CIUDAD DE NUEVA YORK–Aproximadamente dos de cada cinco restaurantes, gimnasios y lugares de entretenimiento de la ciudad de Nueva York no cumplían completamente con el mandato del pase de vacunación de la ciudad cuando fueron inspeccionados por primera vez.
La ciudad logró inspeccionar casi dos tercios de las 31,000 empresas estimadas que deben pedir a sus empleados y clientes una prueba de vacunación. Unos 8000 recibieron una advertencia por incumplimiento. De ellos, más de 3300 por infracciones que habrían dado lugar a incumplimientos que podrían ser sancionados con una multa de USD 1000 por la primera y de hasta USD 5000 por la tercera. Tras una segunda inspección al menos dos semanas después, solo 21 establecimientos recibieron avisos de infracción, según Jeff Dupee, asesor principal del Ayuntamiento que administra el mandato.
Aunque el mandato permite multas por la primera infracción, la ciudad ha estado emitiendo advertencias primero «como una cuestión de política», dijo Dupee, testificando ante el comité de pequeñas empresas del Ayuntamiento el 29 de octubre.
El mandato entró en vigencia el 13 de septiembre. Los clientes deben mostrar tarjetas de vacunación y una identificación o pasaportes digitales de vacunación coincidentes si desean utilizar el establecimiento para más de una visita rápida de 10 minutos. Las empresas también deben exhibir un letrero que anuncie el mandato, así como un plan escrito para implementar el mandato.
Casi el 77 por ciento de los restaurantes seleccionados reportaron negocios en mala situación como resultado del mandato, según una encuesta de la Asociación de Restaurantes del Estado de Nueva York. Casi 58 informaron negocios con una «situación peor», declaró Kathleen Reilly de la asociación durante la audiencia.
Al menos cientos de empresas se han comunicado con el presidente del comité, el concejal Mark Gjonaj, con quejas y preocupaciones sobre el mandato, dijo a The Epoch Times después de la audiencia.
Dupee sugirió que, de hecho, la ciudad está ayudando a las empresas informándoles sobre cómo cumplir con el mandato y ayudándolas a crear un entorno en el que los clientes ansiosos por la enfermedad se sientan más cómodos.
Gjonaj rechazó esa perspectiva.
“Nunca había escuchado algo tan absurdo”, les dijo a Dupee y Jonnel Doris, comisionado del departamento de servicios para pequeñas empresas de la ciudad, durante la audiencia.
Dijo que apuntar a estos negocios en particular, la mayoría de ellos pequeños y ya golpeados por la pandemia y las restricciones relacionadas, es «una carga injusta».
La ciudad está “en esencia, eligiendo ganadores y perdedores” y “los vecindarios pobres están pagando el precio”, dijo.
“Dejen de ayudar. Cuanto más amas, más duele».
Doris y Dupee enfatizaron que desde que el alcalde Bill de Blasio anunció el mandato el 3 de agosto, más de 800,000 neoyorquinos recibieron la vacuna, lo cual demuestra que el mandato funciona.
Pero los datos de vacunación de la ciudad no parecen dar mucho crédito al mandato.
En el pico de la absorción de la vacuna en marzo y abril, más de 300,000 personas por semana recibieron la primera dosis. Luego, el interés cayó a un mínimo de menos de 50,000 por semana a principios de julio, y luego comenzó a repuntar nuevamente, semanas antes de que se anunciara el mandato.
Es cierto que en la semana posterior al anuncio, así como alrededor del momento en que el mandato entró en vigencia, las cifras superaron los 100,000 por semana. Pero esos logros se esfumaron hace mucho tiempo. La semana pasada, solo unas 43,000 personas recibieron la primera dosis, la menor cifra desde diciembre, cuando las vacunas apenas comenzaron.
Mientras tanto, el 27 por ciento de los neoyorquinos siguen sin vacunarse, incluidos casi un millón de adultos. Todas esas personas, así como los visitantes no vacunados y los viajeros de fuera de la ciudad, están excluidos de la base de clientes de las empresas seleccionadas para hacer cumplir el mandato, señaló Gjonaj.
Gjonaj se preguntó por qué se atacaron a estos negocios en particular, mientras que a los salones de belleza, tiendas de comestibles, por ejemplo, no lo fueron.
Dupee dijo que la ciudad consultó a «expertos en salud» sobre esa decisión, pero Gjonaj no lo creyó.
Independientemente de lo que dijeran los expertos, «ustedes lo interpretaron así», les dijo a los funcionarios.
No pasó por alto el hecho de que las grandes cadenas de tiendas corporativas y los supermercados tenían más probabilidades de absorber el costo de hacer cumplir el mandato, pero a ellos se les ha librado de la carga.
Además, el Ayuntamiento ha guardado silencio sobre cuánto tiempo se supone que permanecerá el mandato o qué umbral debe alcanzarse para que se elimine, impidiendo que las empresas planifiquen debidamente, señaló.
“Hemos perdido la cabeza, amigos”, resumió Gjonaj.
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