Muchos sienten que la pandemia cambió no solo nuestra vida cotidiana, sino también nuestra vida mental interior. Se habla de la salud mental de la pandemia, la confusión mental de los cierres y se reportan de sueños más frecuentes, vívidos y extraños.
Nosotros tendemos a pensar que nuestra vida despierta y la de los sueños están separadas, pero es sorprendente cuán profundo es el vínculo entre ellas.
El pensamiento espontáneo, o vagabundeo mental, ocupa hasta el 50 por ciento de la vigilia. Nuestros pensamientos y atención se alejan frecuentemente de lo que hacemos y de lo que sucede en nuestro entorno inmediato, con un pensamiento que sigue a otro a lo largo de una trayectoria asociativa.
Los pensamientos y experiencias espontáneas también están presentes en el sueño. Además el ejemplo más claro es el ensueño, que ha sido descrito como una forma intensificada del vagabundeo de la mente qué ocurre cuando estamos despiertos.
El hecho de que el ensueño y la mente deambulen juntos sugiere que las fluctuaciones de la experiencia espontánea, el flujo y reflujo natural de la atención y la trayectoria algo errática de los pensamientos continúan durante la vigilia y el sueño.
En circunstancias normales, la mayoría de las veces no nos damos cuenta del hecho de que nuestras mentes están vagando. La mayoría de las personas, cuando se despiertan en el laboratorio del sueño, rara vez recuerdan sus sueños, pero pueden informar de múltiples sueños por noche. Al igual que la mente vagando, soñar también está en gran medida (con la excepción de ciertos sueños lúcidos) más allá de nuestro control.
Sin embargo, la atención a nuestra vida interior puede ser amplificada en un momento en que el control sobre nuestra vida cotidiana es esquivo.
Prestar atención a sus sueños cuando se despierta por la mañana aumenta drásticamente el recuerdo de los sueños y tratar de aprovechar nuestros pensamientos y atención a lo largo del día puede hacernos más conscientes de nuestras fallas, incluyendo los errores de atención. Si ha estado prestando más atención a sus pensamientos espontáneos durante la pandemia, podría estar haciéndose más consciente de lo que ha sido todo el tiempo.
Cambios en los pensamientos espontáneos, para bien o para mal
Si ha estado durmiendo más en el encierro, probablemente esté experimentando más sueño REM matutino. Debido a que el sueño REM está típicamente asociado con los sueños más vívidos y complejos, esto puede llevar a un aumento de los sueños reales.
Si también ha dejado de usar el despertador, probablemente se despierte directamente del sueño REM, lo que aumenta aún más el recuerdo de los sueños.
La pandemia también ha cambiado lo que soñamos despiertos y acerca de lo que soñamos al dormir. Las preocupaciones sobre la pandemia parecen ir en paralelo con pesadillas y sueños más frecuentes sobre temas como el distanciamiento social, el contagio o el equipo de protección personal.
Algunos cambios en nuestra vida mental espontánea pueden indicar que algo anda mal. La ansiedad y el estrés están relacionados con el aumento de los pensamientos repetitivos y la cavilación, así como con la dificultad para concentrarse, los trastornos del sueño, las pesadillas y los sueños desagradables, que parecen haber aumentado durante la pandemia.
El pensamiento espontáneo podría ser beneficioso
La inquietud de nuestras mentes también podría tener un resquicio de esperanza. El vagabundeo mental ciertamente compromete que tan bien realizamos las tareas que requieren atención. Pero debido a su naturaleza asociativa, los sueños y el vagabundeo de la mente también pueden ayudarnos a hacer nuevas conexiones y ver los temas familiares bajo una nueva luz. Cuando nuestras mentes vagan, nuestros pensamientos son a menudo atraídos por el futuro y las preocupaciones personales.
Del mismo modo, los sueños tienen la tendencia a tejer dispares experiencias de la vigilia y las preocupaciones dentro de nuevas y a veces extrañas narraciones. Puede que se encuentre con un personaje de ensueño que es una mezcla de diferentes personas con las que ha estado cerca en diferentes momentos de su vida.
O su sueño inicialmente agradable de visitar amigos en una ciudad lejana puede transformarse en una pesadilla de infectarse, poner a su familia en peligro y ser perseguido por la policía porque está violando el encierro.
Pensamientos espontáneos al despertar y dormir podrían ayudarnos a procesar los recuerdos y a guiar la planificación futura y la toma de decisiones, por ejemplo, permitiéndonos imaginar cursos de acción alternativos. También pueden ser una fuente de perspicacia y creatividad.
Tales pensamientos también pueden contribuir a la superación y al procesamiento emocional. El vagabundeo mental orientado al futuro suele ser positivo, mientras que el vagabundeo mental orientado al pasado tiende a asociarse con estados de ánimo y emociones negativas.
Un gran escape
Estar en el aquí y ahora es a menudo alabado como una virtud que debemos tratar de cultivar a través de la atención. Pero a veces, la distracción puede ser útil: el vagabundeo mental puede proporcionar un bienvenido descanso de las tareas aburridas, permitiéndonos volver con una atención renovada.
Otras veces, la distracción puede ser simplemente agradable. En nuestros sueños, experimentamos realidades alternativas; podemos viajar libremente, y debido a que los sueños son ricos en interacciones sociales, podemos interactuar con personas de las que estamos separados en la vida consciente.
Dada la monotonía, las restricciones y el aislamiento social que muchos de nosotros estamos experimentando, la desenfrenada e ilimitada mente puede ser a veces un gran escape.
Jennifer Windt es investigadora principal en la Universidad de Monash en Australia. Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation.
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