El medicamento para la diabetes conocido como Ozempic que se ha hecho popular por sus efectos en la pérdida de peso, podría tener otro beneficio en el tratamiento del daño renal, según una nueva investigación publicada el viernes.
Los resultados del estudio muestran que el medicamento puede reducir en un 52% los principales signos de la enfermedad renal crónica, lo que podría ofrecer nuevas opciones de tratamiento a millones de pacientes.
Ozempic pertenece a una clase de medicamentos para la diabetes de tipo 2 que actúa sobre la hormona intestinal péptido-1 similar al glucagón (GLP-1). Este mecanismo aumenta la liberación de insulina del páncreas, reduce el hambre y desacelera la digestión. En conjunto, estos efectos mejoran el control de la glucosa y favorecen la pérdida de peso, por lo que el medicamento resulta valioso para pacientes con diabetes y complicaciones relacionadas con la obesidad.
Efectos «directos e indirectos» en la salud renal
El estudio, dirigido por el farmacólogo clínico Hiddo L. Heerspink, del Centro Médico Universitario de Groningen, Países Bajos, es el primero en demostrar la eficacia del Ozempic en pacientes con daño renal crónico. Los resultados, publicados en Nature Medicine, se presentaron también en el congreso anual de la Sociedad Americana de Nefrología.
Con base en su investigación anterior sobre los inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa 2 (SGLT2) —medicamentos que reducen el azúcar en la sangre ayudando a los riñones a eliminar la glucosa a través de la orina y que han ayudado a pacientes con enfermedad renal crónica sin diabetes— Heerspink investigó si la semaglutida, el principio activo de Ozempic, podía ofrecer beneficios similares.
Los resultados demostraron que la semaglutida afecta la salud renal a través de varias vías. «Lo bueno es que el medicamento tiene efectos tanto directos como indirectos en los riñones», aseguró Heerspink en un comunicado de prensa. «El medicamento tiene efectos directos sobre los parámetros de inflamación en el riñón y reduce el tejido adiposo alrededor de los riñones, lo que disminuye la cantidad de proteínas en la orina. E indirectos, porque reduce el peso y la tensión arterial de los participantes», añadió.
En el estudio participaron 101 personas de Canadá, Alemania, España y los Países Bajos. Los investigadores administraron durante 24 semanas inyecciones de semaglutida a la mitad de los participantes, mientras que los demás recibieron un placebo.
Beneficios en la función renal
Los resultados mostraron que los participantes que tomaron Ozempic redujeron las proteínas urinarias en un 52%, un indicador clave de daño renal.
El estudio también registró una disminución del 30% de la inflamación renal, una reducción significativa de la presión arterial y una pérdida media de peso del 10%.
A pesar de los resultados positivos, Heerspink reconoció ciertas limitaciones en la duración del estudio, asegurando que fue «demasiado corto para medir mejorías en la calidad de vida de los participantes o efectos a medio plazo». Sin embargo, los cuestionarios indicaron que los participantes sintieron hambre con menos frecuencia y, en consecuencia, comieron menos, señaló.
De cara al futuro, Heerspink se mostró entusiasmado con la idea de seguir investigando: «Todas las señales son positivas para probar este medicamento en un estudio a gran escala. Me gustaría averiguar si puede conducir a menos diálisis o trasplantes de riñón».
Los resultados motivaron a Heerspink a ampliar su investigación. Planea expandir su investigación para incluir a pacientes no obesos con daño renal, aunque señala que la creciente popularidad de Ozempic puede complicar la adquisición de cantidades suficientes para el estudio.
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