El gobernador de California, Gavin Newsom, ordenó el jueves un cierre por COVID-19 de tres semanas para el estado a nivel regional, con órdenes de permanecer en casa que se implementarán en las áreas más afectadas por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino).
California se dividirá en cinco regiones: Norte de California, Gran Sacramento, Área de la Bahía, Valle de San Joaquín y Sur de California. Newsom dijo que se activarán restricciones sociales y económicas más estrictas mientras las unidades de cuidados intensivos se acercan a la capacidad máxima en los hospitales de una región.
«La conclusión es que si no actuamos ahora, nuestro sistema hospitalario se verá abrumado», dijo Newsom. «Si no actuamos ahora, nuestra tasa de mortalidad seguirá aumentando».
Las últimas restricciones se implementarán después de 48 horas en cualquiera de las cinco regiones donde el espacio disponible en la UCI cae al 15 % de la capacidad o menos, explicó Newsom y describió las medidas como un «freno de emergencia» para detener la transmisión de COVID-19 en el estado.
El gobernador se dirigió al estado a través de una transmisión en vivo desde su casa en Sacramento.
Actualmente, ninguna región se ha visto afectada por la última orden del gobernador. Sin embargo, los pronósticos recientes muestran que en los próximos días, todas las regiones excepto el Área de la Bahía alcanzarán el límite, dijo Newsom.
Se espera que el Área de la Bahía siga a mediados o fines de diciembre. Cada región permanecerá bajo su orden de quedarse en casa durante al menos tres semanas una vez que se imponga la medida.
La orden contemplará el cierre de bares, cantinas, salones de uñas, peluquerías y barberías, en tanto que no se permitirán reuniones privadas.
Los restaurantes solo pueden operar para llevar y entregar, mientras que las tiendas pueden permanecer abiertas al 20 % de su capacidad.
Las escuelas pueden permanecer abiertas si han recibido una exención para la reapertura, dijo Newsom.
Todos los viajes no esenciales serían «suspendidos», dijo, y agregó que las actividades al aire libre como la playa, el senderismo y el esquí todavía están permitidas.
“Este es el momento más desafiante desde el comienzo de esta pandemia”, dijo el gobernador. “Si alguna vez hubo tiempo para dejar a un lado su duda, para dejar a un lado su escepticismo, para dejar a un lado su cinismo, para dejar a un lado su ideología, para dejar a un lado cualquier consideración excepto esta: las vidas están en juego. Se perderán vidas a menos que hagamos más de lo que nunca hemos hecho».
Las hospitalizaciones por COVID-19 en el estado más poblado de la nación han aumentado un 86 % en dos semanas, dijo Newsom. El estado documentó un récord de 18,591 casos adicionales solo el miércoles, de los cuales se estima que el 12 % terminará requiriendo tratamiento hospitalario en dos semanas.
Las últimas restricciones representarán las reglas de distanciamiento social más estrictas en cualquier lugar de Estados Unidos, y las de mayor alcance en California desde que Newsom impuso su primer bloqueo estatal en marzo.
«Hay luz al final del túnel. Estamos a unos meses de ver un progreso real”, dijo Newsom. “No anticipamos tener que hacer esto una vez más, pero todos debemos dar un paso al frente y debemos enfrentar este momento de frente y hacer todo lo posible para detener la marea, doblar la curva y hacer todo lo posible para que esa vacuna llegue a las manos de todos los californianos del estado».
Con información de Reuters.
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