Con San Francisco asolada por unos niveles de delincuencia y drogadicción sin precedentes, el gobernador de California, Gavin Newsom, anunció el 29 de junio que el estado reforzará sus esfuerzos previos para hacer frente a la crisis del fentanilo en la ciudad, con la promesa de duplicar el número de agentes de la Patrulla de Carreteras de California dedicados a tomar medidas enérgicas contra el problema en una operación conjunta con la Guardia Nacional de California, anunciada por primera vez en mayo.
«Hoy autorizo un aumento del 100% del personal para reforzar el impacto de esta operación de eficacia probada, así como la autorización de refuerzos específicos para reprimir la delincuencia en la ciudad», declaró Newsom en el comunicado de prensa. «Trabajando junto a nuestros socios locales, estatales y federales, nos comprometemos a limpiar las calles de San Francisco».
Hasta ahora, la operación ha incautado más de 8.1 kilos de fentanilo, al parecer suficiente para matar a más de 4 millones de personas, según el comunicado de prensa.
«Los recientes resultados de la CHP en San Francisco son nada menos que extraordinarios: en sólo seis semanas, los esforzados agentes de la agencia han incautado suficiente fentanilo para matar potencialmente a la ciudad casi tres veces, múltiples armas de fuego y bienes robados», declaró Newsom en el comunicado.
Además de ayudar a los agentes de las patrullas municipales, la operación incluye un equipo de analistas centrados en cartografiar los sindicatos del crimen y proporcionar métricas avanzadas para ayudar en las investigaciones.
Plagado de problemas de falta de personal agravados por el aumento de la actividad delictiva, el Departamento de Policía de San Francisco está al parecer desbordado, con algunos agentes desanimados debido a las políticas de captura y liberación de la ciudad.
El jefe de policía Bill Scott agradeció el apoyo del estado, reconociendo la gravedad del problema en el anuncio conjunto.
«Nuestros residentes, propietarios de negocios y visitantes de nuestra ciudad merecen sentirse seguros, y estamos avanzando en la desarticulación de los mercados de drogas que causan tanta miseria en nuestras calles», declaró. «Trabajando en colaboración con la CHP, hemos incautado una cantidad sin precedentes de fentanilo y otros narcóticos mortales en las últimas semanas, y estoy deseando aprovechar nuestro éxito».
Las calles del centro de San Francisco ofrecen el impacto más visible de la crisis del fentanilo, con un omnipresente consumo de drogas en lo que algunos describen como condiciones deplorables, ya que los campamentos de personas sin hogar y la vagancia se extienden por el distrito de Tenderloin —situado en el centro, junto a Union Square— y las zonas circundantes.
Los portavoces del Departamento de Bomberos de San Francisco informaron al recién creado Comité Selecto sobre Fentanilo, Adicción a los Opiáceos y Prevención de Sobredosis de la Asamblea de California, durante su primera reunión en mayo, sobre el hecho de tener que responder a múltiples llamadas de emergencia por sobredosis cada día, con un promedio de dos muertes en las calles cada 24 horas.
«Ya ni siquiera traigo a mi familia a la ciudad, y antes nos encantaba venir a comer e ir de compras, simplemente disfrutar de la zona», dijo a The Epoch Times Jesse Garcia, electricista que vive en la Bahía Este y trabaja en San Francisco. «No quiero que mis hijos pequeños vean a la gente de aquí con aspecto de zombis. Es desagradable y no es seguro para las familias».
La alcaldesa London Breed, que se enfrenta a varios dilemas derivados de la falta de seguridad que percibe el público en la ciudad, derivada de la falta de vivienda, el consumo de drogas al aire libre y los elevados niveles de robo —incluidas las tiendas que huyen del centro de la ciudad y los niveles récord de desocupación de oficinas que afectan a la economía— expresó su agradecimiento por la ayuda del estado.
«En las últimas semanas, hemos recibido a la Patrulla de Carreteras de California y a la Guardia Nacional trabajando en colaboración con nuestros organismos locales para desarticular el tráfico de drogas y los mercados de estupefacientes que perjudican a nuestros barrios», declaró Breed en el comunicado de prensa conjunto. «Para tener éxito a largo plazo, necesitamos mantener y ampliar este trabajo a nivel local, estatal y federal».
Los tribunales federales han demostrado ser más eficaces que los estatales y locales a la hora de condenar a distribuidores y a algunos traficantes relacionados con la muerte de personas, según los expedientes judiciales de este año, imponiendo penas de varios años en numerosas ocasiones.
Aparentemente hartos de la falta de acción de los dirigentes, los votantes destituyeron a Chesa Boudin —exfiscal de distrito progresista de la ciudad— en 2022 por un amplio margen.
Mientras tanto, varias fiscalías de distrito de todo el estado afirman sentirse obstaculizadas por lo que dicen que son opciones limitadas para procesar a quienes son sorprendidos con menos de un kilogramo de la droga.
La resistencia de la Asamblea Legislativa a considerar propuestas relacionadas con la mejora de las penas por fentanilo es una cuestión con la que los legisladores de ambos lados del pasillo se han mostrado contrarios, ya que a principios de este año se denegaron múltiples iniciativas bipartidistas para reforzar las listas de acusación.
Una medida que todavía se está estudiando, el Proyecto de Ley de la Asamblea 701 —un proyecto de ley bipartidista presentado por el asambleísta Freddie Rodriguez (D-Pomona) que aumenta las penas por posesión de al menos un kilogramo de fentanilo— fue aprobado por el Comité de Seguridad Pública del Senado el 27 de junio, pero los miembros se reservaron el derecho a oponerse a la legislación en el pleno, ya que algunos dijeron que creen que aumentar las penas de prisión no mejorará la epidemia de sobredosis.
Lo que complica las cosas son los métodos baratos y fáciles de fabricación del fentanilo que las organizaciones delictivas han dominado y la letalidad de la sustancia, con 2 miligramos —sólo unos pocos granos— potencialmente mortales, según la Administración para el Control de Drogas de EE.UU., también conocida como DEA.
La droga es 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más potente que la morfina.
En 2022 se incautaron en California casi 29,000 libras de fentanilo, lo que representa una cantidad que podría matar a la mayoría de los habitantes del planeta: aproximadamente 6500 millones, según cálculos de la DEA.
Según las estadísticas más recientes del Departamento de Salud Pública de California, aproximadamente 115 personas mueren cada semana en el estado como consecuencia del opioide sintético.
Los investigadores informan que muchas víctimas son envenenadas sin saberlo, ya que la droga es inodora, insípida y a menudo se encuentra oculta en productos farmacéuticos falsificados y en drogas callejeras.
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