El ministro de Defensa australiano, Peter Dutton, ha respaldado la decisión del gobierno federal de unirse a sus aliados en un boicot diplomático a los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing 2022, afirmando que Australia quiere que el régimen chino respete los «derechos humanos básicos». Pero no todos los políticos de alto rango están de acuerdo con la medida.
«Simplemente no creo que la gente pueda hacer la vista gorda por más tiempo ante los abusos a los derechos humanos de los uigures que estamos viendo», dijo Dutton al programa Today de Nine el viernes por la mañana.
La decisión de boicot del primer ministro Scott Morrison se produjo después de que Estados Unidos anunciara que no enviaría ningún representante a Beijing para los Juegos de febrero. Canadá y Gran Bretaña se sumaron al boicot poco después de Australia.
Entre las preocupaciones expresadas por Dutton se encuentra el silenciamiento de la estrella del tenis chino Peng Shuai, que en gran medida no ha sido vista en público desde que presentó las acusaciones de abuso sexual contra el ex viceprimer ministro Zhang Gaoli, lo que ha hecho que se tome conciencia en todo el mundo de los abusos del régimen comunista.
«La gente está gravemente preocupada cuando tienes a una estrella internacional del tenis, que en 2021 puede afirmar que ha sido agredida sexualmente y violada, y vemos su cuenta en las redes sociales retirada —bajo arresto domiciliario, y puesta en escena con líneas de guión», dijo Dutton».
«Simplemente no creo que sea aceptable y creo que hacemos bien en criticarlo».
La Asociación de Tenis Femenino anunció la semana pasada que no celebraría ningún torneo en China el próximo año como consecuencia del trato a Peng.
«No veo cómo puedo pedir a nuestros atletas que compitan allí cuando a Peng Shuai no se le permite comunicarse libremente y aparentemente se le ha presionado para que contradiga su acusación de agresión sexual», dijo Steve Simon, director general de la WTA, en un comunicado del 1 de diciembre.
El primer ministro Morrison también citó los abusos de los derechos humanos del régimen chino contra los uigures en la región oriental china de Xinjiang, que implican trabajo esclavo, entre otras atrocidades
Tras el anuncio, el miembro liberal del parlamento de Australia Occidental Neil Thomson, ministro de Planificación alternativo, pidió públicamente que se investigara el contrato de 1300 millones de dólares del gobierno de Australia Occidental con la empresa francesa Alstom Global, que se abastece de la mitad de sus componentes en la empresa china KTK, que supuestamente tiene vínculos con el trabajo esclavo uigur.
El gobierno estadounidense ha señalado a KTK como una de las 11 empresas presuntamente implicadas en violaciones de los derechos humanos que incluyen «represión, detenciones arbitrarias masivas, trabajos forzados y vigilancia con alta tecnología» contra los uigures y otras minorías musulmanas en China.
La ministra de Transporte de Australia Occidental, Rita Saffioti, dijo a The Epoch Times que el gobierno de Australia Occidental confía en las garantías de Alstom de que no hay trabajo esclavo ni explotación en su cadena de suministro.
«En noviembre de 2020, Alstom Global realizó una auditoría de derechos humanos de terceros en su cadena de suministro por una empresa de auditoría externa líder en el mundo», dijo Saffioti en un correo electrónico.
«Esta auditoría independiente no identificó ningún problema de trabajo forzado que requiera un cambio de proveedor», dijo.
«He pedido a la Autoridad de Transporte Público que vigile de cerca la situación y siga trabajando con Alstom para garantizar que todos los proveedores mantengan los altos estándares que espera la comunidad de WA».
El primer ministro de Australia Occidental, Mark McGowan, que lleva mucho tiempo criticando las posturas públicas del gobierno federal con respecto a Beijing, dijo que el boicot le parecía «inexplicable» dada la relación comercial de Australia con China.
«No entiendo por qué lo hemos hecho; los Juegos Olímpicos deberían estar por encima de la política», dijo el jueves, según reportó SkyNews Australia.
«El gobierno del territorio autónomo tiene una determinada opinión, que sigue defendiendo. Habría pensado que un lenguaje más diplomático sería apropiado».
McGowan dijo que China era un «actor importante en nuestra región» y que los australianos occidentales se beneficiaban de una relación con el régimen comunista.
«Obviamente, tenemos la opinión de que deberíamos ser más diplomáticos con China, obviamente, este movimiento en torno a las Olimpiadas me parece bastante inexplicable».
«El deporte, en particular los Juegos Olímpicos, debería estar por encima de la política», dijo.
Pero las opiniones del líder laborista estatal contrastan con la posición del líder de la oposición nacional laborista, Anthony Albanese.
«Apoyamos la petición del gobierno nacional a un boicot diplomático», dijo Albanese.
«El historial de derechos humanos de China, en particular el trato que da a los uigures, pero también otras cuestiones, como Hong Kong, que no respeta los acuerdos que se alcanzaron en Hong Kong, hacen que sea conveniente tomar una medida acorde para enviar un mensaje sobre los derechos humanos».
Albanese dijo que Morrison había seguido el ejemplo de Estados Unidos y había defendido «nuestros propios valores».
Morrison dejó claro que el boicot diplomático no se extendía a los atletas, que podrían seguir compitiendo en los juegos.
«Australia [es una] gran nación deportiva, y yo separo mucho las cuestiones del deporte y estas otras cuestiones políticas», dijo.
Dutton coincidió con estos sentimientos y dijo que, aunque Australia quería que sus deportistas compitieran en unos «Juegos fantásticos» y que China fuera «el mejor amigo y vecino», Australia —y sus aliados— estaban enviando un «mensaje muy claro» a Beijing de que «queremos que las prácticas cambien y que se respeten los derechos humanos básicos».
«Creo que el primer ministro ha tomado la decisión correcta y ha enviado un mensaje muy claro», dijo Dutton.
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