Un grupo de mujeres que viajaba en un reciente vuelo de Qatar Airways recibió un trato «sumamente inapropiado» después de que se descubriera un bebé abandonado en el Aeropuerto Internacional de Hamad, según el Gobierno australiano.
La afiliada de la CNN Seven News informó de que las mujeres del aeropuerto, entre ellas 13 australianas, fueron «presuntamente sacadas de los aviones, detenidas y obligadas a someterse a una inspección en una ambulancia en la pista».
«Los informes indican que el tratamiento a las mujeres afectadas fue ofensivo, sumamente inapropiado y fuera de las circunstancias en las que las mujeres podían dar su consentimiento libre e informado», dijo a CNN un portavoz del ejecutivo australiano.
El vuelo QR 908 de Qatar Airways con destino a Sídney aterrizó en Doha, Qatar, el 2 de octubre, según informó la filial de CNN Nine News.
El Aeropuerto Internacional de Hamad confirmó que un bebé recién nacido abandonado fue encontrado en el aeropuerto el 2 de octubre, añadiendo que los profesionales médicos estaban preocupados «por la salud y el bienestar de una madre que acababa de dar a luz y pidieron que se la localizara antes de salir [del aeropuerto]».
«Se pidió a las personas que tenían acceso al área específica del aeropuerto donde se encontró al recién nacido que ayudaran con la consulta», dijo el aeropuerto en una declaración a la CNN.
Las autoridades del aeropuerto siguen buscando a la madre, pero el recién nacido está «a salvo bajo el cuidado profesional de los trabajadores médicos y sociales».
Wolfgang Babeck, un pasajero del avión, dijo a CNN que había «una atmósfera muy tensa» en el vuelo cuando las mujeres regresaron de la pista.
«Una mujer estaba llorando», dijo. «Las otras estaban conmocionadas, nadie podía creer lo que había pasado. Era un asunto tan privado y delicado. Uno no quiere compartir eso con la gente».
Dijo que las mujeres habían dejado el avión «de buena fe, confiando en las instrucciones de la tripulación».
En su discurso del lunes, la ministra de Asuntos Exteriores australiana Marisa Payne dijo que «no es algo de lo que haya oído hablar que ocurriera en mi vida en ningún contexto».
«Esto es un conjunto de eventos muy, muy inquietante, ofensivo… Hemos dejado muy claro nuestro punto de vista a las autoridades de Catar en este asunto», dijo en una conferencia de prensa en Canberra.
Payne añadió que se ha presentado un informe a la Policía Federal Australiana (AFP)
En una respuesta a la CNN, la AFP dijo que estaba al tanto del asunto y que estaba en contacto con el Departamento de Asuntos Exteriores y Comercio.
«No sería apropiado comentar más», dijo el portavoz de la AFP.
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