Investigaciones recientes arrojan luz sobre la prometedora conexión entre el selenio, un mineral esencial con propiedades antioxidantes, y la enfermedad de Parkinson. Un estudio de cohorte publicado este mes en BMC Geriatrics encontró que el aumento moderado en la ingesta de selenio tenía un efecto protector sobre la mortalidad por enfermedad de Parkinson.
Los hallazgos del estudio sugieren que incluir alimentos ricos en selenio en la dieta influye positivamente en el pronóstico de la enfermedad y puede potencialmente mitigar el riesgo de desarrollar Parkinson. ¿La mejor parte? Adiciones dietéticas simples pueden ayudar a aumentar la ingesta de selenio, lo que lo convierte en un objetivo fácilmente alcanzable para los pacientes actuales y aquellos en riesgo de desarrollar la enfermedad.
La conexión entre el selenio y el Parkinson
El estudio de cohorte analizó datos de 184 personas mayores de 18 años obtenidos de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición (NHANES, por sus siglas en inglés) de 2005-2006 a 2015-2016 y del Índice Nacional de Defunciones. «Descubrimos que la ingesta normal de selenio tenía un efecto positivo en el pronóstico [de la enfermedad de Parkinson] en comparación con la ingesta baja de selenio, pero este efecto desapareció en comparación con la ingesta alta de selenio», explicaron los investigadores.
Los autores concluyeron que los pacientes con Parkinson podrían beneficiarse de aumentar su ingesta de alimentos o suplementos dietéticos ricos en selenio, señalando que mientras que los pacientes con una ingesta diaria total baja de selenio pueden beneficiarse de un aumento moderado, una ingesta excesivamente alta a través de alimentos o suplementos anula el efecto protector.
El selenio puede ayudar a proteger contra el desarrollo de la enfermedad de Parkinson al reducir el estrés oxidativo y la inflamación en el cerebro. Se están realizando investigaciones sobre los mecanismos específicos, pero el efecto protector del selenio sobre la enfermedad de Parkinson está demostrado en modelos animales. «La administración de selenio aumentó los niveles de enzima antioxidante y GSH [glutatión], redujo la pérdida de dopamina, mantiene la integridad del ADN celular y mejora la función motora».
El selenio ayuda a proteger las células del daño causado por los radicales libres, que son moléculas dañinas que pueden contribuir al desarrollo de enfermedades como la enfermedad de Parkinson. El selenio actúa como antioxidante en el organismo y se sabe que los antioxidantes contrarrestan el desequilibrio de los radicales libres.
Un estudio transversal publicado en 2023 analizó datos de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición (NHANES) que abarca de 2011 a 2020, con la participaron de 15,660 adultos de 40 años o más. Los resultados del análisis coincidieron con los del estudio de cohortes retrospectivo.
Unos análisis sugirieron la correlación entre niveles más altos de selenio en sangre y una menor incidencia de la enfermedad de Parkinson. La relación entre el selenio en sangre y el Parkinson mostró una disminución en el riesgo de Parkinson, siendo más significativa con niveles más altos de selenio que con concentraciones más bajas. La tasa de disminución del riesgo disminuyó notablemente a medida que aumentaron los niveles de selenio.
El Dr. Ramit Singh Sambyal, un médico general no asociado con el estudio, dijo a The Epoch Times en un correo electrónico: «La correlación mostró un patrón no lineal, con una reducción del riesgo más pronunciada a concentraciones más altas de selenio. Los pacientes [con Parkinson] tienden a tener niveles de selenio en sangre más bajos en comparación con los pacientes que no tienen [Parkinson]».
Una investigación adicional publicada en Nutrients en 2020 indica que un desequilibrio de selenio —ya sea demasiado o muy poco— puede desempeñar un factor en la neurodegeneración. Por el contrario, la patología de la enfermedad de Parkinson podría dificultar la correcta distribución del selenio en las neuronas.
