Un funcionario de las Naciones Unidas (ONU) informó que de los 1.2 millones de personas desplazadas en Líbano en las últimas tres semanas a causa de la «horrenda escalada de violencia», 400,000 son niños.
Ted Chaiban, director ejecutivo adjunto del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), dijo en un posteo en X publicado el 15 de octubre que se trata de un conflicto «que se ha convertido en guerra».
Aunque algunos niños se han ido con familias y parientes, otros han sido dirigidos a refugios, como el que Chaiban visitó en Zahle, la tercera ciudad más grande del Líbano.
En la escuela convertida en refugio, el personal de UNICEF trabajó con los niños y las familias en apoyo nutricional, psicosocial y educativo, además de proporcionar asistencia en materia de salud y agua «para una escuela que no está equipada para recibir a más de 400 personas».
«Esto ayuda, y es necesario apoyar y financiar estas actividades», afirmó. «Pero lo que realmente necesita el país es que se ponga fin a las violaciones del derecho internacional humanitario».
Esto significa un alto el fuego, dijo. «Hay que poner fin a esta locura».
Desde que se intensificaron las hostilidades entre el grupo terrorista libanés Hezbolá e Israel el 17 de septiembre de 2024, cuando Israel lanzó mortíferos ataques aéreos contra Hezbolá, la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que se han producido 23 ataques contra instalaciones de salud que han causado 72 muertos y 43 heridos entre pacientes y trabajadores sanitarios.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) dicen que dieron avisos de evacuación para las escuelas y hospitales que, según dijeron, estaban siendo utilizados por Hezbolá como centros de mando antes de lanzar un ataque aéreo el 10 de octubre.
«Antes del ataque, se tomaron numerosas medidas para mitigar el riesgo de dañar a civiles, incluyendo el uso de municiones precisas, vigilancia aérea e inteligencia adicional», dijeron las FDI.
La ONU ha acusado a las FDI de cometer crímenes de guerra en sus represalias contra Hezbolá.
Las FDI calificaron el uso por Hamás de escuelas y centros de salud como centros de mando como un «ejemplo más» de «abuso sistemático de infraestructuras civiles en violación del derecho internacional».
En septiembre, las FDI atacaron viviendas libanesas en las que, según dijeron, operarios de Hezbolá almacenaban armas para su guerra contra Israel.
El contralmirante Daniel Hagari, portavoz de las FDI, declaró que la mayoría de los muertos en los ataques aéreos eran objetivos de Hezbolá.
Antes de lanzar los ataques aéreos, las FDI publicaron advertencias de evacuación para los aldeanos libaneses.
«Aconsejamos a los civiles de las aldeas libanesas situadas en y junto a edificios y zonas utilizadas por Hezbolá con fines militares, como las utilizadas para almacenar armas, que se alejen inmediatamente del peligro. Inmediatamente. Hezbolá los está poniendo en peligro a ustedes y a sus familias».
Con colaboración de Dan M. Berger
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