El despliegue de la vacuna anti-COVID de Pfizer para los niños pequeños va bien, con más de 1.6 millones de niños que ya la han recibido o que tienen previsto recibirla, dijeron funcionarios de la administración Biden en una rueda de prensa virtual el miércoles.
Más de 900,000 niños entre los 5 y 11 años habrán recibido una dosis de la vacuna al final del día, dijo el coordinador de respuesta al COVID-19 de la Casa Blanca, Jeffrey Zients.
La vacuna fue aprobada para ese grupo poblacional el 2 de noviembre.
En los últimos 7 días se ha administrado una media de 300,000 inyecciones diarias a los niños. Como reflejo de la actual demanda, está previsto que 700,000 niños se vacunen en las farmacias durante los próximos días.
La vacuna también se administra en escuelas, centros comerciales, clínicas, hospitales infantiles y consultorios médicos.
Hay aproximadamente 28 millones de niños entre 5 y 11 años en Estados Unidos.
La administración Biden ha asegurado suficientes dosis para niños, un tercio de la cantidad de las vacunas normales.
Sin embargo, algunos expertos han dicho que muchos de los niños no necesitan la vacuna porque tienen poco riesgo de padecer una enfermedad grave cuando contraen COVID-19. Los funcionarios federales no están de acuerdo, señalando el pequeño número de hospitalizaciones y muertes entre el grupo de edad y afirmando que los beneficios de la vacunación superan los riesgos.
“Si bien los niños siguen siendo más resistentes que los adultos a este virus, siguen estando en riesgo. Y con la ayuda de las vacunas, podemos prevenir el COVID-19 y muchas otras enfermedades que alguna vez fueron fatales”, les dijo a los periodistas la directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), Rochelle Walensky.
Afirmó que «los padres respiran aliviados» debido a la expansión de los grupos de edad que pueden recibir la vacuna de Pfizer.
Parte de la razón por la que los asesores externos recomendaron la autorización de la vacuna para los niños pequeños fue una proyección de que disminuiría las posibilidades de que falten a la escuela. Los niños en algunas áreas del país deben quedarse en casa después de dar positivo por COVID-19, la enfermedad causada por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino).
Pero algunos de los asesores advirtieron del peligro de vacunar a todos los niños, señalando que la inflamación del corazón tras la vacunación es mucho mayor entre los jóvenes que entre los adultos, especialmente entre los varones, y que los niños que han sobrevivido al COVID-19 pueden no necesitar la vacuna.
«Es seguro suponer que la vacunación de un niño sano reduciría aún más el riesgo extremadamente bajo de sufrir una enfermedad grave», escribieron los doctores Nicole Saphier y Marty Makary en un artículo de opinión esta semana.
«Sin embargo, hay una excepción importante: si un niño ya tenía COVID, no hay una base científica para la vacunación», agregaron, señalando cómo en el ensayo de Pfizer ninguno de los infectados previamente, incluidos los que no recibieron una vacuna, contrajo la enfermedad.
El CDC ha reconocido la inmunidad posterior a la infección, ampliamente conocida como inmunidad natural, pero por ahora dice que todas las personas que la tienen deberían aumentar su protección con una vacuna.
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