Si bien el virus COVID-19, tal como se conoce, puede dañar los pulmones, también puede ser igualmente dañino para muchos otros órganos.
El 19 de diciembre de 2023, la revista Pediatrics publicó un informe de un caso que detalla a una niña de 15 años que, después de contraer COVID-19, desarrolló complicaciones que derivaron en una parálisis bilateral de las cuerdas vocales, necesitando una traqueotomía para respirar. El dispositivo de traqueotomía permaneció colocado durante 15 meses antes de que finalmente fuera retirado.
La niña experimentó síntomas de congestión nasal, fiebre y fatiga dos semanas antes de la aparición de la parálisis de las cuerdas vocales. Luego dio positivo por COVID-19 mediante una prueba de antígenos casera. Nueve días después, presentó síntomas de dificultad respiratoria aguda que empeoraban durante la actividad física, lo que provocó su ingreso al departamento de emergencias del Hospital General de Massachusetts.
La paciente presentaba respiración ruidosa intermitente, pero la saturación de oxígeno en la sangre era normal. Además, una serie de pruebas, incluidas las de COVID-19, arrojaron resultados negativos. En particular, ella tenía antecedentes de asma y ansiedad. Ante la sospecha de un ataque de asma, el médico le recetó esteroides y broncodilatadores, pero no hubo mejoría. La paciente también se sometió a terapia del habla, pero tampoco dio resultados.
Después del ingreso, la paciente continuó experimentando respiración ruidosa y desarrolló dificultad para tragar, debilidad en el lado izquierdo, hormigueo y marcha inestable. Realizó consultas de otorrinolaringología, psiquiatría, neurología, patología del habla y neurocirugía. Un examen de alcance laríngeo reveló una reducción bilateral severa en el rango de movimiento de sus cuerdas vocales. Se determinó que la debilidad en su lado izquierdo y la sensación de hormigueo eran probablemente funcionales, pero no se podía descartar la posibilidad de una causa relacionada con COVID-19.
Para aliviar los síntomas respiratorios, el médico inyectó toxina botulínica (Botox) en los músculos de la garganta de la joven, un método probado para tratar ciertas afecciones de la garganta en los niños. Desafortunadamente, los síntomas persistieron. Posteriormente, la paciente fue sometida a una traqueostomía, lo que alivió los síntomas. Sin embargo, la función de sus cuerdas vocales seguía deteriorada y, en el momento de redactar el informe del caso, dependía de una traqueotomía que duraría13 meses.
COVID-19 en niños
Los niños representan el 18 por ciento de todos los casos de COVID-19 reportados en Estados Unidos. Investigaciones anteriores han demostrado que el virus COVID-19 puede provocar complicaciones neurológicas, como dolores de cabeza, convulsiones y neuropatía periférica. Este caso reciente sugiere que la parálisis de las cuerdas vocales puede ser otra secuela neurológica del virus.
La Dra. Danielle Reny Larrow, autora principal del informe del caso y residente del Massachusetts Eye and Ear, un hospital universitario de la Facultad de Medicina de Harvard, afirmó en un comunicado de prensa que considerando la prevalencia del virus COVID-19 en niños, cualquier niño que esté presentando síntomas respiratorios, del habla o deglución después de una infección reciente por COVID-19 debería ser evaluado para detectar esta posible nueva complicación. Ella hizo hincapié en que esos síntomas podrían atribuirse fácilmente a afecciones más comunes como el asma.
El Dr. Christopher Hartnick, director de la División de Otorrinolaringología Pediátrica y del Centro Pediátrico de Vías Aéreas, Voz y Deglución de Massachusetts Eye and Ear, afirmó que luego de la presentación del informe del caso, los médicos finalmente pudieron retirar el dispositivo de traqueotomía del paciente. Esto le permitió asistir a la ceremonia de graduación de la escuela secundaria y al baile de graduación, cumpliéndose 15 meses desde su procedimiento inicial de traqueotomía.
Parálisis de las cuerdas vocales inducida por COVID en adultos
Según un informe de un caso publicado por investigadores del Sistema de Salud Mount Sinai en los Estados Unidos en 2021, desde mayo de 2020 hasta enero de 2021, se identificó al menos a 16 adultos con parálisis de las cuerdas vocales o debilidad muscular. Los pacientes informaron constantemente un cambio en su voz cuando experimentaron inicialmente infecciones del tracto respiratorio superior y síntomas de COVID-19. El tiempo desde la aparición de los síntomas hasta la búsqueda de atención médica varió de uno a siete meses, con un promedio de tres meses. Cuatro pacientes se sometieron a exámenes de electromiografía laríngea (LEMG), lo que confirmó un diagnóstico del 100 por ciento de la neuropatía.
El informe describe los mecanismos de la neuropatía después de una infección viral, incluida la infección viral directa que causa inflamación aguda de los nervios, la fusión viral con el ADN en los ganglios neurales, donde permanece inactivo hasta que se reactiva por factores externos, y la respuesta mediada por el sistema inmunológico que conduce a la producción de anticuerpos. Estos anticuerpos luego destruyen la vaina de mielina que envuelve a las neuronas, lo que provoca neuropatía. La neuropatía vagal posviral ocurre comúnmente después de una infección aguda del tracto respiratorio superior, lo que resulta en un deterioro de las funciones sensoriales y motoras del nervio vago.
Según la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania, la parálisis de las cuerdas vocales puede ser temporal o permanente. La parálisis bilateral de las cuerdas vocales es poco común y puede representar un riesgo de asfixia, ya que las cuerdas vocales situadas muy cerca pueden obstruir el flujo de aire hacia la tráquea y los pulmones. Puede ser necesaria una intervención quirúrgica en casos de parálisis permanente de las cuerdas vocales.
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