Análisis de noticias
Desde el Congreso hasta los consumidores y los expertos en China, los llamamientos para que Estados Unidos desvinculen las industrias estadounidenses de la dependencia a la manufactura en China están creciendo y organizándose. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha ayudado a preparar el terreno para un movimiento de desvinculación de China, adoptando desde el principio de su administración un enfoque más escéptico respecto a las relaciones con China que sus predecesores.
Los globalistas están presionando contra el movimiento de desvinculación, pero la tecnología clave de 5G muestra las limitaciones de su enfoque, según un experto.
Puntos de vista opuestos
El argumento para proteger la profundamente entrelazada relación económica entre EE.UU. y China es ampliamente apoyado en algunos círculos.
El pasado diciembre, el expresidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, que sirvió a la administración de George W. Bush como representante de comercio, preguntó en una reunión del Consejo de Negocios de EE.UU. y China, «¿Están listos para esto?»
«El siglo XX pintó un cuadro impactante de destrucción en la era industrial; no asuma que la era cibernética del siglo XXI es inmune a las crisis o catástrofes de igual o mayor escala».
«Hay que decidir si se cree que Estados Unidos puede seguir cooperando con China en beneficio mutuo mientras se manejan las diferencias y, en caso afirmativo, cómo», añadió Zoellick.
The Financial Times dijo que las palabras de Zoellick «capturaron los temores—particularmente dentro de las partes del establecimiento de la política exterior y política económica de Washington-—de que la guerra comercial del presidente de Estados Unidos Donald Trump contra Beijing ha allanado el camino para una ‘desvinculación’ irreversible de las dos economías más grandes del mundo».
Zoellick fue el responsable de completar las negociaciones que llevaron a China a la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Los puntos de vista de Zoellick son compartidos por otros especialistas en comercio y China.
Harry G. Broadman, un economista que ha trabajado en funciones clave del gobierno de Estados Unidos, organizaciones internacionales, del sector privado y del mundo académico durante sus más de treinta años de carrera, escribió en Forbes en septiembre de 2019 que la desvinculación de China presenta potencialmente «impactos negativos de derrame a nivel mundial».
De esas consecuencias, Broadman sugiere que «la bifurcación tecnológica, que podría poner en peligro fundamentalmente el aprovechamiento de beneficios mundiales de los avances de la ciencia y la tecnología» es uno de los aspectos más arriesgados de sacar a Estados Unidos de China.
En términos sencillos, el argumento de Broadman es que sin la globalización, que en gran medida se sustenta en la relación entre Estados Unidos y China, las tecnologías seguirán su propio camino, elaborando estándares y especificaciones para las regiones en las que surgen, en lugar de hacerlo en virtud de un estándar globalizado común en todo el mundo.
5G la dominación del peligro
«Se equivoca», dijo Robert Spalding, refiriéndose a la opinión de Broadman sobre la bifurcación tecnológica. Spalding es un general de brigada retirado de la Fuerza Aérea y arquitecto de la Estrategia de Seguridad Nacional de EE.UU., el cual nombró a China como adversario. Ahora es un Senior Fellow en el Instituto Hudson en Washington, D.C., y autor del reciente libro «Stealth War: How China Took Over While America’s Elite Slept».
El verdadero peligro, dijo Spalding a The Epoch Times en una extensa entrevista, está en la continua lucha por el dominio de la tecnología y los estándares de los móviles de quinta generación—5G—que ya están empezando a cambiar la forma en que se recogen y utilizan los datos en todo el mundo.
«EE.UU. fue el primero en desarrollar el Smartphone en 4G», dijo Spalding. Como resultado, «dominamos el mercado de la información».
Pero a medida que el mundo se mueve hacia la 5G, los riesgos son mayores si se mantiene el «concepto de datos abiertos» y los «mercados de datos abiertos» de esas redes 4G. En Europa, el concepto de datos abiertos ya ha «creado una preocupación por la protección de la privacidad».
En China, sin embargo, los mercados de datos abiertos crean una oportunidad mundial.
