Un equipo del Departamento de Estado, que se centra en la información errónea y la desinformación, se reúne regularmente con las Big Tech, incluidas Twitter y Facebook, dijo un funcionario en una declaración reciente.
Daniel Kimmage, el principal coordinador adjunto del Centro de Compromiso Global (GEC) del departamento, dijo que el equipo intercambia información durante las reuniones y proporciona a las empresas de redes sociales detalles sobre cómo los actores extranjeros como Rusia y China promueven «propaganda y desinformación».
“Las herramientas y técnicas de nuestros adversarios probablemente serían el tema número uno. Entonces, ¿Cuáles son las campañas que vemos, actores de propaganda extranjera, como Rusia, China, Irán u organizaciones terroristas, qué campañas están realizando, qué herramientas están usando, potencialmente qué narrativas están promoviendo?, dijo Kimmage durante la declaración, que se hizo en noviembre y se publicó esta semana. “Y estaríamos en modo de escucha para cualquier cosa que las empresas quisieran compartir”.
El GEC, establecido en el proyecto de ley de financiación de la defensa de 2017, tiene la misión de “contrarrestar la propaganda y la desinformación extranjeras”.
El GEC presentó «boletos» con grandes empresas de tecnología como Twitter, que marcaron publicaciones que supuestamente contenían información engañosa o falsa, reveló un consorcio llamado Election Integrity Partnership en un informe de 2021 (pdf). Las grandes empresas tecnológicas eliminaron varias de las publicaciones que fueron marcadas por GEC y por otras entidades.
Twitter dijo que Kimmage y otros funcionarios de GEC estaban «probablemente involucrados» en comunicaciones «sobre censura y/o modulación de contenido en temas como integridad electoral, información errónea sobre vacunas/COVID y temas relacionados», según una denuncia actualizada de los fiscales generales de Misuri y Luisiana. Los mensajes obtenidos en el caso, en el que se alega connivencia ilícita entre el gobierno y las Big Tech, muestran que el GEC celebró reuniones sobre censura, lo que llevó a un juez a ordenar la declaración de Kimmage y de otros funcionarios del gobierno.
Centrado en la desinformación extranjera
Kimmage dijo en su declaración que no recordaba haber autorizado al personal de GEC a marcar publicaciones para la asociación.
También dijo que el GEC se enfoca en la desinformación extranjera, desafiando un artículo de los medios que decía que el centro “coordina con las agencias estadounidenses, como el FBI y el Departamento de Seguridad Nacional, enfocado en la audiencia estadounidense”.
“No nos dirigimos al público estadounidense”, dijo Kimmage. “La preocupación del GEC es con las acciones de los actores de propaganda extranjeros. La preocupación del GEC se detiene ahí. No se extiende al habla de los estadounidenses”.
También afirmó que el centro solo proporcionó información a las Big Tech y no las presionó para que tomaran medidas, incluida la acción contra la difusión de supuesta desinformación.
El centro «equipa a la gente, equipa, potencialmente, a las empresas tecnológicas para que lo entiendan mejor, de modo que puedan tomar las medidas que quieran para detener la difusión”, dijo Kimmage.
El GEC pone a disposición de empresas de redes sociales, organizaciones sin ánimo de lucro y otros grupos un conjunto de herramientas en la llamada nube de desinformación, según muestran documentos publicados anteriormente. En 2021, 1200 entidades tenían acceso a la nube, que contenía 70 herramientas.
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Dos instancias
Kimmage reconoció haberse coordinado con el FBI y el Departamento de Seguridad Nacional, incluida la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad (CISA) del departamento.
También le mostraron correos electrónicos que mostraban a Alex Dempsey, un funcionario de GEC, reenviando inquietudes sobre un canal de YouTube administrado por estadounidenses sobre el origen de COVID-19.
Un video mostraba a una persona que afirmaba que un estadounidense llevó el COVID-19 a China. Dempsey le señaló el video a Brian Scully, un funcionario de CISA, quien luego envió las inquietudes a Twitter, Facebook y Google, propietario de YouTube. El incidente también se dio a conocer al FBI.
Kimmage dijo que estaba al tanto del video, pero no sabía de los correos electrónicos y no recordaba si autorizó a alguien bajo su mando a contactar a CISA.
«¿Tiene conocimiento de alguna otra situación en la que alguien en el GEC señalara contenidos de un canal de YouTube gestionado por estadounidenses al CISA o a una plataforma de redes sociales o al FBI como una campaña de desinformación a combatir?», preguntó John Sauer, fiscal general de Misuri, que estaba interrogando a Kimmage.
«No, no lo creo», respondió Kimmage.
“No creo que esa cadena haya provocado una acción. No creo que recomendara una acción”, agregó más tarde.
Kimmage también recordó en 2018 cómo un colega le informó que los manifestantes en un país del Medio Oriente estaban usando una plataforma de redes sociales, que no identificó, para comunicarse, y que el departamento estaba preocupado por la seguridad de sus empleados.
“Y esta era una preocupación que estaba siendo rastreada en tiempo real, en los niveles más altos del Departamento de Estado. Y esa fue la única vez que recuerdo haberle comunicado directamente a una plataforma de redes sociales o a un representante sobre una preocupación en curso”, dijo Kimmage. “Fui muy específico en mis interacciones, simplemente dije que esa era una situación en tiempo real en la que creíamos que la seguridad de nuestro personal estaba en juego, y simplemente les pediría que revisen la actividad en esas cuentas para tomar una determinación de acuerdo con sus propios términos de servicio”.
«No pedí que se eliminara nada», añadió, «pero tuve una interacción directa sobre un contenido específico motivada por preocupaciones sobre la seguridad de nuestra gente”.
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