OMS no investigó base de datos eliminada ni pruebas que indicaban inicio más temprano de pandemia

Por Jeff Carlson y Hans Mahncke
16 de septiembre de 2021 2:11 PM Actualizado: 16 de septiembre de 2021 2:11 PM

Comentario

El 12 de septiembre de 2019, la base de datos de secuencias virales del Instituto de Virología de Wuhan fue eliminada. La base de datos eliminada, que nunca se ha recuperado públicamente, contenía más de 22,000 muestras y secuencias inéditas de virus de murciélagos y roedores.

En particular, la base de datos contiene datos cruciales y puede ser la clave para determinar si el laboratorio de Wuhan, China, tenía en su poder el COVID-19 o un virus progenitor.

La importancia de tener acceso a los datos de las secuencias del virus quedó ilustrada anteriormente este año, cuando se recuperaron las secuencias de los primeros casos de COVID-19 a partir de otro conjunto de datos que había sido eliminado en junio de 2020 de una base de datos de los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) a petición de un investigador chino. Esos datos confirmaron que la pandemia no empezó en el mercado de mariscos de Huanan, como habían afirmado las autoridades chinas.

A pesar de la importancia potencial de los datos del Instituto de Virología de Wuhan (WIV), no se ha conocido ninguna solicitud de los funcionarios de salud pública para restablecer o examinar la base de datos del Instituto y ninguno de los principales funcionarios y expertos de salud involucrados en la respuesta a la pandemia, como el Dr. Anthony Fauci, el director de la fundación farmacéutica británica Jeremy Farrar o el director de los NIH el Dr. Francis Collins, han reconocido públicamente la existencia de la base de datos.

En febrero de 2021, la Organización Mundial de la Salud (OMS) envió un equipo de investigación a Wuhan. El informe del equipo afirma que, como parte de su análisis, «revisaron los datos recogidos a través de la base de datos integrada del Centro Nacional de Bioinformación de China sobre todas las secuencias de coronavirus disponibles».

Pero el equipo no solicitó un examen de la base de datos de virus recopilados, mantenidos y posteriormente eliminados por el WIV.

El laboratorio P4 en el campus del Instituto de Virología de Wuhan en Wuhan (China) el 13 de mayo de 2020. (HECTOR RETAMAL/AFP vía Getty Images)

El fracaso de la OMS a la hora de perseguir lo que podría haber sido su pista de investigación más prometedora es destacable, ya que el Instituto de Virología de Wuhan es ampliamente considerado como tal vez la fuente más probable de una fuga viral de laboratorio.

Peter Daszak, presidente de EcoHealth Alliance, un grupo utilizado por los NIH de Fauci para financiar el laboratorio del Instituto Wuhan, afirmó que el equipo de investigación de la OMS no solicitó ver la base de datos eliminada de Wuhan porque Daszak les dijo que los datos no contenían información relevante sobre los orígenes de la pandemia.

Parece sorprendente que los funcionarios de la OMS aceptaran las afirmaciones de Daszak al pie de la letra, en lugar de insistir en examinar la base de datos por sí mismos. También cabe señalar que Daszak tenía un conflicto inherente, ya que había estado involucrado en las actividades del WIV durante años.

Cuando se le preguntó por la base de datos eliminada en enero de 2021, la directora del WIV, Shi Zhengli, afirmó que había eliminado la base de datos debido a supuestos intentos de hackeo, a pesar de que se suponía que esta información debía estar disponible públicamente, según el acuerdo de financiación de Daszak con los NIH de Fauci.

El hecho de que la OMS no haya examinado la base de datos del Instituto Wuhan también es sorprendente a la luz de un informe de la OMS de septiembre de 2019 que advertía específicamente de la posibilidad de una pandemia mundial.

Ese informe, que afirmaba que «el mundo no está preparado para una pandemia de patógenos respiratorios virulentos de rápida evolución», se publicó seis días después de que el Instituto Wuhan borrara toda su base de datos de patógenos peligrosos.

(De izquierda a derecha) Thea Fischer, Marion Koopmans, Peter Daszak y otros miembros del equipo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que investiga los orígenes de la pandemia de la COVID-19, salen del Hotel Hilton Wuhan Optics Valley en Wuhan, el 29 de enero de 2021. (HECTOR RETAMAL/AFP vía Getty Images)

No se sugiere que los autores del informe de la OMS tuvieran conocimiento previo del brote pandémico, ya que se basó en un estudio del John Hopkins del 10 de septiembre de 2019. Pero el hecho de que el informe de la OMS de septiembre advirtiera de la posibilidad de un brote viral mundial al mismo tiempo que el Instituto Wuhan borraba todos sus datos sobre patógenos peligrosos debería haber llamado la atención de la OMS de inmediato.

Según un estudio de la Facultad de Medicina de Harvard, en octubre de 2019 se produjo un aumento del tránsito en los hospitales de Wuhan.

John Brownstein, el profesor de medicina de Harvard que dirigió la investigación, dijo a ABC que «Algo estaba sucediendo en octubre. (…) claramente, hubo algún nivel de alteración social que tuvo lugar mucho antes de lo que se identificó previamente como el inicio de la nueva pandemia de coronavirus».

El estudio de Harvard parece haber sido validado a través de las observaciones del cónsul general de Estados Unidos en Wuhan, Russell Westergard, quien ha declarado que a mediados de octubre de 2019, el consulado de Estados Unidos en Wuhan «sabía que la ciudad había sido afectada por lo que se pensaba que era una temporada de gripe inusualmente agresiva».

Westergard señalaría más tarde que «la enfermedad empeoró en noviembre».

Westergard también declaró que cuando los funcionarios de la ciudad de Wuhan empezaron a cerrar las escuelas públicas a mediados de diciembre para controlar la propagación de la enfermedad, su equipo transmitió la información a la Embajada de EE. UU. en Beijing mientras seguían vigilando la situación.

