No hubo tormentas tropicales o huracanes con nombre entre el 3 de julio y el 30 de agosto y es la primera vez que ocurre un fenómeno de este tipo en más de 80 años, señalaron los meteorólogos esta semana.
“Ha estado sorprendente y extrañamente tranquilo el Atlántico”, dijo esta semana Brian McNoldy, investigador de huracanes de la Universidad de Miami, en declaraciones a The Associated Press (AP), señalando que la débil tormenta tropical Colin se desvaneció el 2 de julio y no ha habido nada desde entonces.
Al revisar los mapas de previsión del Centro Nacional de Huracanes (NHC) se ve la presencia de una depresión tropical en el Océano Atlántico norte que parece dirigirse hacia el norte más al interior del océano. No hay otras depresiones, aunque hay una perturbación que tiene un 60 por ciento de posibilidades de convertirse en una tormenta con nombre en las próximas 48 horas.
“Por primera vez desde 1941, el Atlántico no ha tenido actividad de tormenta con nombre (p. ej., tormenta tropical o huracán) desde el 3 de julio hasta el 30 de agosto”, escribió en Twitter Phil Klotzbach, investigador de huracanes de la Universidad Estatal de Colorado.
Será la primera vez desde 1941 que el Atlántico pase del 3 de julio hasta fines de agosto sin una tormenta con nombre, dijo Klotzbach a la agencia AP, añadiendo que desde 1950, solo 1997 y 1961 no tuvieron tormentas con nombre en agosto y en 1961 septiembre se volvió hiperactivo, año que incluyó la mortal Carla.
A fines de la semana pasada, los modelos de previsión por computadora predijeron la formación de tres o cuatro tormentas, incluida una que se convertiría en un gran huracán con vientos de más de 110 mph, agregó Klotzbach.
“Es probable que esto termine”
Históricamente, las tormentas grandes y poderosas tienden a azotar a Estados Unidos desde fines de agosto hasta mediados de septiembre.
Por ejemplo, el huracán Harvey, una poderosa tormenta de categoría 4, azotó el área de Houston, Texas, a fines de agosto de 2017 y el huracán Katrina, la tormenta más devastadora que azotó a Estados Unidos en el siglo XXI, tocó tierra la primera vez el 29 de agosto de 2005, sobre el sureste de Louisiana y Mississippi antes de disiparse el 31 de agosto.
Pero 2022 parece ser diferente. Por primera vez en aproximadamente 25 años, no se nombró ninguna tormenta atlántica, tormenta tropical o huracán, para el mes de agosto.
Los años tranquilos pueden producir tormentas severas, señalaron algunos meteorólogos.
“Es importante recordar las lecciones del huracán Andrew, que devastó el sur de Florida y Louisiana en un año por lo demás tranquilo”, dijo el director interino del NHC, Jamie Rhome, en un correo electrónico informado por la agencia AP. Rhome se refirió a la tormenta de categoría 5 que azotó Florida a mediados de agosto de 1992. “Solo se necesita un huracán que toque tierra para que sea una mala temporada para usted y todavía tenemos muchos meses por delante en la temporada de huracanes”.
Según Matthew Rosencrans, quien lidera los pronósticos meteorológicos de huracanes de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, las señales muestran que el aire seco se está terminando y que la humedad normal estaría volviendo, lo que podría significar más tormentas, de acuerdo a declaraciones a AP. Los vientos cruzados a otras alturas, especialmente en el Caribe y el Golfo de México, también fueron un factor que redujeron la actividad de las tormentas hasta ahora, añadió Rosencrans a la agencia.
La relativamente tranquila temporada de huracanes en el Atlántico “probablemente termine pronto”, escribió este miércoles Klotzbach.
Con información de The Associated Press
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