Paradójica e increíblemente la Organización de Naciones Unidas (ONU) aprobó el ingreso del régimen de Nicolás Maduro al Consejo de Derechos Humanos, a pesar de que la tiranía es investigada por el mismo Consejo por torturas, ejecuciones extrajudiciales, existencia de presos políticos y otras violaciones a derechos humanos.
Con 105 votos a favor la dictadura logró ingresar al Consejo que en agosto aprobó crear una misión para investigarla; mientras que Costa Rica obtuvo 96 votos de 193 en total.
La lógica indicaba que la tiranía de Nicolás Maduro debía ser derrotada en su intento por ingresar al Consejo de Derechos Humanos; sin embargo la mayoría de los países de la ONU consideraron que Nicolás Maduro tiene méritos para formar parte de ese Consejo.
En resumen, la misma ONU ignoró el informe de Michelle Bachelet, alta Comisionada de Derechos Humanos, quien admitió con un fuerte informe que en Venezuela hay graves violaciones por parte del régimen de Maduro.
La tiranía de Nicolás Maduro se había postulado para formar parte del Consejo a pesar de que es acusada por la flagrante violación a derechos humanos por parte de sus autoridades; ante esta situación Costa Rica decidió postularse para competir contra la dictadura y evitar su ingreso; sin embargo el país centroamericano no obtuvo los votos suficientes.
De acuerdo con el reglamento interno, los candidatos al Consejo de DD. HH. deben promover y proteger los derechos humanos en sus propios países y en el extranjero; además deben mantener los estándares de promoción y protección de DD. HH. y cooperar plenamente con el Consejo. Evidentemente la mayoría de los países de la ONU no consideraron esta situación.
El pasado agosto, Venezuela se convirtió en el primer país latinoamericano en ser investigado por el propio Consejo de Derechos Humanos, que aprobó la creación de una comisión para estudiar los abusos del régimen. Una misión encargada investigará ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias, torturas y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes que tuvieron lugar en Venezuela desde 2014 con Nicolás Maduro al poder.
Para el Servicio Internacional para los Derechos Humanos (ISHR, en inglés), una ONG con sede en Ginebra, Venezuela no cumple con los requisitos para ser parte del organismo de la ONU. El ISHR evalúa cada año la cooperación de los candidatos con Naciones Unidas y su apoyo a los derechos humanos, en el caso venezolano, considera que reprueba en 14 de los 15 criterios.
“Realmente una vergüenza la votación. Costa Rica perdió por 12 votos contra la narcotiranía de Nicolás Maduro, que ingresa al Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Realmente es un día de vergüenza para la Comunidad Internacional, que debiera haber condenado este régimen abominable”, dijo desde la ONU el expresidente del Consejo de Seguridad de la ONU, Diego Arria.
ONU, refugio de corruptos venezolanos
Mientras más de 50 países del mundo reconocen al presidente interino, Juan Guaidó como mandatario de Venezuela; la ONU aún respalda y reconoce al régimen de Nicolás Maduro a pesar de haberse robado las elecciones presidenciales en ese país.
Y es que cada día se desmorona la integridad de la ONU, la cual se ha convertido en una especie de refugio para funcionarios involucrados en graves casos de corrupción y violaciones.
Fue en 2015 cuando se destapó uno de los más grandes casos de corrupción en la historia de la ONU, pues John Ashe, diplomático de Antigua y Barbuda y expresidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, fue detenido en Nueva York tras aceptar sobornos de empresarios chinos.
Desde ahí, el organismo internacional se ha ido desprestigiando, al punto de que a nivel mundial se empieza a dudar sobre su verdadera misión.
La ONU ha permitido el ingreso y la participación de criminales, sobre todo en el caso de Venezuela. Hasta hace poco la hija de Hugo Chávez Frías, María Gabriela Chávez fue designada como embajadora alterna de Venezuela ante la ONU.
La hija del expresidente venezolano estaría involucrada en una organización delictiva que tiene vínculos internacionales y actividades de lavado de dinero. Además, se vio «salpicada» por el escándalo relacionado con la venta de sobreprecio de arroz en Argentina.
El más descarado caso de cómo la ONU se convirtió en refugio de graves corruptos, es el de Rafael Ramírez, quien hasta 2017 fue representante de Venezuela en la ONU y contaba con inmunidad diplomática.
Ramírez es investigado en Estados Unidos y en Venezuela por corrupción en la estatal petrolera PDVSA. En diciembre pasó a la clandestinidad, luego de que el régimen de Maduro lo dejara escapar.
El exfuncionario de la ONU fue pieza común de lavado de dinero en EE. UU. y Europa. Ramírez estaría involucrado en acciones ilícitas en suelo norteamericano luego de que se conociera que su hermano, Fidel Ramírez Carreño, está entre los beneficiarios del envío de millones de dólares con soporte en facturas falsas.
En cuanto Estados Unidos reconoció a Carlos Vecchio como embajador de Guaidó, la embajada venezolana chavista hizo transacciones fraudulentas por casi un millón de dólares, y buena parte de ese dinero fue a parar a la delegación chavista en la ONU, encabezada por Samuel Moncada.
Samuel Moncada, representante de Nicolás Maduro en la Organización de Naciones Unidas (ONU), habría cometido fraude por decenas de miles de dólares, pero dicho organismo lo respalda como representante de la dictadura y lo mantiene «blindado» con credenciales diplomáticas.
Las investigaciones realizadas por la representación del presidente (e) Juan Guaidó en Estados Unidos revelan que Moncada realizó transacciones fraudulentas por 250.000 dólares.
El informe de rendición de cuentas que llegó a la Asamblea Nacional reporta operaciones en cuentas bancarias de Venezuela en Estados Unidos que ascienden a 935.366,95 dólares, las cuales fueron realizadas por representantes de Maduro desde el 25 de enero hasta el 19 de febrero del presente año, cuando ya no eran funcionarios legítimos.
Pese a la ilegal transacción, Moncada se mantiene como representante de Maduro en la ONU, ya que este organismo aún no reconoce a Guaidó como presidente de Venezuela, lo que permite que mantenga su blindaje diplomático.
Acoso sexual
A todo esto se suma el escándalo internacional de casos de abuso sexual al interior del organismo, tras una investigación divulgada por The Guardian, en la que se señala a la ONU de haber permitido la proliferación de casos de acoso y agresión sexual contra sus empleadas en sus oficinas de todo el mundo.
El periódico británico entrevistó a docenas de trabajadores y exempleados de la organización, quienes describieron una «cultura del silencio» dentro de su estructura. Según la investigación, a pesar de las denuncias, todos los supuestos agresores continúan en sus puestos de trabajo.
Y es que, en teoría, la ONU fue creada para facilitar la cooperación en asuntos como el derecho internacional, la paz y seguridad internacional, el desarrollo económico y social, los asuntos humanitarios y los derechos humanos. Sin embargo, dichos objetivos solo han quedado plasmados en papel.
Hoy, esta organización no solo no exige requisitos mínimos de integridad y experiencia para que un funcionario sea parte de ella, sino que, además, sus organismos independientes dejan mucho que desear, como el Consejo de Seguridad, el cual se ha mantenido silente ante la dictadura en Venezuela y la necesidad de que exista una intervención humanitaria en el país suramericano tras la grave crisis.
Este artículo fue publicado originalmente en PanAm Post.
Los puntos de vista expresados en este artículo son las opiniones del autor y no reflejan necesariamente los puntos de vista de La Gran Época.
A continuación
El comunismo declara la guerra a la humanidad misma
Lee la serie completa Cómo el espectro del comunismo rige nuestro mundo «
Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.