El Departamento de Educación de EE. UU. dijo el martes que no transmitirá la información de ayuda federal de los estudiantes a las universidades hasta marzo, un retraso de un mes a un proceso ya lento que los legisladores advirtieron que podría obligar a algunos estudiantes a renunciar a los planes universitarios.
Enterrado en un comunicado de prensa celebrando los 3.1 millones de formularios de Solicitud Gratuita de Ayuda Federal para Estudiantes (FAFSA, por sus siglas en inglés) presentados con éxito, el Departamento de Educación dijo que planea comenzar a enviar esos formularios a las universidades en lotes «en la primera quincena de marzo».
Además de eso, los estudiantes que cometieron errores en lo que informaron en el formulario FAFSA también tendrán que esperar hasta entonces para hacer correcciones, según el departamento.
Se espera que el retraso acorte aún más el plazo para que las universidades y las agencias estatales hagan ofertas de ayuda financiera y becas.
Normalmente, el Departamento de Educación pone a disposición la FAFSA el 1 de octubre y las universidades reciben los datos de los solicitantes poco después, pero la FAFSA rediseñada no se puso en marcha hasta el 30 de diciembre, casi tres meses más tarde de lo habitual.
Más dificultades para las universidades
En una rueda de prensa celebrada el martes, el subsecretario de Educación de EE. UU., James Kvaal, confirmó el retraso, pero se negó a especificar una fecha exacta o a garantizar que las universidades recibirían la información de la FAFSA antes de marzo. Anteriormente, el Departamento de Educación había prometido empezar a transmitir los datos a finales de enero.
Esto sólo aumenta la incertidumbre de los administradores de las universidades sobre cuándo recibirán finalmente la información de las FAFSA de los estudiantes, que es esencial para determinar el tamaño de los paquetes de ayuda financiera. Al mismo tiempo, los futuros estudiantes universitarios disponen de un margen mucho más estrecho para comparar ofertas y elegir la universidad que les resulte más asequible.
Justin Draeger, presidente y director ejecutivo de la Asociación Nacional de Administradores de Ayuda Financiera Estudiantil, expresó su frustración por la ralentización de un ciclo de ayuda financiera ya problemático con retrasos y fallos técnicos.
«El mismo día en que las escuelas esperaban recibir la información de los solicitantes de la FAFSA, el Departamento de Educación de EE. UU. les notificó que no debían esperar recibir esos datos hasta marzo, no antes», dijo el Sr. Draeger en un comunicado. «Estos continuos retrasos, comunicados en el último minuto, amenazan con perjudicar a los mismos estudiantes y familias a los que se pretende ayudar con la ayuda federal a los estudiantes».
«Con esta noticia de última hora, las universidades de nuestro país se ven una vez más en apuros para determinar la mejor manera de trabajar dentro de estos nuevos plazos para emitir ofertas de ayuda lo antes posible, de modo que los estudiantes que menos pueden permitirse la educación superior no sean los que finalmente paguen el precio de estos errores».
La decisión también suscitó las críticas del senador Bill Cassidy (R-La), el principal republicano del Comité de Salud, Educación, Trabajo y Pensiones del Senado.
«Recientemente me reuní con varios líderes de universidades de Luisiana que me dijeron todos por separado que están preocupados por la FAFSA. Este despliegue ha sido un desastre», dijo el senador en respuesta a la noticia. «El Departamento de Educación tuvo tres años para preparar el lanzamiento de la FAFSA actualizada. Su incapacidad para hacer su trabajo está teniendo consecuencias reales para los estudiantes y las familias. Estos retrasos inaceptables de la Administración Biden crea la probabilidad real de que muchos estudiantes renuncien a la universidad porque no pueden elegir una escuela sin saber su elegibilidad para la ayuda estudiantil».
Los legisladores exigen responsabilidades
Cassidy forma parte de un grupo de 28 congresistas republicanos que pretenden que la Administración Biden rinda cuentas por lo que califican de «mal trabajo» en el lanzamiento de la FAFSA.
En una carta enviada la semana pasada a la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno, los legisladores dijeron que quieren saber qué dificultades tuvieron las familias para rellenar el nuevo formulario, así como los obstáculos que encontraron las universidades. También pidieron al organismo federal de control que investigue si el Departamento proporcionó a los estudiantes y a las instituciones orientación suficiente para hacer frente a los cambios.
«Todos estos desafíos y retrasos pueden hacer que algunos estudiantes —especialmente los de menores ingresos, que son los que más dependen de la ayuda federal— se den por vencidos y no continúen con la educación postsecundaria», argumentaron.
La nueva FAFSA es obligatoria en virtud de un proyecto de ley de educación firmado por el presidente Donald Trump cerca del final de su primer mandato en 2020. El esfuerzo legislativo estaba destinado a racionalizar el extenso formulario de ayuda estudiantil de 108 preguntas, con procesos simplificados para que las familias proporcionen su información fiscal y de ingresos.
El formulario en sí está diseñado para que sea mucho más fácil de rellenar, ya que el número de preguntas obligatorias es ahora de unas 50. Algunos solicitantes sólo tienen que rellenar 18 preguntas.
En años anteriores, la información sobre ingresos y finanzas tenía que añadirse manualmente. En el nuevo formulario de la FAFSA, los estudiantes y sus contribuyentes pueden importar sus datos del IRS después de dar su consentimiento para que el Departamento de Educación acceda a su expediente en la base de datos de la agencia tributaria.
La conexión con el IRS también acorta el formulario al eliminar muchas de las preguntas financieras.
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