contó a CBS Los Ángeles.
Sin embargo, ella sobrevivió, pero quería ocultar la desfiguración de su rostro.
«Podían oír mi voz, así que sabían quién era yo, pero no sabían quién era por mi rostro», dijo Crockett. «Fue bastante horrible».
Más tarde Crockett conoció a una mujer llamada Deborah Alessi, fundadora de una organización sin fines de lucro llamada Face Forward, que en siete años proporcionó cirugía facial reconstructiva a cientos de personas de todo el mundo que sufrieron abusos físicos. «Ellos se miran en el espejo y recuerdan que ese hombre o esa mujer o esa madre le hicieron esto», dijo.
Crockett era una de esas personas que fueron ayudadas por el grupo.
«Esto es mil veces mejor de lo que me veía cuando me pasó por primera vez. No creo que pueda describir lo horrible que fue», dijo Crockett.
La organización sin fines de lucro dijo que las pacientes tienen que firmar un formulario donde se comprometen a ser defensores contra la violencia doméstica.
¿Qué fue lo que le ocurrió?
Según el grupo, ella estaba «en una relación con un adicto», y una vez lo encontró con otra mujer. Como resultado, dijo ella, él se enfureció antes de golpearla. Después de eso, la dejaron sola, inconsciente, y desarrolló una fascitis necrosante debido a sus lesiones.
La rara bacteria que la atacó hizo que su cara se hinchara. Crockett tuvo que someterse a 28 cirugías antes de que se la quitaran de su cara.
«Sin embargo, perdió toda la piel, el músculo y la sensación en el lado derecho de la cara junto con parte del cuello. Pasaron años antes de que Saundra se sintiera lo suficientemente cómoda con su cuerpo como para vivir sin una máscara permanente colocada en su cara. Saundra encontró a Face Forward para ayudarla con su proceso de reconstructivo, y hoy confía en sí misma y en su apariencia», escribió Face Forward. «Después de regresar a la escuela y graduarse, comenzó a trabajar, y encontró un empleo increíble. También es defensora de Face Forward como miembro de la Junta de Defensa del Paciente y en la lucha contra la violencia doméstica».
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