Más o menos al mismo tiempo que Westergard lanzaba sus advertencias, probablemente en algún momento de principios de noviembre, se reportó que tres trabajadores del laboratorio WIV fueron hospitalizados con síntomas similares a los del COVID.

The COVID-19 virus model
El modelo del virus COVID-19 se exhibe en una exposición científica en Wuhan, provincia de Hubei, China, el 18 de julio de 2021. (Getty Images)

Además, Huang Yanling, una investigadora del Instituto de Virología de Wuhan de la que se rumoreaba que era el paciente cero, también parece haber desaparecido durante este periodo. Su perfil fue posteriormente borrado del sitio web del Instituto Wuhan.

El anexo del informe de investigación de la OMS de 2021 —que describe a Huang como extrabajadora de laboratorio— señala que, según el personal del Instituto de Virología de Wuhan, Huang era una exalumna que se graduó en 2015 y estaba trabajando en otra provincia. Pero el perfil de Huang en el sitio web del Instituto permaneció activo hasta después del brote de la pandemia. Y también se puede ver a Huang en una foto de grupo del Instituto de Wuhan de 2018.

En noviembre de 2019, las advertencias comenzaron en Washington. Según un informe del 8 de abril de 2020 de ABC News, los funcionarios de inteligencia de Estados Unidos advertían a finales de noviembre que «un contagio se estaba extendiendo por la región china de Wuhan».

ABC News también dijo que un informe de inteligencia de noviembre de 2019 por el Centro Nacional de Inteligencia Médica (NCMI, por sus siglas en inglés) del ejército había declarado que el contagio en Wuhan «podría ser un evento cataclísmico».

Notablemente, el NCMI sería identificado más tarde por los medios de comunicación franceses como la agencia que había concluido que lo más probable es que el virus se filtrara desde un laboratorio de Wuhan en la Evaluación de la Comunidad de Inteligencia de 2021 sobre los orígenes del virus.

No es de extrañar que haya habido un gran debate e información contradictoria sobre el momento en que comenzó el brote del COVID. Un reporte, que citaba a funcionarios del gobierno chino, señalaba que el primer caso podía remontarse al 17 de noviembre de 2019.

Un informe académico detallado en The Lancet afirmó que el primer caso conocido de COVID ocurrió el 1 de diciembre de 2019, y señaló que el paciente no tenía vínculos conocidos con el mercado de mariscos de Huanan.

Estas fechas anteriores contrastan con la primera fecha declarada oficialmente por la OMS de un individuo que enfermó de COVID el 8 de diciembre de 2019.

Cuando el brote en Wuhan parecía estar llegando a un punto crítico, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Wuhan trasladaron repentinamente la ubicación de su laboratorio el 2 de diciembre, a un lugar a unos pocos cientos de metros del Mercado de Mariscos de Huanan.

Epoch Times Photo
Una niña recibe una prueba de COVID-19 en una zona residencial de Wuhan, provincia central china de Hubei, el 11 de agosto de 2021. (STR/AFP vía Getty Images)

Aunque este laboratorio ha recibido poca, o ninguna, atención de los medios de comunicación, el investigador principal de la OMS sobre los orígenes del virus, Peter Ben Embarek, expresó en privado su preocupación por esta instalación a un equipo de documentalistas daneses.

Los CDC de Wuhan mantuvieron en silencio el repentino traslado de su laboratorio y lo alejaron de la atención de los medios de comunicación. Embarek afirma que solo se dio cuenta del traslado cuando notó que, mientras le mostraban las instalaciones del laboratorio de los CDC de Wuhan, todo parecía nuevo.

El informe de la OMS, que solo contenía una referencia al laboratorio de los CDC de Wuhan, señalaba que «este tipo de traslados puede ser perturbador para las operaciones de cualquier laboratorio» y afirmaba que el laboratorio «no informó de ningún almacenamiento ni de actividades de laboratorio sobre CoV u otros virus de murciélagos antes del brote».

Sin embargo, la declaración de la OMS sobre las actividades de los CDC de Wuhan no concuerda con las actividades del investigador residente de coronavirus del laboratorio, Tian Junhua.

Dr. Anthony Fauci,
El director del NIAID, el Dr. Anthony Fauci, escucha durante una audiencia del Subcomité de Asignaciones del Senado para el Trabajo, la Salud y los Servicios Humanos, que examina las estimaciones presupuestarias para el Instituto Nacional de Salud y el estado de la investigación médica, en el Capitolio, en Washington, el 26 de mayo de 2021. (Sarah Silbiger/Pool/Getty Images)

En 2017, Tian se jactó ante un periódico chino de haber capturado personalmente 10,000 murciélagos en cuevas remotas del sur de China antes de llevarlos a su laboratorio de los CDC de Wuhan.

Tian también es conocido en los círculos académicos por su investigación sobre los coronavirus de los murciélagos y ha publicado al menos 14 artículos científicos con Edward Holmes, un científico afiliado a la OMS, con vínculos de larga data con China, y defensor de los orígenes naturales.

La eliminación de la base de datos del WIV, junto con otras pruebas, incluidas las observaciones del Consulado de Estados Unidos en Wuhan, parecen sugerir que el brote en Wuhan comenzó antes de lo que se ha informado generalmente.

Esto hace que nos preguntemos por qué la OMS no consideró seriamente esta información en la preparación de su informe sobre los orígenes y la cronología del virus.

La OMS debería haber estado al tanto de esta información, y debería haber estado en guardia contra la desinformación. Como el investigador de la OMS Embarek reconoció más tarde, la OMS era muy consciente de la reticencia de China a cooperar en su investigación desde el principio.


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