Una juez federal falló a favor de un predicador cristiano que demandó a Seattle tras ser detenido por hacer proselitismo en una manifestación a favor del aborto.
La juez federal Barbara J. Rothstein, del distrito oeste de Washington, firmó el 9 de septiembre una orden de consentimiento después que el pastor Matthew Meinecke y las autoridades llegaran a un acuerdo sobre el caso.
La orden impide permanentemente a la ciudad y a la policía aplicar contra Meinecke una ordenanza local de obstrucción a la policía «en parques públicos, calles u otros foros públicos tradicionales basándose en la reacción hostil real o prevista de un público».
En el acuerdo, la ciudad aceptó pagar a Meinecke 35,000 dólares como concepto de indemnización por daños y perjuicios, además de 80,000 dólares por concepto de costas procesales, según declaró su abogado, Nate Kellum, a The Epoch Times. Kellum es consejero principal del First Liberty Institute, un bufete de abogados de interés público sin ánimo de lucro con sede en Plano, Texas.
El caso se remonta al 24 de junio de 2022, cuando activistas proaborto celebraron una concentración para protestar por la decisión de la Corte Suprema de ese mismo día en el caso Dobbs contra Jackson Women’s Health Organization, que anuló el caso Roe contra Wade (1973). Dobbs sostuvo que el aborto no era un derecho constitucional y devolvió la regulación del aborto a los estados.
Meinecke dijo que asistió a la manifestación para leer la Biblia en voz alta, mostrar un cartel y distribuir literatura, pero no para condenar el aborto.
Según el bufete de abogados, los asistentes le arrebataron su Biblia, arrancaron páginas, la tiraron al suelo y le quitaron uno de sus zapatos.
Cuando llegó la policía, «al principio se mostró agradecido por la presencia policial», afirmaba la denuncia judicial presentada en marzo de 2023.
«Sin embargo, los policías no se ofrecieron a ayudar a Meinecke. Mientras él continuaba en el suelo, haciendo muecas de dolor por la agresión, los policías le ordenaron que abandonara la zona», decía la denuncia.
La policía ordenó a Meinecke que se retirara a un espacio donde ya no pudiera comunicar su mensaje. Cuando se negó a obedecer, lo arrestaron.
Dos días después, visitó el Seattle Center, un parque público donde se celebraba el Seattle PrideFest, un evento LGBT. De nuevo fue maltratado por los asistentes, y la policía volvió a detenerlo por negarse a trasladarse a otro lugar.
Meinecke fue acusado de obstrucción a un agente de policía según el Código Municipal de Seattle. El ayuntamiento argumentó que un oficial de policía puede obligar a un orador a abandonar un foro público si su discurso engendra una reacción hostil y «crea un riesgo de lesión», según la demanda judicial.
Según la demanda, esto equivale a un veto inconstitucional, que da a «quienes se oponen a la expresión… el poder de censurarla por el simple hecho de ser hostiles a ella».
En un escrito presentado el 20 de abril de 2023, el ayuntamiento afirmó que no se trataba de silenciar la expresión. En su lugar, se trataba de «restricciones razonables de tiempo, lugar y forma de expresión».
Las restricciones de tiempo, lugar y forma, que forman parte de la ley de la Primera Enmienda, regulan cuándo, dónde y cómo puede tener lugar la expresión.
La ciudad dijo que el «amplio esfuerzo de Meinecke por interpretar este caso como una venganza para silenciarlo es inconsistente con los hechos».
La ciudad dijo que no prohibió su discurso. En cambio, limitó su discurso de una manera constitucionalmente aceptable que era neutral en cuanto al contenido y estrechamente adaptada y que dejó abiertos «amplios canales alternativos de comunicación».
La corte federal de distrito denegó la solicitud de Meinecke de un requerimiento judicial preliminar contra Seattle en junio de 2023.
En abril de este año, la Corte de Apelaciones de Estados Unidos para el Noveno Circuito revocó esa decisión y emitió una orden judicial preliminar contra la ciudad.
«Las restricciones a su discurso fueron vetos de los manifestantes basados en el contenido, en los que los oficiales frenaron su discurso una vez que se manifestó la reacción hostil de la audiencia», dijo la corte de circuito. «Meineke estableció un daño irreparable porque la pérdida de las libertades de la Primera Enmienda constituye un daño irreparable, y el equilibrio de las equidades y el interés público favorece a Meinecke».
En el acuerdo, las partes acordaron que se emitiría una orden judicial permanente contra la ciudad.
«Este resultado es justo», dijo Kellum. «El gobierno nunca debe silenciar el discurso de un ciudadano solo porque a un público no le gusta lo que está escuchando», dijo. «El pastor Meinecke está encantado de dejar atrás este caso y volver a compartir el Evangelio en las calles de Seattle».
Un portavoz de la ciudad declinó hacer comentarios.
«Lo dejaremos pasar en este momento», dijo Tim Robinson, gerente de comunicaciones de la Oficina del Fiscal de la Ciudad de Seattle, por correo electrónico.
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