Tras la presión del sindicato de profesores, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, anunció el lunes que los alumnos de las escuelas públicas se someterán con más frecuencia a las pruebas de la COVID-19.
Según la nueva norma, todas las escuelas realizarán pruebas aleatorias a los alumnos cada semana, en lugar de cada dos semanas. Sin embargo, solo se hará la prueba al azar a un 10 por ciento de los alumnos no vacunados cuyos padres hayan dado su consentimiento para la prueba.
«Ahora pasaremos a realizar pruebas semanales. Haremos las pruebas en las escuelas primarias, medias y secundarias cada semana», dijo de Blasio en una rueda de prensa. «Eso permitirá que más niños permanezcan con seguridad en las aulas».
Además, los estudiantes no vacunados que lleven mascarillas y sigan la regla de distanciamiento físico de un metro ya no tendrán que estar en cuarentena si un compañero de clase da positivo en la prueba de la COVID-19. De Blasio dijo que esto está en consonancia con las directrices de salud pública del gobierno federal.
«Cambiaremos el enfoque de la cuarentena y nos alinearemos con la orientación de los CDC al respecto», explicó. «Cuando haya una prueba positiva en un aula, los estudiantes no vacunados en el aula no tendrán que entrar en cuarentena, si llevan mascarilla y están a un metro de distancia».
Los cambios entrarán en vigor el 27 de septiembre, que es también la fecha límite para que todos los empleados de la ciudad de Nueva York que trabajan en una escuela reciban al menos una dosis de la vacuna contra la COVID-19.
El anuncio del alcalde se produce un día después de que el presidente de la United Federation of Teachers (UFT), Michael Mulgrew, sostuviera que la ciudad debía aumentar las pruebas para los niños menores de 12 años, que aún no reúnen los criterios para ser vacunados.
«Me preocupa que la reducción de la frecuencia de las pruebas contra la COVID de este año signifique que miles de niños pasarán días en las aulas sin el sistema de alerta temprana que el año pasado hizo que nuestras escuelas estuvieran entre los lugares más seguros de la comunidad», escribió Mulgrew en una carta a de Blasio.
Mulgrew señaló que menos de la mitad de las más de 1800 escuelas y centros de la ciudad fueron examinados durante la primera semana de clase, y que 663 aulas han sido cerradas total o parcialmente. Dijo que esa cifra sería probablemente aún mayor «si la ciudad tuviera un protocolo de pruebas semanales exhaustivo y riguroso».
La ciudad de Nueva York reabrió el 13 de septiembre las puertas de sus aulas a casi un millón de estudiantes, muchos de los cuales regresaban por primera vez desde marzo de 2020, cuando la pandemia provocó el cierre del mayor sistema escolar público del país.
Aproximadamente el 40 por ciento de los alumnos de las escuelas públicas de la ciudad de Nueva York volvieron a sus aulas la pasada primavera, después de que las autoridades municipales permitieran a las familias optar por el aprendizaje a distancia o en persona. Sin embargo, en un cambio de rumbo, de Blasio anunció que la opción a distancia dejaría de estar disponible en otoño y que todos los estudiantes asistirían a la escuela de manera presencial, con algunas exenciones para aquellos con ciertas condiciones médicas.
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