Según el senador Rick Scott (R-Fla.) para hacer frente a las amplias violaciones de los derechos humanos en China y al incumplimiento por parte de Beijing de los compromisos adquiridos en los tratados, es necesario tomar medidas decisivas en los frentes económico, comercial, diplomático, legislativo y de lucha contra el espionaje.
«China ha decidido ser nuestro adversario. Y estamos en una nueva Guerra Fría que ellos comenzaron», dijo Scott al programa «China Insider» de EpochTV en la Conferencia de Acción Política Conservadora en Orlando, Florida, el 26 de febrero.
«El gobierno de la China comunista ha decidido robar nuestra tecnología, robar nuestros puestos de trabajo, encarcelar a la gente por su religión, quitar los derechos básicos a los ciudadanos de Hong Kong, militarizar el mar del Sur de China, [y] violar todos los acuerdos que tocan».
El senador pidió que se preste más atención a la actual crisis de los derechos humanos en China y a las innumerables formas de engaño y represión que practica el Partido Comunista Chino (PCCh). Hizo hincapié en la necesidad de «hablar de las atrocidades que se cometen en China», como el robo de propiedad intelectual estadounidense por parte del PCCh, la persecución de grupos religiosos, la represión en Hong Kong y la intimidación a la isla democrática de Taiwán.
Aunque muchas de estas cuestiones pueden parecer problemas geopolíticos grandes y desalentadores, Scott hizo hincapié en las acciones que los ciudadanos pueden llevar a cabo en el día a día para presionar al PCCh. Lo primero que deberían hacer los ciudadanos es boicotear los productos procedentes de China para enviar un mensaje sobre los trabajos forzados en la región de Xinjiang y otros abusos, dijo el senador.
«Ninguno de nosotros debería comprar jamás otro producto fabricado en la China comunista. Ninguno, cero, ningún producto. Deberíamos comprar productos hechos en Estados Unidos y fabricados por nuestros aliados», argumentó el senador.
«Cada vez que das dinero a una empresa china, supón que va a parar al gobierno chino, que controla toda la economía», añadió.
La segunda tarea más urgente es hacer que el PCCh rinda cuentas por sus numerosas violaciones de los acuerdos internacionales, especialmente el incumplimiento por parte del régimen de los compromisos que adquirió al entrar en la Organización Mundial del Comercio en 2001, dijo Scott.
«Miren las últimas [cifras] del acuerdo comercial. No están cumpliendo el acuerdo, y tenemos que empezar a responsabilizarlos por todas sus mentiras. Así que nuestro gobierno tiene que hacer su trabajo, y cada empresario tiene que hacer su trabajo. Pero esto empieza por no comprar ningún producto fabricado en la China comunista», continuó el senador.
Scott ha criticado duramente el incumplimiento por parte de Beijing de los compromisos asumidos en la «fase uno» del acuerdo comercial firmado en enero de 2020, concretamente la promesa de comprar al menos 200,000 millones de dólares más de productos estadounidenses en 2020-2021 que los que China importó en 2017. En diciembre, el senador envió una carta a la representante de Comercio de Estados Unidos, Katherine Tsai, en la que exigía saber cómo planeaba el gobierno de Biden abordar este incumplimiento.
Además de continuar con gran parte de la política comercial de la Administración Trump en relación con China, la Administración Biden aún no ha articulado completamente un enfoque coherente para hacer frente a los abusos comerciales de Beijing.
Parte de la estrategia del PCCh en su Guerra Fría contra Estados Unidos consiste en infiltrarse en la sociedad estadounidense, destacó el senador.
«La China comunista ha hecho todo lo posible para intentar infiltrarse en nuestro país contratando a grupos de presión y haciendo que los espías trabajen en nuestras universidades», dijo Scott.
El senador también hizo una distinción crítica entre el PCCh y el pueblo de China, al que calificó de «maravilloso». Su disputa no es con el pueblo chino, sino con un régimen que «miente, engaña y roba», subrayó Scott. Dijo que está de acuerdo con la legislación recientemente presentada que impondría sanciones directamente a los funcionarios del PCCh y a sus familias y les impediría asistir a las universidades de Estados Unidos.
«Quiero hacer todo lo posible para exponer exactamente lo que es el comunismo, lo que es el socialismo y las atrocidades que se cometen cada día», dijo. «Ninguna empresa, ningún individuo en Estados Unidos, debería hacer negocios con la China comunista».
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