Objetivo de Biden de que mitad de vehículos vendidos en 2030 sean eléctricos significa bonanza para China

Por Mark Tapscott
07 de agosto de 2021 2:05 PM Actualizado: 07 de agosto de 2021 2:05 PM

Análisis de noticias

Cuando el presidente Joe Biden anunció en la Casa Blanca el 5 de agosto que quiere que la mitad de los autos y camionetas vendidos en Estados Unidos sean vehículos eléctricos (VE) para 2030, los mayores aplausos pueden haber sido los de Beijing.

Biden dijo ante una asamblea de líderes sindicales y políticos, así como de altos ejecutivos de General Motors, Ford y Stellantis N.V. —propietaria de Chrysler, Dodge y Ram— que había firmado «una orden ejecutiva que establece el objetivo de que el 50% de todos los vehículos de pasajeros vendidos en 2030 sean eléctricos y pone en marcha un esfuerzo total».

La orden también da instrucciones de crear una infraestructura nacional de 500,000 estaciones de recarga para dar servicio al auge previsto de la demanda de electricidad para los vehículos eléctricos y ampliar los créditos de impuesto federal como incentivos de compra para los consumidores. Biden también quiere que se incremente enormemente el gasto federal en investigación para desarrollar nuevos diseños de baterías que puedan fabricarse en Estados Unidos.

Por último, ordenó a la Agencia de Protección Medioambiental (EPA, por sus siglas en inglés) y a la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA, por sus siglas en ingles) que elevaran las normas federales de ahorro de combustible para los autos y camionetas con motor de combustión interna que ahora constituyen el 96% de los vehículos que circulan por las calles y carreteras del país.

En total, según una hoja informativa de la Casa Blanca, «los anuncios de hoy nos pondrían en camino de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de las ventas de nuevos vehículos de pasajeros en más de un 60 por ciento en 2030, en comparación con los vehículos vendidos el año pasado, y facilitarían alcanzar el objetivo del presidente de reducir en un 50-52 por ciento por debajo de los niveles de 2005 las emisiones netas de gases de efecto invernadero en toda la economía para 2030”.

Es una agenda ambiciosa, pero hay al menos dos grandes obstáculos para lograrlo, uno de los cuales fue aludido por Biden en la ceremonia de la Casa Blanca y el otro fue ignorado.

China

China es el obstáculo que Biden tuvo que reconocer, brevemente, al señalar que, «ahora mismo, China lidera la carrera y es uno de los mayores mercados de vehículos eléctricos del mundo y de más rápido crecimiento».

«Y una parte clave del vehículo eléctrico —para decir lo obvio— es la batería. Y ahora mismo, el 80% de la capacidad de fabricación de estas baterías se realiza en China».

Pero los expertos del mercado y de la industria energética describen un problema que supera con creces el alcance de lo que Biden admitió sobre el dominio de China en la capacidad de fabricación de las baterías de iones de litio, que son la pieza esencial para que los vehículos eléctricos sean viables como posible cambio de paradigma para la industria automotriz.

«China consume tantos metales industriales y minerales para baterías como el resto del mundo juntos», según mining.com. «La inversión directa china en el extranjero en minas y proyectos superó los 1000 millones de dólares en 2017 por primera vez y alcanzó un máximo de casi 2,200 millones de dólares en 2019, siendo el cobalto y el litio sus objetivos favoritos».

El cobalto y el litio son cruciales para la producción de baterías de vehículos eléctricos, por lo que esas inversiones se reflejan en el hecho de que «China tiene un dominio en la cadena de suministro de vehículos eléctricos con procesadores químicos y refinadores responsables del 82% y el 60% de [la fase] de producción intermedia de cobalto y litio, respectivamente», según mining.com.

«El control de China sobre el refinado se sitúa por encima del 80 por ciento, lo que convierte al cobalto en un particular dolor de cabeza para los fabricantes de automóviles», continúa mining.com. Como ya reportó The Epoch Times, la producción de cobalto también plantea un dilema de trabajo infantil para la producción de baterías de vehículos eléctricos.

China domina la producción de baterías para vehículos eléctricos, por lo que los esfuerzos de Biden por impulsar las ventas de vehículos eléctricos en Estados Unidos significarán necesariamente más exportaciones e ingresos para Beijing al principio y, muy posiblemente, durante muchos años después.

Uno de los ejecutivos del sector automovilístico que escuchó a Biden en la Casa Blanca fue la presidenta de GM, Mary Barra, quien, junto con el presidente y director ejecutivo de Ford, Jim Farley, y el director de operaciones de Stellantis N.V., Mark Stewart, se han comprometido a elevar hasta el 40-50%  las ventas de vehículos eléctricos de las ventas totales de sus empresas para 2030.

El objetivo de Biden de desplazar a China como principal fabricante de baterías para vehículos eléctricos pone a Barra en una posición especialmente difícil, porque GM vende más vehículos en China (2.9 millones en 2020) que en Estados Unidos (2.5 millones).

Y está Ultium, el avanzado sistema de baterías para vehículos eléctricos de GM, que la empresa dijo recientemente que es fundamental para su estrategia de avanzar hacia «un futuro totalmente eléctrico e inteligente».

La nueva batería, que se construirá en Ohio, sigue basándose en un diseño de iones de litio, por lo que la producción seguirá dependiendo de China en aspectos cruciales para el futuro inmediato. Dado que GM también depende en gran parte de las ventas en China, Beijing tiene una gran influencia sobre GM y es poco probable que la libere de esa dependencia a corto plazo.

Consumidores

El segundo obstáculo para el plan de Biden son los consumidores estadounidenses, que, a pesar de las dos décadas de promoción del «futuro de los vehículos eléctricos» por parte del gobierno, los medios de comunicación y las operaciones de relaciones públicas de las empresas, siguen sin estar entusiasmados con la idea de recargar sus coches y camionetas en lugar de cargar gasolina.

En julio, las ventas de vehículos eléctricos apenas alcanzaron el 2.7% del total de unidades vendidas en Estados Unidos, según la Alianza para la Innovación Automovilística (AAI, por sus siglas en inglés), la asociación comercial de la industria del automóvil en Washington, D.C.

Incluso cuando se combinan con las ventas de híbridos, que combinan la energía eléctrica y la de combustión interna, los vehículos de cero emisiones (ZEV) solo representan el cuatro por ciento de las ventas nacionales, es decir, unas 560,000 de las casi 15 millones de unidades vendidas.

El punto de inflexión para el «futuro de los VE» puede ser un vehículo que Biden elogió durante su intervención del jueves. Calificó de «increíble» la próxima F-150 totalmente eléctrica de Ford.

Las versiones de gasolina y diésel de las camionetas de la serie F de Ford han sido los vehículos más vendidos en Estados Unidos durante 44 años consecutivos, por lo que la reacción de los compradores a la F-150 totalmente eléctrico será crucial para el futuro de los vehículos eléctricos.

Puede contactar al corresponsal del Congreso Mark Tapscott en: [email protected]. Sigalo en Twitter en @mtapscott y en Parler en @Mtapscott.


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