Cada día toma innumerables decisiones. Elige qué hacer. Elige en qué centrarse. Elige lo que es importante para usted y lo que no. Elige la forma de interpretar la vida que se despliega ante usted. Usted elige las normas con las que vive. Usted eliges sus pensamientos, acciones, reacciones, emociones y estado de ánimo. Es su mentalidad la que determina gran parte de tu experiencia vital.
Aunque no puede controlar lo que hacen o piensan los demás, el tiempo o el estado del mundo —sí puede controlar su mentalidad. A continuación, le ofrecemos algunas formas de gestionar su mentalidad para aprovechar al máximo cada día.
Tranquilice su mente
Ojalá fuera tan fácil, ¿verdad? Hay cosas que puede hacer. Es fácil dejarse llevar por el miedo y la fatalidad del panorama mediático actual y vivir con miedo y preocupación por lo que pueda ocurrir a continuación. Este tipo de mentalidad puede convertirse fácilmente en un hábito, en el que están atrapadas demasiadas personas.
Para comenzar, controle su consumo de los medios de comunicación y permanezca atento a la puerta de su mente. Aunque debe informarse, no debe obsesionarse con estar al día de las noticias. Por supuesto, no es solo el consumo de noticias lo que debe atemperar; son todos los medios de comunicación. A quién sigue en las redes sociales influirá mucho en su forma de pensar. Las películas que ve, las series que disfruta, los libros que lee —todo influirá en su mentalidad. Elija sabiamente.
Además, cuando se encuentre sumido en la preocupación y el miedo, es señal de que necesita fortalecer su fe. Sea lo que sea lo que eso signifique para usted, busque la sabiduría superior y la verdad.
Haga bien lo que deba hacer
Cuando sabemos que no estamos viviendo al máximo nuestro potencial, esto afecta la confianza en nosotros mismos y a nuestro espíritu en general. La respuesta es ponerse manos a la obra.
Comprométase con los papeles que desempeña en su vida. Desde su trabajo hasta los roles que tenga como padre, hermano, hijo o hija, miembro de su comunidad, etcétera. Considere todos los sombreros que lleva y hágalo lo mejor que pueda para cumplir los deberes de todos y cada uno de los papeles que desempeñe.
No lo hará siempre a la perfección —pocos lo consiguen. Pero concéntrese en ser diligente, ser constante, vencer la pereza y la dilación y cumplir con lo que debe hacer, aunque no le apetezca. Cuide las partes de su vida del mismo modo que cuidaría un jardín. Siga haciéndolo, pase las semanas, disfrute del sol, nutra las plantas y, con el tiempo, verá los frutos.
Aprecie su vida
Qué milagroso es estar vivo ahora mismo. Su mentalidad cambiará enormemente cuando pueda asombrarse de esta vida, valorar tanto lo bueno como lo malo y estar verdaderamente agradecido por las bendiciones y las lecciones que recibió.
Ame
Aléjese de la cultura del resentimiento y el vitriolo y llene su corazón de amor. Ámese a sí mismo, ame a su familia, ame a sus amigos, ame a sus vecinos, ame a las personas que respeta y a la gente con la que no esté en absoluto de acuerdo, ame a los extraños con los que se cruza por la calle —fomente el amor en su corazón.
Reconozca que todos estamos haciendo lo mejor que podemos con esta vida en este planeta y en estos tiempos. Reconozca que todo el mundo se enfrenta a retos y dolores, enfermedades y sufrimiento. Reconozca que todo el mundo es bueno y que puede elegir centrarse en ello.
Sea una luz
Por último, opte por arrojar luz allá donde vaya. Deje a un lado las quejas, los chismes y la propagación del pesimismo. En lugar de eso, sea una luz. Sonría más. Tenga compasión. Anime a los demás. Sea servicial y atento. Vea lo bueno en todas las situaciones y comparta su luz interior con los que lo rodean.
¿Vivimos tiempos difíciles? Parece que sí. Nunca hubo mejor momento que éste para fortalecer su mentalidad y ser un faro de luz y esperanza en medio de todo. Si todos hiciéramos esto, imagine el panorama.
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