Los parlamentarios de la Cámara de los Comunes presentaron una petición en la que se solicita la aprobación de un proyecto de ley para combatir el tráfico de órganos en honor a David Kilgour, exministro del gabinete y reconocido defensor de los derechos humanos.
Kilgour, que tuvo una larga carrera política, falleció el 5 de abril a causa de una rara enfermedad pulmonar. Tenía 81 años.
«Esta horrible práctica fue sacada a la luz por primera vez por el es miembro del parlamento David Kilgour», dijo el parlamentario conservador Pat Kelly. «Es una pena que no haya vivido para ver su aprobación, pero ciertamente espero que este proyecto de ley se apruebe».
El proyecto de ley S-223 es un proyecto de ley del Senado que pretende luchar contra la sustracción forzada de órganos y el tráfico de órganos, tipificando como delito el hecho de que una persona vaya al extranjero a recibir un órgano de alguien que no haya dado su consentimiento informado para la sustracción del órgano. También modificaría la Ley de Inmigración y Protección de los Refugiados para que un residente permanente o un ciudadano extranjero sea inadmisible en Canadá si participa en actividades relacionadas con el tráfico de órganos humanos.
En 2006, Kilgour y el abogado canadiense de derechos humanos David Matas fueron coautores del innovador informe «Cosecha sangrienta» —seguido por un libro del mismo nombre— que investigaba la sustracción forzada de órganos del régimen chino a los presos de conciencia que practican Falun Dafa. Ambos afirmaron que, basándose en sus hallazgos, pudieron confirmar que el régimen realizaba esta atroz práctica.
Tras la publicación del informe, Kilgour y Matas viajaron a numerosos países de todo el mundo, celebrando paneles y hablando con legisladores para informarles sobre la campaña de persecución de Beijing y la sustracción de órganos a los practicantes de Falun Dafa.
«Un legado increíble»
Mientras testificaba ante una comisión del Senado el año pasado sobre el proyecto de ley S-204, el predecesor del proyecto S-223, Kilgour señaló que muchos países ya tienen leyes para combatir el tráfico de órganos, y dijo que es «vergonzoso» que Canadá aún no tenga esa legislación.
En el último Parlamento, la S-204 obtuvo el apoyo unánime del Senado, pero antes de que pudiera ser votada en su totalidad en la Cámara de los Comunes, se convocaron elecciones y se disolvió el Parlamento.
Hubo varios intentos anteriores de aprobar proyectos de ley similares, pero todos perecieron cuando el Parlamento se disolvió debido a la convocatoria de elecciones.
Presentado por la senadora Salma Ataullahjan, el proyecto de ley S-223 se aprobó en el Senado el 9 de diciembre de 2021 y tuvo su primera lectura en la Cámara de los Comunes el 16 de diciembre de 2021.
Los días 6 y 7 de abril, 13 miembros conservadores presentaron la petición y alentaron la aprobación del proyecto de ley.
El parlamentario Garnett Genuis, que ha presentado en la Cámara proyectos de ley sobre el tráfico de órganos en parlamentos anteriores, aprovechó la oportunidad para reconocer la labor de Kilgour.
«Me uno a los colegas de todos los lados de la Cámara para reconocer el increíble legado de David Kilgour, que ha fallecido esta semana», dijo Genuis.
«David llamó mi atención y la de mucha gente sobre este tema. Él, junto con David Matas, escribió el informe inicial sobre este tema. Ha sido un defensor incansable de esta cuestión y de muchas otras cuestiones relacionadas con los derechos humanos».
El parlamentario Damien Kurek dijo: «Este proyecto de ley ha sido aprobado por el Senado por unanimidad en tres ocasiones, y parlamentarios de múltiples partidos han presentado una forma de este proyecto en los últimos 13 años. Los peticionarios esperan que sea este Parlamento el que lo consiga».
Al instar a la aprobación del proyecto de ley, el parlamentario Stephen Ellis dijo que, como exmédico familiar, la legislación toca «el corazón de la cuestión para mí», y dijo que Kilgour era «un gran defensor no solo de esta cuestión sino de otras cuestiones de derechos humanos».
El parlamentario Tom Kmiec dijo que fue Kilgour «quien destapó en el extranjero e hizo posible esta [legislación]. … Dios lo bendiga por su trabajo y Dios lo bendiga por todo lo que hizo por este Parlamento».
Un «inconformista con causa»
El 7 de abril, el parlamentario liberal John McKay también rindió homenaje a Kilgour en la Cámara, destacando la pasión de su antiguo colega por los derechos humanos, su independencia inquebrantable y su fuerte fe.
«Todo en la vida de David estaba motivado por su profunda fe cristiana. El político antipolítico, David se presentó por los conservadores y ganó. Se presentó por los liberales y ganó, y finalmente se presentó como independiente», dijo McKay.
«Tenía poco o ningún tiempo para los compromisos de la política, o los primeros ministros o los líderes de los partidos. Si un gobierno pendía de un hilo por Darfur, ¿qué importaba? Si el gobierno de China lo vetaba por defender a Falun Gong o a los uigures, ¿qué importaba?».
Kilgour fue elegido por primera vez como parlamentario del Partido Conservador Progresista en 1979, pero fue destituido en 1990 tras discrepar con el entonces primer ministro Brian Mulroney sobre la introducción del Impuesto sobre Bienes y Servicios.
Se incorporó a los liberales en 1992 y fue secretario de Estado para América Latina y África de 1997 a 2002, y secretario de Estado para la región de Asia-Pacífico de 2002 a 2003, durante el gobierno de Jean Chrétien.
En 2005, Kilgour abandonó el Partido Liberal por discrepancias de principios y se presentó como parlamentario independiente. Se retiró de la política en 2006.
En un artículo de su página web titulado «Por qué dejé el partido«, Kilgour citó la falta de voluntad de Canadá para unirse al esfuerzo internacional para detener el genocidio de Ruanda y las atrocidades contra los derechos en Sudán como motivo de su marcha.
«En ningún lugar es más evidente el vacío de nuestra política exterior que en Sudán, donde ya han perecido más de 300,000 civiles en un desastre que Romeo Dallaire ha descrito como ‘Ruanda en cámara lenta'», escribió.
Dallaire fue comandante de la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas para Ruanda antes y durante el genocidio de 1994.
Meses después de la petición de Kilgour, el gobierno de Paul Martin envió ayuda humanitaria a Sudán.
McKay dijo que la dedicación de Kilgour a las causas de los derechos humanos estaba respaldada por tal coraje y convicción que estimuló a otros a seguir su ejemplo.
«La pasión de David era tan fuerte y su defensa tan eficaz que al final fue asumida por muchos otros», dijo.
Dijo que aunque Kilgour puede ser descrito como un «inconformista con una causa», también sabía cómo reunir a la gente para «mover agendas».
«David vivía según Mateo 22: ‘Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, alma y mente’, y ‘ama a tu prójimo como a ti mismo'», dijo.
«David tenía un conjunto diverso de vecinos, y los amaba a todos».
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