Un organismo de control de los derechos humanos canadiense emitió un informe de evaluación inicial sobre las asociaciones de la cadena de suministro de Zara Canada con empresas chinas acusadas de utilizar mano de obra forzada procedente de la comunidad uigur de China.
El Defensor del Pueblo Canadiense para la Empresa Responsable (CORE) dijo que su investigación es el resultado de las quejas presentadas por una coalición de 28 organizaciones canadienses en junio del 2022. Estos denunciantes alegaron que Zara Canadá, desde antes del 1 de mayo del 2019, estuvo implicada en el uso de trabajo forzoso de uigures a través de sus proveedores: Huafu Top Dyed Melange Yarn Co. Ltd., Shandong Zoucheng Guosheng y Xinjiang Zhongtai Group.
El Defensor del Pueblo señaló que Zara Canadá negó las acusaciones y sugirió que la reclamación es inadmisible porque las supuestas violaciones de los derechos humanos no están directamente relacionadas con sus operaciones. Según el informe, Zara Canadá también se negó a participar en la mediación, reiterando su postura de que la queja es inadmisible en una carta enviada al CORE el 16 de enero.
Los denunciantes también mencionaron que en diciembre del 2021, la empresa matriz de Zara, Inditex, declaró que no mantenía relaciones comerciales con ninguna fábrica de Xinjiang. Los denunciantes consideran que las conclusiones del Instituto Australiano de Política Estratégica contradicen directamente las declaraciones de Zara (y de su empresa matriz Inditex) de que no mantenía relaciones comerciales con ninguna fábrica de Xinjiang. Los denunciantes afirman que esto significa que Zara no abordó, ni tiene intención de hacerlo, sus conexiones con las entidades chinas.
The Epoch Times se puso en contacto con Zara Canadá para solicitar sus comentarios, pero no obtuvo respuesta inmediata.
Empresas chinas
Las tres empresas chinas mencionadas en el informe del CORE fueron identificadas por utilizar o beneficiarse del trabajo forzoso. Para apoyar sus alegaciones, los denunciantes citaron informes realizados por el Instituto Australiano de Política Estratégica (ASPI) en marzo del 2020 y el Centro Helena Kennedy para la Justicia Internacional (HKCIJ) en junio del 2022.
Según el informe del ASPI, Huafu Top Dyed Melange Yarn fue una de las 15 fábricas que recibieron un porcentaje de los 2048 trabajadores uigures que fueron trasladados de la prefectura de Hotan, en Xinjiang, a la provincia de Anhui. Cabe destacar que el informe de ASPI afirma que Zara es uno de los «clientes a largo plazo de Huafu», citando una fuente de los medios de comunicación chinos.
Según el informe de CORE, los denunciantes expresaron su preocupación por el «alto riesgo» de trabajo forzoso uigur utilizado en Xinjiang Zhongtai Group. Citando el estudio del HKCIJ, los denunciantes señalaron que una de las filiales de la empresa, Aral Fulida, es al parecer socia de Zara en la cadena de suministro. El CORE señaló que en una carta dirigida a Zara en noviembre del 2021, los denunciantes solicitaron a Zara que garantizara, «más allá de toda duda razonable», que no se beneficia del trabajo forzoso uigur y que llevara a cabo la diligencia debida para verificar la ausencia de trabajo forzoso uigur en sus operaciones.
En diciembre del 2021, Inditex respondió afirmando que no mantenía relaciones comerciales con ninguna fábrica de Xinjiang y consideró «completamente infundadas» las denuncias judiciales presentadas contra ella en Francia por trabajo forzoso».
Otros grupos minoritarios
Zara Canadá no es la única empresa que fue acusada de ser cómplice del uso de trabajo forzoso que explota a grupos minoritarios en China.
La Coalición Internacional para Acabar con el Abuso de Trasplantes en China, que se encuentra entre los 28 denunciantes, publicó un informe en noviembre del 2020. En el informe, el grupo nombraba a Adidas, Nike y Amazon como algunas de las marcas occidentales que se benefician del uso de mano de obra forzada uigur en Xinjiang.
El informe destacaba que, en otros lugares de China, otras minorías étnicas y religiosas, como los practicantes de Falun Gong, los budistas tibetanos y los cristianos, también están recluidos en campos de trabajo.
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