Las autoridades de Nueva Zelanda anunciaron el lunes que los maestros y las personas que trabajan en los departamentos de salud del país deberán vacunarse contra la COVID-19 para seguir trabajando en los sectores.
El ministro de Respuesta contra la COVID-19, Chris Hipkins, confirmó la política generalizada de «no vacuna, no trabajo», luego que Nueva Zelanda informara de 35 nuevos casos de virus del PCCh (Partido Comunista Chino) el 10 de octubre, y todos los casos se reportaron en Auckland, su ciudad más grande.
“No podemos dejar nada al azar, así que por eso estamos haciéndolo obligatorio”, dijo Hipkins, quien también es ministro de Educación de la nación, informó la agencia de noticias AFP.
El nuevo mandato obliga a los médicos, farmacéuticos, enfermeras comunitarias, y muchos otros trabajadores de la salud a recibir las dos dosis de la vacuna para diciembre, mientras que las personas que trabajan en estrecho contacto con estudiantes en el sector educativo deben estar completamente vacunadas para enero.
“No es una decisión fácil, pero necesitamos que las personas que aún no se han vacunado y trabajan con comunidades vulnerables, den este paso adicional”, dijo Hipkins. “La vacunación sigue siendo nuestra herramienta más fuerte y eficaz para protegernos contra infecciones y enfermedades”, agregó.
Hasta el momento, alrededor de 2.38 millones de neozelandeses han sido vacunados por completo, o alrededor del 57 por ciento de la población elegible, y los funcionarios prometen poner fin a los cierres una vez que el 90 por ciento de la población elegible esté vacunada.
Mientras tanto, la primera ministra Jacinda Ardern dijo el lunes que las restricciones en Auckland se extenderán por una semana más.
Unas 1.7 millones de personas en Auckland fueron bajo confinamiento a mediados de agosto en un esfuerzo por erradicar un brote de la variante Delta del virus del PCCh. Ardern ha sido fuertemente criticada por su severa respuesta al COVID-19 en Auckland.
A nivel mundial, Nueva Zelanda ha implementado una de las políticas contra la COVID-19 más estrictas durante más de un año y medio. Miles de personas protestaron recientemente por los cierres permanentes y los mandatos sobre el virus del PCCh impuestos por el gobierno en varios lugares de la nación.
Los manifestantes dijeron que habían estado bajo confinamiento en sus casas durante las últimas seis semanas y dijeron: «¿Cuántos cierres más antes de que nos quiten todas nuestras libertades?»
La nación insular ubicada al suroeste del Océano Pacífico ha registrado poco más de 4659 casos y 28 muertes desde el inicio de la pandemia hace casi dos años, según datos compilados por funcionarios de salud.
La semana pasada, las autoridades suavizaron algunas restricciones en Auckland, incluido salir de casa para conectarse con sus seres queridos al aire libre, con un límite de 10 personas, así como el acceso a playas y parques.
Con información de Reuters.
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