La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó dos nuevos medicamentos para tratar COVID-19, el baricitinib y el sotrovimab.
El baricitinib es un fármaco oral que está «fuertemente recomendado» para las personas con COVID-19 de tipo severo o crítico, para ser administrado junto con medicamentos corticoesteroides, anunció la OMS.
El baricitinib forma parte de una clase de fármacos llamados inhibidores de la Janus quinasa (JAK), que suprime la sobreestimulación del sistema inmunitario. El fármaco también se utiliza para tratar la artritis reumatoide.
El Grupo de Desarrollo de Directrices de la OMS encontró «pruebas de certeza moderada de que baricitinib mejora la sobrevivencia y reduce la necesidad de respiradores sin que se observe un aumento de los efectos adversos».
Respecto al sotrovimab, la agencia de las Naciones Unidas dijo que está «condicionalmente recomendado» para personas con COVID-19 leve o moderado pero con «alto riesgo» de hospitalización. Esto incluye a las personas «de edad avanzada, inmunodeprimidas, con enfermedades subyacentes como diabetes, hipertensión y obesidad y a las que no están vacunadas».
El sotrovimab se administra en una única infusión intravenosa durante 30 minutos. Es un fármaco de anticuerpos monoclonales y puede utilizarse como alternativa al casirivimab-imdevimab, otro tratamiento de anticuerpos monoclonales que la OMS recomendó en septiembre de 2021. Los anticuerpos monoclonales son proteínas creadas en laboratorio y diseñadas para actuar en el sistema inmunitario de manera similar a los anticuerpos humanos.
«Se están realizando estudios sobre la eficacia de los anticuerpos monoclonales contra ómicron y los primeros estudios de laboratorio muestran que el sotrovimab conserva su efectividad», declaró la agencia.
La recomendación del 14 de enero es la octava actualización de las directrices vigentes de la agencia sobre la terapias en relación a COVID-19, publicadas en el British Medical Journal, y se basa en las pruebas de siete ensayos que abarcan a más de 4000 pacientes con COVID-19 que van de estados no graves a críticos.
El grupo de expertos que elaboró las directrices también revisó la información relativa a otros dos fármacos contra COVID-19 de estado grave y crítico: los inhibidores de JAK, ruxolitinib y tofacitinib.
Ellos determinaron que las evidencias obtenidas en pequeños ensayos «no muestran beneficios y sugieren un posible aumento de los efectos secundarios graves con el tofacitinib». Desde entonces, la OMS hizo una recomendación condicional para su uso.
La organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) aplaudió la nueva recomendación de la OMS para el baricitinib. En una declaración el grupo instó a los gobiernos a tomar medidas para garantizar que las protecciones de las patentes «no obstaculicen el acceso a este tratamiento».
MSF señaló que la compañía farmacéutica estadounidense Eli Lilly presentó y obtuvo amplias patentes, incluso en Brasil, Rusia, Sudáfrica e Indonesia, bloqueando así la producción de versiones asequibles de baricitinib.
«A pesar de que el baricitinib ya está aprobado para otras afecciones como la artritis reumatoide —y de que ya existen versiones genéricas en India y Bangladesh a precios mucho más bajos que los que cobra Eli Lilly— el baricitinib no estará ampliamente disponible para tratar COVID-19 mientras la empresa siga bloqueando la producción de los genéricos en la mayoría de los lugares», declaró MSF.
«Un fabricante de India fijó el precio de baricitinib en 5.50 dólares por un tratamiento de 4 mg una vez al día durante 14 días, y el precio más bajo que figura en Bangladesh es de 6.70 dólares. Esto es casi 400 veces menos que el exorbitante precio de lista de Eli Lilly en julio pasado de 2326 dólares por la serie del tratamiento».
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