Un padre de dos hijos de Massachusetts a quien retiraron de la lista de espera para un trasplante de corazón por negarse a recibir la vacuna contra COVID-19 fue operado en una cirugía de corazón abierto, informó su familia la semana pasada.
David Ferguson, padre del paciente D.J. Ferguson, de 31 años de edad, dijo a Fox News que la cirugía fue su último recurso. Los médicos trataron de encontrar soluciones temporales para estabilizarlo después de que el personal del hospital de Boston dijera que no era elegible para el trasplante debido a que no estaba vacunado.
«Le llevaron por un camino cuyo proceso tuvieron que detener, donde le habían dicho que estaba cualificado para el trasplante de corazón pero tenía que vacunarse para conseguir ese trasplante», dijo el padre a la cadena de noticias.
«Él se ha deteriorado tanto y tan rápido que han tenido que recurrir a la cirugía de corazón abierto y ponerle la bomba mecánica LVAD [dispositivo de asistencia ventricular izquierda]», añadió. «Así que ahora mi hijo tiene una bomba y está en recuperación. Pasó por siete horas de cirugía».
Ferguson ingresó en el hospital en noviembre tras sufrir una enfermedad cardíaca hereditaria por la cual su corazón y pulmones estaban llenos de sangre y líquido.
El centro de salud Brigham & Women’s Hospital indicó que las vacunas contra COVID-19 son obligatorias y se defendió diciendo que los programas de trasplante tienen ciertos requisitos que los pacientes deben seguir.
«Nuestro sistema de salud Mass General Brigham requiere varias vacunas recomendadas por los CDC, incluyendo la vacuna contra COVID-19», dijo el hospital en una declaración enviada a The Epoch Times.
La madre de Ferguson, Tracey, declaró que su hijo no tiene nada en contra de las vacunas contra COVID-19, señalando que ha recibido otras inmunizaciones en el pasado. En un llamado para obtener fondos, la familia del paciente dijo que Ferguson ha tenido un breve historial de fibrilación auricular, a menudo llamada AFib —un ritmo cardíaco irregular y a menudo rápido— que podría ponerlo en alto riesgo de reacción adversa e incluso de muerte después de recibir la vacuna.
«Él quiere que sus médicos le aseguren que su estado no empeorará ni será mortal vacunarse contra COVID-19», dijo su madre.
Un familiar de Ferguson escribió en la página de recaudación de fondos de GoFundMe de que han tenido muchas conversaciones con los médicos, quienes le confirmaron que existe la posibilidad de que su corazón se hinche y entre en una crisis grave. Sin embargo, recibir la vacuna contra COVID-19 es una decisión que la familia Ferguson tendrá que tomar si quiere estar en la lista para un trasplante. La página GoFundMe para Ferguson ya ha conseguido casi 90,000 dólares.
«Nos están presionando para que elijamos una vacuna que podría matarlo. Esto no es solo una cuestión política. La gente tiene que poder elegir», indicó su familia.
El Dr. Peter McCullough, cardiólogo y epidemiólogo de renombre, calificó la negativa del hospital a realizar un trasplante de órganos de «poco ética, inmoral».
«Negar a un paciente un trasplante de órganos sobre la base de una vacuna en investigación, ineficaz y categóricamente insegura es en sí mismo poco ético, inmoral y desde el punto de vista clínico y civil, es ilegal», dijo el Dr. McCullough a NTD News, medio de comunicación asociado a The Epoch Times.
«Estas vacunas causan daños en el corazón. Se llama miocarditis. Bajo ninguna circunstancia un buen médico expondría a un paciente con insuficiencia cardíaca que está esperando un trasplante. Bajo ninguna circunstancia un médico expondría a ese paciente a una de estas vacunas», añadió el médico.
El hospital indicó previamente que la investigación ha demostrado que los receptores de trasplantes tienen un mayor riesgo que los pacientes no trasplantados de morir por COVID-19 y que sus políticas están en línea con las recomendaciones de la Sociedad Estadounidense de Trasplantes y otras organizaciones de salud.
«Actualmente hay más de 100,000 candidatos en lista de espera para trasplante de órganos y una escasez de órganos disponibles: alrededor de la mitad de las personas en lista de espera no recibirán un órgano en cinco años», dijo el hospital.
El doctor Arthur Caplan, director de Ética Médica de la Facultad de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York, declaró a la CBS de Boston que «los órganos son escasos» y que es necesario vacunarse para este tipo de procedimientos.
«No vamos a distribuirlos a alguien que tiene pocas posibilidades de vivir cuando otros que están vacunados tienen más posibilidades de sobrevivir después de la cirugía», dijo Caplan a la cadena de noticias.
«Después de cualquier trasplante, de riñón, de corazón, de lo que sea, su sistema inmunitario está desactivado», añadió. «La gripe puede matarlo, un resfriado puede matarlo, el COVID-19 puede matarlo».
Con información de The Associated Press.
De NTD News
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