El Partido Comunista Chino (PCCh) quiere convertirse en una gran potencia espacial para 2030, y en un líder mundial en equipos y tecnología espaciales para 2045. Y parece que el régimen está bien encaminado para lograr esta meta, lo que podría otorgarle una influencia significativa en los negocios, la política y el poder militar.
El 11 de abril, la Comisión de Revisión de la Seguridad Económica entre Estados Unidos y China publicó un informe sobre la búsqueda por parte del PCCh de ser una potencia espacial y lo que esto significa para Estados Unidos. En el documento se afirma que, aunque el PCCh se encuentra actualmente por detrás de Estados Unidos en cuanto a ser una potencia espacial, está haciendo significativos esfuerzos para ponerse al día rápidamente.
“Los formuladores de políticas de EE. UU. no deberían esperar que el programa espacial de China se mantenga significativamente por detrás del de Estados Unidos indefinidamente”, dice el informe, especialmente porque sus programas sirven tanto a propósitos militares como civiles, con el objetivo más profundo de “saltar por encima de Estados Unidos”.
Los programas espaciales del PCCh incluyen una alternativa al GPS, una nueva estación espacial internacional china, el sueño de una base lunar y otros. Para el PCCh, la utilización de estos programas va más allá de la ciencia y la exploración.
El informe señala que cuando la financiación del gobierno de Estados Unidos para la Estación Espacial Internacional (ISS) termine en 2024, China “puede ser el único país que tenga una estación espacial operativa”. Esto le daría al PCCh una ventaja diplomática, ya que aunque dice que los países miembros de la ONU podrían utilizarla, este acceso podría estar condicionado por la postura política de cada país.
Del mismo modo, la sustitución del GPS por el PCCh tiene una importancia significativa para el poder militar chino. El sistema GPS de EE.UU. se utiliza no solo para los productos civiles como teléfonos inteligentes y aplicaciones, sino también para la navegación militar y los ataques con armas. Si estallara una guerra entre los principales países, o si un estado rebelde utilizara esta tecnología para cometer atrocidades, Estados Unidos podría negarle el acceso al GPS, lo que le impediría el acceso a capacidades militares clave.
El PCCh, por otro lado, tiene una postura permisiva en cuanto a la tiranía de un gobierno. Parte del “modelo de China” es una postura de “haz lo que quieras” que mantiene al PCCh apoyando a regímenes rebeldes como Irán y Corea del Norte, independientemente de las sanciones que se les aplican.
Para el PCCh, esto significa tanto fuerza militar como poder diplomático. Y según el informe, este es una característica clave de los objetivos espaciales del régimen.
En comparación con el programa espacial de Estados Unidos, el programa de China también está más conectado a los “resortes del poder”, lo que significa que sus objetivos suelen contar con el apoyo de los líderes principales y están interconectados con las prioridades generales de la política industrial y exterior de China”.
Entre estos “resortes del poder” clave se encuentra el EPL, el ejército del PCCh, que, según el informe, “desempeña un papel importante en la organización y supervisión de las actividades espaciales de China, lo que significa que la mayoría de las actividades espaciales aparentemente civiles de China tienen aplicaciones de doble uso”.
Cuando se trata de cobertura mediática y declaraciones públicas, el PCCh trata de mantener una apariencia pacífica sobre el espacio, pero sus acciones dicen todo lo contrario.
Recientemente, el PCCh criticó a la India por probar un arma antisatélite y, a continuación, en un tono altivo habló de paz. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino declaró que “el espacio exterior es compartido por toda la humanidad. Todo país tiene derecho a explorar y utilizar el espacio exterior con fines pacíficos”.
Sin embargo, entre bastidores, el PCCh estuvo probando armas antisatélite desde al menos 2005. La utilización de un misil para destruir su satélite meteorológico Feng Yun 1-C en 2007, enviando más de 3000 piezas de escombros a la órbita baja terrestre, es lo que le impidió al PCCh trabajar junto con la NASA.
Un coronel retirado del ejército indio, Vinayak Bhat, también reveló imágenes satelitales que mostraban instalaciones secretas de armas espaciales en China, incluyendo sistemas láser antisatélite, así como generadores de pulso electromagnético (EMP, por sus siglas en inglés).
#China #space denial weapons.#PLA has deployed #DEW & #HEL to dazzle/disable/destroy satellites.#EMP & mobile pulse generators being experimented.#RISAT1 & #GSAT6A still fresh in mind.
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Need to harden own equipment.https://t.co/5csGt75rwG pic.twitter.com/04jFLwEpxK— 卫纳夜格@Raj (@rajfortyseven) 23 de marzo de 2019
En el marco del programa denominado “Maza Asesina” o “As en la Manga”, la estrategia militar del PCCh para una guerra contra Estados Unidos dependerá en gran medida de armas como éstas. Esto incluiría el uso de armas antisatélite y otras tecnologías clave para destruir los sistemas que activan las tecnologías básicas de las fuerzas armadas de Estados Unidos.
“Estas armas modernas ‘As en la Manga’ y ‘Maza Asesina’ permitirán que las fuerzas de baja tecnología de China prevalezcan sobre las fuerzas de alta tecnología de Estados Unidos en un conflicto localizado”, afirma un informe del Centro Nacional de Inteligencia Terrestre de 2011.
Y como señala el nuevo informe, uno de los principales organismos del PCCh a cargo de sus programas espaciales, la Corporación de Ciencia e Industria Aeroespacial de China, también “planifica y supervisa los programas de armas antisatélite de ascensión directa de China”.
Joshua Philipp es un reportero de investigación senior de La Gran Época.
Los puntos de vista expresados en este artículo son las opiniones del autor y no reflejan necesariamente los puntos de vista de La Gran Época.
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