LOS ÁNGELES—La industria cinematográfica estadounidense ha cooperado con el Partido Comunista Chino (PCCh) para obtener acceso a la segunda economía más grande del mundo, mientras permite al PCCh moldear la percepción del régimen tirano a través de las películas, dicen expertos de la industria.
Es una estrategia intencional para ganar la batalla de la percepción pública a través del arte y el entretenimiento, una táctica que se remonta al primer líder del régimen, Mao Zedong.
Una cruda advertencia sobre la infiltración de mensajes del PCCh en la industria cinematográfica estadounidense se transmite a través de la película “Hollywood Takeover: El control de China en la industria del cine”, un documental de una hora producido por NTD (medio de comunicación asociado de The Epoch Times), que se estrenó en el teatro Harmony Gold de Los Ángeles el miércoles 6 de marzo.
Las entrevistas con expertos —incluyendo productores, actores y expertos en seguridad nacional— describen la historia de la influencia del PCCh sobre el contenido de las películas estadounidenses, las implicaciones para la cultura estadounidense y las medidas que algunos cineastas están tomando para reducir el impacto.
El atractivo del beneficio
El meollo del problema, según el ejecutivo cinematográfico Chris Fenton, es que el atractivo de las ganancias del mercado de entretenimiento en rápido crecimiento de China hizo que los cineastas, incluyéndolo a él, fueran susceptibles a una presión sutil —y luego abierta— del PCCh para alterar algunos elementos de las películas.
Eso comenzó con cambios aparentemente benignos, como eliminar los tendederos de una escena urbana ambientada en China para evitar sugerir que los chinos no podían permitirse secadoras de ropa. Con el tiempo, la naturaleza y el alcance de los cambios aumentaron hasta el punto de que la descripción de la vida bajo el comunismo fuera elevada e incluso preferible a la vida en los Estados Unidos.
Fenton, a quien se le atribuyen éxitos de taquilla como Iron Man 3, describe, entre otros incidentes, cómo se cambió a Francia con China en la escena final de Looper, una película de 2012 protagonizada por Joseph Gordon-Levitt, Bruce Willis y Emily Blunt, que describe una vida futura idílica bajo el régimen comunista.
Otras películas han sido modificadas para representar a los enemigos del PCCh como terroristas, según el cineasta y activista Jason Jones.
En la versión live-action de “Mulán” de 2020 de Disney, los sets estaban ubicados a la vista de campos de concentración que albergaban a los uigures, una minoría perseguida en el noroeste de China, según Jones.
“Así que Disney está haciendo una película que literalmente convierte a los uigures en villanos espeluznantes”, dijo a The Epoch Times.
Cuando la estrella de acción John Cena dijo públicamente en 2021 que Taiwán es un país, el PCCh se opuso, ya que considera a la isla autónoma como parte de su territorio. Cena se vio obligado a emitir una disculpa, que fue hecha en mandarín.
«Fue la cosa más orwelliana que he visto en mi vida», dijo Jones.
«Lo que Beijing está tratando de hacer es moldear la forma en que vemos su sistema».
Efecto sobre la cultura
Las implicaciones de este mensaje ya han afectado la cultura estadounidense, según la pareja de Hollywood Kevin y Sam Sorbo, quienes protagonizaron la franquicia «Hércules» y luego produjeron entretenimiento orientado a la familia, incluyendo las películas Alma de surfista (o Soul Surfer en inglés) y Dios no está muerto (o God’s not dead)».
“Si puedes divorciar a las personas de su pasado, puedes controlar su futuro”, dijo Sorbo, refiriéndose a la creciente ausencia de precisión histórica en las producciones de entretenimiento.
“Esto ha estado sucediendo mucho antes de que llegara a Hollywood; afectó a nuestras escuelas.
«Hollywood se ha ablandado».
Los realizadores del documental señalaron repetidamente que el PCCh considera las artes y el entretenimiento como armas de guerra.
“Los comunistas chinos entienden que si controlas la cultura, controlas la política”, dijo a The Epoch Times Tiffany Meier, productora y presentadora del documental, quien además es presentadora del programa China in Focus, de NTD.
“La China comunista en realidad utiliza las artes como un arma, mientras que en Estados Unidos las consideramos un lugar para la libertad creativa. Así es como pueden destruir nuestro país sin medios militares”.
El experto en contrainteligencia Casey Fleming llama al esfuerzo “guerra sin restricciones”, que incluye los esfuerzos del PCCh para exportar fentanilo a Estados Unidos. La narrativa es otro de esos métodos, dijo.
«Es una guerra cognitiva, que incluye la guerra de información», dijo Fleming. «De eso es de lo que estamos hablando».
«Tenemos una batalla entre manos», dijo Sorbo. «Tenemos que decir lo que no vamos a hacer, que es no dejarnos intimidar, ni obligarnos a hacer cosas que están cambiando la cultura de este país».
Revertir la marea
Fenton, que alguna vez buscó agresivamente la participación del PCCh en producciones cinematográficas como una manera de asegurar mayores ganancias, se volvió cada vez más consciente del daño que podría causarse a la cultura estadounidense. Ahora trabaja con ejecutivos cinematográficos y algunos miembros del Congreso para abordar el problema.
Él cree que la respuesta es tener conversaciones sinceras y rechazar los intentos de influencia indebida en la industria.
«Vamos a proteger los derechos de nuestros cineastas», dijo Fenton. “Somos el bastión de la expresión creativa. Necesitamos proteger eso; de lo contrario, terminamos trabajando para el Estado, y el Estado nos dice lo que podemos y no podemos producir”.
Señaló el creciente movimiento para prohibir TikTok, de propiedad china, en Estados Unidos u obligar a su empresa matriz, ByteDance, a renunciar a su interés en la popular aplicación de redes sociales, que según los expertos se está utilizando como plataforma para la guerra de información.
Las elecciones de los consumidores también influirán en el cambio del panorama cultural de Estados Unidos, afirman los expertos.
«Necesitamos gente que apoye estas películas más pequeñas con grandes mensajes», dijo Sorbo.
Fleming fue más allá y pidió a los consumidores que rompieran económicamente con China.
“Dejen de comprar artículos de China. Asegúrese de que sus fondos mutuos no estén invertidos en China”, dijo. «Porque China está completamente controlada por el Partido Comunista Chino».
La solución definitiva, según el crítico de cine Christian Toto, es que Hollywood “se enamore nuevamente de Estados Unidos” y vuelva a hacer películas que celebren lo mejor de la vida y la cultura estadounidenses.
“El modelo chino es muy agresivo en la propaganda. No quiero ver eso en Estados Unidos”, dijo. “Pero deberíamos celebrar las libertades que tenemos aquí en la pantalla. Nuestras películas pueden decirle al mundo quiénes somos como pueblo”.
“Hollywood Takeover: El control de China en la industria del cine” está disponible en inglés para suscriptores a partir del 8 de marzo en EpochTV.
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.
