Durante el verano de 2013 Shane Henderson y su hijo de 10 años Justis trabajaban en un proyecto de arte en metal, y pasaron un valioso tiempo juntos como padre e hijo en su garaje. Hicieron piezas patrióticas de arte en metal y comenzaron una página de Instagram que presentaba su trabajo, que es ahora la página más grande de Instagram, que muestra el arte en metal en el mundo. Poco sabían que el proyecto de su casa se convertiría en un negocio multimillonario.
Henderson había sido soldador, y trabajar con el metal era algo natural para él. Sin embargo, lo que hacía el trabajo particularmente especial era el hecho de que estaba creando piezas de arte con su hijo.
«Fue bueno porque le estaba pasando algo a él», explicó Henderson.
El hijo de Henderson es un jugador de béisbol, y los dos siempre se fueron unidos a través del deporte. El trabajo con el metal y la construcción de obras de arte juntos fortaleció aún más su relación.
Crecimiento rápido
El propio padre de Henderson es un veterano de la guerra de Vietnam, y siempre fue increíblemente patriótico. Su página de Instagram comenzó a ser seguida por muchos militares en servicio activo, veteranos, policías y bomberos, y en un par de meses, tenía 40,000 seguidores.
La gente empezó a pedirle piezas personalizadas y conmemorativas, mientras Henderson trabajaba a tiempo completo. En 2015, trabajó piezas hasta la medianoche en su garaje.
«Para cuando ya había superado mi garaje, teníamos arte en metal apilado por toda la casa. Cajas de embalaje, cinta de embalar, no se podía ni siquiera caminar por nuestra casa. Era una estación de envío básicamente para todo este arte en metal», recordó Henderson.
Henderson cargaba su camión con diferentes piezas cada noche e iba a la gasolinera, donde había una oficina de correos. La mujer que trabajaba de noche se llamaba Daphne, y ella le ayudaba a descargar su trabajo. Durante la Navidad de 2015 Henderson tenía unos 700 pedidos imposibles de cumplir, y la contrató para que le ayudara a tiempo parcial.
«Fue doloroso. Fue bastante malo. Fuimos como compañeros de guerra al final de todo. Esa Navidad nos puso en el mapa. Para entonces ya tenía 150,000 seguidores en Instagram y probablemente 20,000 en Facebook, así que la marca estaba allí fuera», explicó Henderson.
El Gabinete de la Libertad
A medida que el negocio crecía, Henderson comenzó a incorporar la madera en su trabajo. Hizo ranuras e incrustaciones de acero. Las banderas se aceitan, se queman, se pulen, y todo se hace a mano. El negocio siguió creciendo rápidamente, y comenzó a contratar empleados y a comprar maquinaria. También alquiló su propia tienda. Al acercarse las elecciones de 2016, vendía cientos de banderas al día. Para Navidad habían vendido miles de piezas.
Para 2017, tenía su segunda negocio y seis empleados. Tuvieron la idea de poner una de las banderas en un armario cerrado con gomaespuma y colgarla en la pared. De ahí nació el Gabinete de la Libertad. Para el verano de 2017, tenía innumerables pedidos atrasados, no podía contratar gente lo suficientemente rápido, y había superado su taller. Después de pasar la Navidad de 2017, Henderson tuvo que mudarse a un nuevo espacio de 15.000 pies cuadrados (1394 m²). Ahora tiene 31 empleados, y todavía tiene miles de pedidos pendientes.
Aunque no se comercializan con este fin, muchos clientes guardan sus armas de fuego en el Gabinete de la Libertad. Henderson no quería que su marca se centrara demasiado en una industria, así que cambió la marca del Gabinete de la Libertad por un nuevo producto llamado Taberna clandestina. El artículo es el mismo, pero tiene espacio para una barra completa y cristalería.
Henderson dirige un negocio exitoso, pero su patriotismo es el sello de su trabajo. En 2017, durante el tiempo que estuvo en su segunda tienda, inició «Banderas para la Fortaleza». Había recibido llamadas y correos electrónicos todos los días para donaciones y fue impulsado a contribuir.
La gente puede nombrar a un militar en servicio activo, veterano, policía, bombero o cualquier héroe local que describa su historia, y todo lo que Henderson pide a cambio es una foto del receptor sosteniendo la pieza personalizada. El año pasado, envió más de 120,000 dólares en arte de Banderas para la Fortaleza.
«Tengo muchas más ideas de cosas que quiero hacer y cosas que haré», señaló Henderson.
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