La economía estadounidense no se va a cerrar, dijo el viernes la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki.
«No estamos en marzo de 2020, ni siquiera en enero de 2021. No vamos a cerrar nuestra economía o nuestras escuelas porque nuestro país está en un punto mucho más fuerte que cuando asumimos el cargo», dijo Psaki a los periodistas en Washington.
Lo atribuyó al «liderazgo en la vacunación de los estadounidenses y en la obtención de la ayuda económica para los que la necesitan» del presidente Joe Biden.
Los casos de COVID-19 y las hospitalizaciones han aumentado en todo el país en las últimas semanas, un aumento que las autoridades han atribuido a la variante delta del virus del PCCh (Partido Comunista Chino), que causa el COVID-19.
Aunque algunos sindicatos de profesores han pedido recientemente que se impartan de forma virtual todas las clases al comienzo del próximo curso escolar, y varios estados y condados han vuelto a imponer mandatos de mascarillas y han puesto en marcha requisitos de verificación de vacunas, Estados Unidos no está preparado para entrar en un cierre como lo que hizo el año pasado, dijo Psaki.
«No vamos a retroceder. No vamos a dar marcha atrás», dijo.
El gobierno estadounidense se ha estado preparando para la posibilidad de que el virus evolucione y sea más difícil lidiar con él.
«Nos hemos estado preparando, como los boy scouts y las girl scouts, para este momento y para la posibilidad de que hubiera altibajos en nuestra recuperación, hubiera altibajos mientras luchamos contra el virus, y por eso varios programas fueron diseñados para que se prolongaran durante varios meses después este verano», dijo Psaki a los periodistas.
Estas declaraciones contrastan con las de Psaki en una sesión informativa del mes pasado, donde defirió la autoridad a los estados cuando se le preguntó si la Casa Blanca intentaría reimponer duras restricciones debido a la pandemia.
Pero, dijo que Biden apoyaría a los estados si volvían a imponer un cierre.
El nuevo mensaje de Psaki reiteró uno ofrecido por el Dr. Anthony Fauci, uno de los principales asesores médicos de Biden, durante el fin de semana.
Fauci dijo el domingo en ABC que las cosas empeorarán debido a la variante delta.
Pero, añadió, «no creo que vayamos a ver cierres».
«Creo que tenemos el suficiente porcentaje de personas en el país, no el suficiente para aplastar el brote, pero creo que el suficiente para no permitirnos llegar a la situación en la que estábamos el invierno pasado», dijo, refiriéndose al número de personas que se han vacunado contra el virus del PCCh.
Anteriormente, el viernes, Biden promocionó las estadísticas que dicen que más del 70 por ciento de los adultos de 18 años o más han recibido al menos una dosis de las vacunas contra el COVID-19.
Las vacunas fueron desarrolladas durante la Administración de Trump, pero el esfuerzo para vacunar a los estadounidenses se intensificó una vez que Biden asumió el cargo.
Biden también advirtió sobre la variante delta, instando a la gente a vacunarse para protegerse contra ella, pero dijo que el costo económico no sería tan malo esta vez como el año pasado, cuando millones de personas perdieron sus empleos en medio de los cierres.
«Estados Unidos puede vencer a la variante delta igual que vencimos al COVID-19 original», dijo en declaraciones realizadas en Washington. «Podemos hacerlo. Así que usen una mascarilla cuando se les recomiende. Vacúnense, hoy mismo. Todo eso salvará vidas y significa que no vamos a tener el mismo tipo de daño económico que vimos cuando empezó el COVID-19».
Las escuelas tienen los recursos necesarios para reabrir de forma segura, según el presidente.
Biden insinuó más tarde que se están estudiando nuevas normas, después de exigir a los trabajadores federales que muestren una prueba de vacunación o que usen mascarillas y mantengan el distanciamiento físico mientras trabajan.
«Habrá más en los próximos días», dijo.
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