«En las manos de China», afirma Spalding, los datos abiertos «permiten que el estado se apodere del poder que tienen Google y Amazon».
El «estado» en China está dirigido y administrado por el Partido Comunista Chino (PCCh).
«La capacidad de estas empresas para identificar sus ubicaciones y las cosas que están haciendo y comprando, es increíblemente poderosa y va en contra de las consideraciones de privacidad y en contra de los principios de nuestras democracias liberales», continuó Spalding.
Spalding señaló que «a medida que Android y Apple se vuelven menos dominantes en 5G, ahora Tencent y Alibaba y DJI e Hikvision pueden comenzar a dominar ese espacio de datos. Así, pasamos de un mundo centrado en EE.UU. a otro centralizado en Baidu y Tencent».
Las cinco empresas son compañías tecnológicas chinas con lazos con el PCCh. Alibaba y Tencent generalmente se encuentran entre las diez primeras empresas de Internet en el mundo por capitalización de mercado.
«Por eso se equivoca [sobre el problema de la bifurcación tecnológica]. Es positivo que pasemos a un sistema de datos que se centre en la privacidad, seguridad, soberanía y el despliegue de un 5G seguro», instó Spalding.
Refiriéndose a Broadman, Spalding dijo que «lo que el defiende es que China domine el espacio tecnológico».
China establece estándares
Ya, dijo Spalding, el 3GPP, el organismo paraguas bajo el cual operan y coordinan las principales organizaciones de estándares de telecomunicaciones en el mundo, está fuertemente dominado por China.
Dado que no se espera que los fabricantes estadounidenses de equipos de red «sobrevivan», eso deja solo cuatro compañías en el mundo que fabricarán los equipos de red para el futuro 5G.
Esas compañías son Ericsson, Nokia, Samsung y la china Huawei. Todas sujetas a los estándares que están siendo tan fuertemente influenciadas por las especificaciones técnicas chinas.
Funcionalmente, por lo tanto, Spalding señala que aunque Ericsson y Nokia son suecos y finlandeses respectivamente, y Samsung es surcoreana, terminarán construyendo el mismo sistema que Huawei.
«Esencialmente», dice Spalding, «todo el mundo está construyendo una red china basada en datos abiertos, no en una red segura. Por eso están equivocados. Su teoría promueve a China», dijo Spalding.
Esto significa, continuó Spalding, que la «adquisición de inteligencia» y la «capacidad de influir en las sociedades» de China se ve muy mejorada tanto en China como en el extranjero, incluso en Estados Unidos.
Las estadísticas del Instituto de Electrónica e Ingenieros Electrónicos (IEEE) apoyan la afirmación de Spalding.
En un artículo titulado «Strategy Analytics: Huawei 1st among top 5 contributors to 3GPP 5G specs» del 17 de marzo, Alan Weissberger informa que «aunque hay más de 600 compañías miembros que participan en el 3GPP, su proceso de especificación de 5G es en realidad dirigido por solo unas pocas compañías líderes de telecomunicaciones… Una nueva investigación de Strategy Analytics… encuentra que 13 compañías contribuyeron con más del 78% de los documentos relacionados con 5G y dirigieron el 77% de artículos de trabajo y de estudio relacionados con 5G».
De esos 13, los cinco primeros son, en orden, Huawei, Ericsson, Nokia, Qualcomm y China Mobile.
Comercio libre vs. Comercio con recursos centrales
«Al permitir que China esté en el sistema de comercio mundial, en realidad se están socavando las premisas fundacionales» de ese sistema, dijo Spalding. Ese sistema de comercio mundial tiene «un enfoque basado en el mercado tanto para la asignación de capital como para el comercio», añadió.
«China no es una economía basada en el mercado», continuó Spalding. China, dijo previamente Spalding, no es «una economía de planificación centralizada, pero tiene recursos centralizados».
«Cuando el estado proporciona recursos y capital a una empresa, no es una solución basada en el mercado».
«Los precios los fija China, no el mercado», dijo Spalding.
«Si realmente quieres tener un sistema de comercio libre (…) entonces China no puede ser parte de él porque no creen en él».
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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