La administración del presidente Joe Biden anuló el viernes un plan de la era Trump para recoger escaneos faciales y ADN de los inmigrantes cuando soliciten entrar en Estados Unidos.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) dijo que «retiró una norma propuesta que habría ampliado las autoridades del departamento y los requisitos para la recopilación de datos biométricos mediante la eliminación de las restricciones de edad; requiriendo la presentación de datos biométricos para cada solicitante, peticionario, patrocinador, beneficiario u otra persona que solicite o esté asociada con cualquier beneficio o solicitud de inmigración o naturalización, a menos que el DHS renuncie o exima el requisito de datos biométricos».
El expresidente Donald Trump propuso el año pasado la ampliación de la recopilación de escaneos faciales, escaneos oculares y datos de voz para las personas que buscan la entrada, que luego se utilizarían para verificar a las personas que han salido del país. La norma también habría permitido al gobierno federal recopilar información de los niños más pequeños, incluyendo el ADN y los escaneos.
El DHS, por su parte, dijo que su movimiento para rescindir la propuesta está diseñado «para reducir las barreras y las cargas indebidas en el sistema de inmigración», y agregó que «el DHS continuará requiriendo la presentación de datos biométricos cuando sea apropiado y sigue comprometido con la seguridad nacional, la gestión de la identidad, la prevención del fraude y la integridad del programa».
En 2019, el gobierno de Trump pidió la recolección de ADN de los migrantes que son detenidos por las autoridades estadounidenses, argumentando que estaba permitido bajo una ley de 2005 y que podría ayudar a detectar el fraude y resolver casos pendientes. Si la propuesta se promulgara, ampliaría enormemente esas recolecciones que, según el DHS, ayudarían a probar las relaciones familiares, verificar las identidades y comprobar los antecedentes penales.
La Unión Americana de Libertades Civiles había criticado la norma, diciendo que obstaculizaría la inmigración legal y plantearía cuestiones sobre la vigilancia del gobierno.
Desde que asumió el cargo, Biden emitió una serie de órdenes para rescindir las normas de inmigración de la era Trump, incluida la suspensión de la construcción del muro fronterizo entre EE.UU. y México, la política de «permanecer en México» y docenas de acciones ejecutivas más. Según un análisis del Instituto de Política Migratoria, Biden desencadenó más de 90 acciones ejecutivas durante sus primeros 100 días en el cargo.
«Las primeras acciones de Biden han reducido, entre otras cosas, el alcance de la aplicación de la ley de inmigración en el interior de Estados Unidos, han puesto fin a la mayoría de las restricciones de viaje y visado impuestas durante la administración anterior, han ampliado las protecciones humanitarias, han hecho más accesibles los beneficios de la inmigración y han adoptado una especie de nuevo enfoque de la aplicación de la ley en las fronteras. Biden también prometió su apoyo a una amplia legislación sobre inmigración que incluirá la legalización de los 11 millones de inmigrantes no autorizados que se calcula que hay en el país», señala el análisis.
Sin embargo, los republicanos, e incluso algunos demócratas, han criticado duramente la política de inmigración de la administración y sus mensajes.
Con información de Reuters.
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