NYC: Miles de empleados escolares no están vacunados y sindicatos piden que se retrase plazo de orden

Por Petr Svab
24 de septiembre de 2021 4:36 PM Actualizado: 24 de septiembre de 2021 4:36 PM

Ante la inminente entrada en vigor de la exigencia de vacunación contra el COVID-19, los sindicatos del personal escolar de Nueva York han instado al Ayuntamiento a retrasar el plazo para que las escuelas no se enfrenten a una escasez de personal.

La ciudad quiere que todos los empleados de las escuelas se vacunen, con la única excepción de las exenciones médicas y religiosas. Sin embargo, hasta el 24 de septiembre, todavía hay unas 26,000 personas que no se han vacunado, de las cuales más de 10,000 son profesores, según las cifras facilitadas por el Departamento de Educación de la ciudad. Eso significa que aproximadamente uno de cada cinco empleados se enfrentaría a un año de baja no remunerada o se vería obligado a aceptar un paquete indemnizatorio y marcharse. El sindicato de profesores, la Federación Unida de Maestros (UFT), cuestionó las cifras del DOE, afirmando que entre el 90 y el 95% de los profesores han recibido la vacuna. Eso dejaría a unos 4000-8000 profesores sin vacunar.

La ciudad ha mantenido un tono optimista.

«La gran mayoría de los empleados han sido vacunados y el número seguirá aumentando en los próximos días. Hemos administrado 7000 vacunas en los campus escolares de toda la ciudad la semana pasada, hemos contratado a miles de nuevos profesores y empleados, y tenemos una gran reserva de trabajadores cualificados que están listos para sustituirlos si es necesario», dijo una portavoz del DOE a The Epoch Times por correo electrónico.

Pero los sindicatos siguen advirtiendo de la escasez de personal.

«Los directores y superintendentes nos han dicho constantemente que están preocupados por no tener suficiente personal el martes por la mañana», dijo Mark Cannizzaro, presidente del Consejo de Supervisores y Administradores Escolares, el sindicato de directores.

Algunas escuelas pueden arreglárselas, pero otras tienen docenas, incluso hasta 100, de empleados sin vacunar, dijo durante una teleconferencia con periodistas el 24 de septiembre.

«Hasta que no haya un plan que garantice la seguridad de las escuelas, tenemos que reevaluar lo que haremos en el futuro».

No fue hasta el 23 de septiembre que las escuelas escucharon por primera vez de la ciudad cómo planea resolver los problemas con los empleados, según el presidente de la UFT, Michael Mulgrew.

«Pedimos un plan una y otra vez sobre lo que iba a pasar el martes. Y ayer fue la primera señal de vida», dijo durante la conferencia.

La ciudad proporcionó una plataforma digital en la que las escuelas pueden buscar personal sustituto disponible. La ciudad también puso a disposición de las escuelas fondos para realizar esas contrataciones.

«Eso no es un plan», dijo Mulgrew.

La ciudad aseguró a las escuelas que hay miles de profesores en la reserva de sustitutos, pero eso siempre es así, dijo Mulgrew, señalando que muchos de ellos tienen otros trabajos y no están realmente disponibles cuando se les llama.

Si las escuelas no pueden conseguir suficientes sustitutos, pueden verse obligadas a combinar clases, dijo.

«Voy a poner cinco aulas en un auditorio (…) No quieren verse en esa situación».

Según los datos del DOE, entre el personal no docente, la tasa de vacunación es tan baja como el 70%. Las escuelas necesitan ese personal, como los conserjes, los auxiliares de enseñanza, los guardias de seguridad y los trabajadores de la cafetería para funcionar, señaló Cannizzaro. Si varios trabajadores de la cafetería no se presentan, una escuela puede ser incapaz de servir el almuerzo, dijo.

Solo el día anterior los directores se enteraron de que la mayoría de ellos solo tendrán un agente de seguridad escolar por escuela, dijo, señalando que algunas grandes normalmente tienen hasta 20.

Como solución, Mulgrew y Cannizzaro sugirieron que la ciudad permitiera a los empleados no vacunados seguir acudiendo al trabajo durante el tiempo necesario para resolver los problemas de personal en sus escuelas individuales.

«¿Quién es el genio?»

Uno de los principales problemas que señalaron los dirigentes sindicales fue el plazo de la orden.

Los profesores y el resto del personal tienen hasta la medianoche del 27 de septiembre para comunicar a sus centros si acudirán o no a trabajar a la mañana siguiente, dijo Cannizzaro.

Explicó que habría sido mejor poner la fecha límite antes del inicio del curso escolar, antes de vacaciones, o al menos en un fin de semana largo.

«Quizá hubiéramos tenido tiempo suficiente para hacer planes de contingencia y estar preparados para recibir a los estudiantes», dijo.

«¿Quién es el genio que decidió hacerlo un lunes a medianoche?» dijo Mulgrew.

Oposición a la orden

El sindicato de trabajadores de la ciudad, que ha estado luchando contra la orden en los tribunales, consiguió inicialmente que se suspendiera. Pero el tribunal levantó la orden de restricción el 23 de septiembre.

«Este caso ya ha supuesto un avance en la protección de los derechos de nuestros miembros, ya que la ciudad —tras la emisión inicial de la orden de restricción por parte del tribunal— admitió que puede haber excepciones a la orden de vacunación», dijo el presidente del Comité Laboral Municipal, Harry Nespoli, en un comunicado del 22 de septiembre.

«El tribunal —aunque ha levantado la orden de restricción— no ha tomado una decisión final, y estamos preparando material adicional para apoyar nuestro caso».

La ciudad describió la orden como una herramienta para reducir el riesgo que supone el virus del PCCh (Partido Comunista Chino), causante del COVID-19, así como para evitar el cierre de escuelas debido a los brotes. Impuso una serie de otras restricciones, como la obligatoriedad de las mascarillas para los alumnos y los empleados, la distancia de un metro entre los alumnos cuando sea posible y la realización de pruebas aleatorias quincenales (entre los alumnos cuyos padres dieran su consentimiento). La frecuencia de las pruebas se aumentó a semanal a petición de la UFT. Según las normas, un solo alumno que diera positivo podría hacer que toda la clase quedara relegada a la enseñanza a distancia durante 7-10 días, independientemente de que los demás dieran positivo o no. Las escuelas también han prohibido actividades supuestamente más arriesgadas, como comer en espacios cerrados y actividades extracurriculares como el coro, la banda y los deportes.

Muchos se han opuesto a las normas, cuestionando por qué se obliga a los niños, que tienen un bajo riesgo de contraer síntomas graves de COVID-19, a llevar mascarillas todo el día, mientras que se ha visto a famosos y políticos asistir a numerosos actos sin una.

«Los adultos de Estados Unidos siguen en gran medida su vida, acudiendo a partidos de fútbol, conciertos y galas, mientras los niños son tratados como leprosos», comentó la columnista del New York Post Karol Markowicz.

«La verdadera pregunta es: ¿cuándo acabará esto? ¿Desaparecerán alguna vez estas restricciones? ¿Cuál es la rampa de salida para este nivel de cruel irracionalidad?».


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