El lunes, el presidente Joe Biden dijo que, en medio de la propagación de la variante ómicron del COVID-19 en todo el mundo, no prevé cierres ni confinamientos este invierno si «la gente se vacuna» y lleva mascarilla.
«El jueves presentaré una estrategia detallada sobre cómo vamos a luchar contra el COVID este invierno», dijo Biden durante sus declaraciones en la Casa Blanca. «No con cierres o confinamientos, sino con vacunaciones más amplias, refuerzos, test y más».
La semana pasada, la Organización Mundial de la Salud (OMS) consideró que ómicron era una variante preocupante y, en una actualización posterior el domingo, dijo que parece ser altamente infecciosa. Sin embargo, no está claro si el virus presenta síntomas de enfermedad más graves, según la OMS, ya que varios médicos de Sudáfrica e Israel declararon a los medios de comunicación que los infectados por ómicron pueden tener síntomas más leves.
No obstante, la Unión Europea, Estados Unidos y otros países aplicaron esta semana la prohibición de viajes para varios países del sur de África. La prohibición de viajar a Estados Unidos entró en vigor el lunes a las 12:01 de la mañana.
Al ser presionado por un periodista, Biden matizó su declaración diciendo que «si la gente está vacunada y usa su mascarilla, no hay necesidad de confinamiento», y añadió que los altos funcionarios federales de salud creen que las vacunas actuales pueden proporcionar al menos cierta protección contra la variante ómicron.
«Esta variante es motivo de preocupación, no de pánico», dijo, y pidió a todas las personas que reúnan los requisitos necesarios que se vacunen, que vacunen a sus hijos y que también se pongan una vacuna de refuerzo.
Durante las preguntas de otro periodista, Biden también promovió el uso de mascarillas. «Animo a todo el mundo a que se ponga una mascarilla cuando esté en espacios cerrados en una circunstancia de aglomeración como la que tenemos ahora, y a menos que esté comiendo o hablando ante un micrófono», dijo.
Aparte de las agencias del gobierno federal, la Casa Blanca tiene poco margen de maniobra a la hora de ordenar los cierres. En la fase inicial de la pandemia de COVID-19 del año pasado, el gobierno federal se basó en las recomendaciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), que algunos gobiernos estatales y municipios locales adoptaron posteriormente.
El presidente dijo el lunes que la nueva variante también llegaría a Estados Unidos «tarde o temprano», ya que se han confirmado casos en Canadá, la Unión Europea y varios otros países después de que se identificara por primera vez en Sudáfrica y Botsuana previamente este mes.
En medio del creciente pánico por la variante, que la OMS describió como con muchas mutaciones, la Dra. Sharon Alroy-Preis, jefa de los servicios de salud pública de Israel, dijo a los medios locales que las personas vacunadas que se han infectado con la variante solo enfermaron levemente.
Por su parte, el profesor Dror Mevorach, responsable del departamento de COVID-19 en el Hospital Universitario Hadassah de Ein Karem, sugirió que los temores sobre ómicron podrían ser exagerados.
«Si sigue así, podría tratarse de una enfermedad relativamente leve en comparación con la variante delta y, paradójicamente, si se impone, dará lugar a menores tasas de infección», señaló Mevorach, según el medio de comunicación Haaretz.
La OMS advirtió a sus 194 países miembros de que un aumento de las infecciones podría tener consecuencias, pero afirmó que no se ha relacionado ninguna muerte con la variante.
«Ómicron tiene un número sin precedentes de mutaciones de espícula, algunas de las cuales son preocupantes por su potencial impacto en la trayectoria de la pandemia», decía la actualización de la OMS. «El riesgo global general relacionado con la nueva variante preocupante ómicron se evalúa como muy alto».
Sin embargo, la OMS suscitó controversia al nombrar la variante ómicron, omitiendo la letra «xi» del alfabeto griego, después de que algunos especularan que el organismo sanitario de la ONU intentaba aplacar al Partido Comunista Chino y a su líder, Xi Jinping. Sin embargo, según la OMS, eligió ómicron en lugar de xi porque no quería «ofender a ningún grupo cultural, social, nacional, regional, profesional o étnico».
La OMS también explicó que omitió nombrar la variante «nu», otra letra del alfabeto griego, porque suena demasiado similar a «nuevo».
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