Las deficiencias de selenio rara vez se detectan, pero niveles subclínicos bajos de selenio pueden provocar cambios en el metabolismo celular, incluida la pérdida gradual de neuronas que producen dopamina, lo que puede provocar enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Parkinson.
¿Qué es el selenio?
El selenio es un oligoelemento, lo que significa que el cuerpo lo necesita en pequeñas cantidades. Se considera un micronutriente esencial para los humanos —debe obtenerlo de alimentos o suplementos, ya que su cuerpo es incapaz de producirlo. El selenio es un componente del aminoácido selenocisteína. La selenocisteína se incorpora a las selenoproteínas, que tienen una variedad de funciones importantes en el cuerpo. Desempeñan un factor en la producción de hormona tiroidea y la síntesis de ADN, entre otras funciones.
El selenio es crucial para el desarrollo del cerebro y la salud general. La ingesta adecuada de selenio es importante para la función cognitiva, la memoria, la coordinación y el bienestar neurológico general, ya que ayuda a mantener el sistema nervioso central.
¿Qué se sabe sobre la enfermedad de Parkinson?
La enfermedad de Parkinson es el trastorno neurodegenerativo más común. Su prevalencia en todo el mundo aumentó un 74.3 por ciento entre 1990 y 2016. El Parkinson es un trastorno progresivo del sistema nervioso que afecta el movimiento. Se desconoce su causa, pero se cree que es una combinación de factores genéticos y ambientales. El trastorno generalmente se desarrolla gradualmente durante muchas décadas y comúnmente causa temblores incontrolables, rigidez, pérdida del equilibrio y desaceleración del movimiento.
A medida que avanza, genera problemas cognitivos y de movilidad, generalmente acompañados de alteraciones de la salud mental. No existe cura para el Parkinson, pero los tratamientos incluyen medicamentos que aumentan la producción de dopamina, afectan los niveles de neurotransmisores y ayudan con los movimientos involuntarios.
Fuentes dietéticas de selenio
Los alimentos con mayor contenido de selenio incluyen las nueces de Brasil, los mariscos y las vísceras. El oligoelemento también se encuentra en el agua y el suelo y el nivel que se encuentra en las plantas está directamente relacionado con el contenido en el suelo. El suelo de América del Norte tiende a contener cantidades adecuadas de selenio, aunque la mayoría de las fuentes de agua no lo contienen. Un estudio de casos y controles publicado en 2017 encontró que las altas concentraciones de selenio halladas en el suelo en 48 estados de Estados Unidos beneficiaron a los pacientes con enfermedad de Parkinson y ayudaron a reducir la mortalidad por la enfermedad.
Buenas fuentes dietéticas de selenio incluyen:
• Nueces de Brasil
• Pescado (atún, fletán, sardinas, salmón)
• Mariscos (ostras, camarones, cangrejo)
• Carne (ternera, hígado, cerdo)
• Aves (pollo, pavo)
• Huevos
• Semillas de girasol
• Hongos
• Arroz integral
• Productos lácteos
• Frijoles
• Lentejas
Además, la evidencia respalda los efectos neuroprotectores del café.
Hay demasiadas cosas buenas
Es posible consumir demasiado selenio y los niveles altos de selenio se consideran tóxicos. La ingesta excesiva de selenio puede provocar una afección llamada selenosis, que puede provocar síntomas como náuseas, vómitos, caída del cabello, fatiga e incluso daño a los nervios. En casos graves, puede provocar dificultad respiratoria, problemas cardíacos e incluso la muerte. Consumir selenio dentro de los niveles de ingesta diaria recomendados es importante para evitar posibles riesgos para la salud.
La cantidad diaria recomendada de selenio es de 55 microgramos por día, lo que equivale aproximadamente a tres o cuatro huevos o seis onzas de pavo. El nivel máximo de ingesta tolerable se establece en 400 microgramos por día, que se puede cruzar con sólo un pequeño puñado de nueces de Brasil, por lo que la moderación es la clave.
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