Las autoridades de la ciudad de Nueva York empezaron el lunes a entregar tarjetas de débito prepagadas a inmigrantes ilegales, como parte de un programa piloto de 53 millones de dólares que suscitó críticas sobre si la perspectiva de «dinero gratis» está incentivando más cruces ilegales de la frontera.
El primer lote de tarjetas se repartió el 25 de marzo a un puñado de familias y se ampliará a unas 460 personas la próxima semana , según confirmó a Fox News la oficina del alcalde de Nueva York, Eric Adams.
The Epoch Times reportó anteriormente sobre el programa de tarjetas de prepago, en virtud del cual la ciudad de Nueva York adjudicó un contrato de 53 millones de dólares a una empresa llamada Mobility Capital Finance para crear y distribuir las tarjetas de prepago, llamadas tarjetas de respuesta inmediata.
Según el programa, las tarjetas se entregarían primero en el Hotel Roosevelt, el primer punto de contacto para los inmigrantes ilegales que llegan a la ciudad, y los registros indican que los primeros en recibirlas serán las familias con hijos bajo la tutela de la agencia neoyorquina de Preservación y Desarrollo de la Vivienda.
El Ayuntamiento dijo que las tarjetas prepagadas solo podrán utilizarse en bodegas, tiendas de comestibles, supermercados y tiendas de conveniencia, y que los receptores tendrán que firmar un compromiso en el que prometen utilizar las tarjetas solo para comprar alimentos y artículos para bebés.
El programa ha sido objeto de críticas, entre otras cosas por el uso de fondos de los contribuyentes para prestar servicios a personas que entraron en el país burlando la ley, y por el temor a que incentiven la inmigración ilegal.
¿Mensajes contradictorios?
El alcalde de Nueva York, Eric Adams, defendió el uso de las tarjetas de prepago durante una reunión con los medios de comunicación en Albany el 26 de marzo.
Un periodista preguntó al Sr. Adams si las tarjetas de prepago proporcionan a los inmigrantes potenciales una razón atractiva para venir a Estados Unidos y, por tanto, si el programa envía un mensaje contradictorio, dados los intentos declarados del alcalde de disuadir a los inmigrantes ilegales de venir a la ciudad de Nueva York.
«No, envía un mensaje contradictorio cuando se distorsiona», respondió el alcalde. Dijo que dio a su equipo una directiva clara de reducir en un 30% los costes relacionados con la prestación de servicios a los inmigrantes ilegales en la Gran Manzana, y que las tarjetas forman parte de esa iniciativa.
El Sr. Adams calificó las tarjetas de «buena relación costo-eficacia» que ahorran a los contribuyentes más de 600,000 dólares al mes, o 7.2 millones de dólares al año.
«Vamos a acabar con el despilfarro de alimentos y vamos a devolver dinero a la economía local», dijo.
El Sr. Adams argumentó que las críticas no son razón suficiente para no seguir adelante con el programa.
«Si no hiciéramos las cosas porque la gente nos va a criticar, no habríamos sacado de nuestras calles a miles de personas sin hogar, no habríamos retirado nuestros campamentos, no habríamos sacado de la calle miles de armas», dijo. «Tenemos que hacerlo bien».
A continuación se le hizo otra pregunta sobre el problema de que se corra la voz de que en la frontera o más al sur se está poniendo básicamente «dinero gratis» a disposición de las familias y, por tanto, incentivando más inmigración ilegal.
El Sr. Adams dijo que es inevitable que llegue información a amigos y familiares de países sudamericanos de que incluso las condiciones rudimentarias de los refugios de Nueva York son mejores que las terribles condiciones de las que huyen algunas personas.
«Eso va a volver», dijo, y añadió que «tenemos que encontrar la combinación adecuada: prestación de servicios, con el mismo nivel de dignidad, y hacerlo de forma que sea rentable».
«Y no oigo decir a mis colegas de Ecuador, Colombia o México que todo el mundo esté corriendo a Nueva York para conseguir una tarjeta alimentaria», añadió. «No estoy oyendo eso».
Febien Levy, teniente de alcalde de comunicaciones de la oficina del Sr. Adams, añadió que se está haciendo un esfuerzo para informar a la gente en la frontera repartiendo folletos de que no hay servicios gratuitos ilimitados para las personas una vez que cruzan a Estados Unidos.
«No hay dinero gratis. No son tarjetas de cajero automático, no puedes sacar dinero. Si alguien tiene esa idea, está equivocado», dijo el Sr. Levy. «Esto es solo para comida y artículos para bebés».
El programa de tarjetas de prepago llega en un momento en que los contribuyentes de la ciudad de Nueva York se enfrentan a fuertes recortes en servicios como la policía y la educación, debido a que la ciudad ha tenido que desviar dinero para cubrir gastos relacionados con la afluencia de inmigrantes ilegales.
El concejal neoyorquino Joe Borelli criticó el programa y dijo a Fox 5 NY, cuando se anunció por primera vez, que proporcionar servicios a los inmigrantes ilegales con el dinero de los contribuyentes transmite un mensaje equivocado.
«Solo estamos dando a esta población inmigrante más cosas gratis a costa de los contribuyentes de Nueva York», dijo al medio.
El Sr. Adams ha rebatido este mensaje, argumentando que el programa ahorraría a Nueva York unos 7 millones de dólares al año en comparación con los funcionarios neoyorquinos que reparten físicamente alimentos a los inmigrantes ilegales, donde la logística y el despilfarro aumentarían el coste.
El alcalde insistió en la rueda de prensa en que la ayuda está justificada para aliviar una «crisis humanitaria» que se ha apoderado de la ciudad, a la que han llegado unos 180,000 solicitantes de asilo desde la pasada primavera.
En medio de la afluencia, el Sr. Adams ha caminado por una delgada línea entre la empatía y la crítica. Por ejemplo, advirtió en septiembre de 2023 que la incesante afluencia de inmigrantes ilegales «destruiría la ciudad de Nueva York».
También pidió ayuda federal, lamentando que la falta de acción de la Administración Biden estuviera dejando a las ciudades a su suerte.
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