La tubería que suministra agua al Parque Nacional del Gran Cañón falló tras una serie de roturas, lo que hace imposible que el popular destino turístico pueda alojar a los visitantes que pernoctan durante su temporada alta.
El Servicio de Parques Nacionales (NPS) anunció el 28 de agosto, que no se está bombeando agua a los bordes sur ni al norte de los 1904 km2 del cañón, y las reservas de agua son escasas. Los hoteles del parque, que suelen estar a pleno rendimiento durante el fin de semana del Día del Trabajo, cerraron temporalmente sus alojamientos a partir del 29 de agosto.
Según la agencia federal, el conducto Transcanyon Waterline, de 12.5 millas de longitud, la fuente de agua del parque, se averió tras una serie de fallos que se remontan a julio. Construida en la década de 1960, la infraestructura superó su vida útil prevista y se avería con frecuencia, requiriendo largas y costosas reparaciones por fugas.
Por ello, el parque puso en marcha estrictas restricciones de agua que se suman a las medidas de conservación ya aplicadas. Las autoridades piden a los habitantes que se duchen durante menos de cinco minutos seguidos, que cierren los grifos mientras se afeitan o se lavan los dientes, que tiren de la cadena de forma selectiva y que laven la ropa con cargas completas.
El hotel El Tovar, el Bright Angel Lodge, el Maswik Lodge, el Phantom Ranch, el Yavapai Lodge y el Trailer Village RV Park están rechazando a los visitantes.
Los hoteles situados fuera del parque, en la cercana ciudad de Tusayan, Arizona, no se verán afectados, y el parque permanecerá abierto durante el día, según el NPS.
Se seguirá permitiendo acampar con grifos en funcionamiento en los baños, aunque se cerrarán las espitas de agua en los campings del South Rim.
Además, no se permitirá encender fuego en el South Rim ni en el interior del cañón. Las restricciones prohíben todos los fuegos de leña y carbón, incluidas las hogueras, los fuegos de calentamiento y las barbacoas de carbón.
Estas medidas se aplicarán en el South Rim «en un futuro previsible», según los responsables del parque, que esperan restablecer lo antes posible la plena operatividad para los visitantes que pernocten.
Sin embargo, el proceso de reparación se complica por el hecho de que las fugas se produjeron en una parte estrecha y peligrosa del cañón conocida como «The Box», junto con temperaturas que superan los 91 grados Fahrenheit en esta época del año. Una foto de una de las últimas roturas, compartida por los responsables del parque, muestra un chorro de agua que sale disparado de la tubería y atraviesa el estrecho cañón.
Desde 2010, el Transcanyon Waterline sufrió más de 85 roturas importantes que interrumpieron el suministro de agua, pero ninguna tan grave como la de este verano, según el NPS.
Recientemente la agencia federal inició la construcción para rehabilitar la línea de agua y mejorar el sistema de suministro de agua asociado. Se espera que el proyecto de 208 millones de dólares esté terminado en 2027.
«Esta inversión crucial en infraestructuras garantizará que el parque pueda satisfacer las necesidades de abastecimiento de agua de seis millones de visitantes anuales y unos 2500 residentes durante todo el año», declaró el NPS.
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