El 26 de mayo, la presidente de Taiwán, Tsai Ing-wen, condenó al régimen comunista chino por bloquear el acuerdo de la isla para obtener vacunas anti-COVID de la empresa alemana BioNTech. Al mismo tiempo, el régimen ha estado introduciendo vacunas de fabricación china en la isla, medida que un analista catalogó como parte de una «guerra de vacunas».
La presidente habló en una reunión del Partido Democrático Progresista de Taiwán el miércoles y dijo que los pedidos de las vacunas de AstraZeneca y Moderna se han reservado «sin problemas».
«En cuanto a la vacuna de la empresa alemana BioNTech, estamos cerca de completar el contrato con la fábrica alemana, pero debido a la interferencia de China, no hemos podido completarlo», dijo Tsai. Esta es la primera vez que los funcionarios taiwaneses han confirmado públicamente que el PCCh ha impedido que Taiwán obtenga la vacuna de BioNTech, que fue desarrollada en conjunto con Pfizer.
BioNTech se negó a comentar sobre los comentarios de Tsai, pero agregó que «apoya el suministro mundial de vacunas», según Reuters.
El Partido Comunista Chino (PCCh) negó haber impedido que las empresas extranjeras vendieran vacunas a Taiwán y se ofreció a proporcionar vacunas de fabricación china a la isla.
La empresa estatal china, Shanghai Fosun Pharmaceutical Co., dijo el sábado que está dispuesta a proporcionarle a Taiwán su versión de la vacuna BioNTech COVID-19. Fosun y BioNTech firmaron un acuerdo para desarrollar y vender en exclusiva las vacunas COVID-19 utilizando la tecnología de ARNm de BioNTech para China continental, Hong Kong, Macao y Taiwán.
En respuesta, Tsai dijo que Taiwán solo comprará directamente al fabricante original de la vacuna o negociará compras con el fabricante a través del esquema global de intercambio de vacunas COVAX.
“Solo negociando con el fabricante original podemos obtener la garantía directa y la responsabilidad del fabricante original por la calidad y la seguridad, evitando así riesgos legales y políticos”, dijo.
La Oficina de Asuntos de Taiwán del régimen comunista chino dijo que, si no hubiera obstáculos políticos, no sería un problema para China donar vacunas a Taiwán. En respuesta, Chen Shih-chung, ministro de salud de Taiwán, dijo en una conferencia de prensa el 26 de mayo: «Lo que le están inyectando a la gente allí [en China], no nos atreveremos a usarlo».
Sin embargo, varios políticos taiwaneses pro-China dijeron que el gobierno debería introducir las vacunas fabricadas por Fosun, ya que la necesidad de vacunas es ahora muy urgente en Taiwán.
Chen agregó que Taiwán no había visto documentación de respaldo sobre la versión de la vacuna de Fosun, y si la compañía podía proporcionar documentos oficiales, entonces podrían discutirlo.
Las vacunas fabricadas en China son conocidas por su mala calidad, efectos secundarios graves y falta de transparencia en los datos de los ensayos.
El analista de estrategia, Su Ziyun, le dijo a la versión para China de The Epoch Times que las vacunas escasean temporalmente en Taiwán debido al repentino aumento de COVID-19 que se dio este mes, y el PCCh está aprovechando esta oportunidad para lanzar una «guerra de vacunas» contra la isla. Su dijo que el PCCh espera provocar insatisfacción dentro de Taiwán para dividir a la sociedad taiwanesa con respecto a las vacunas y tratar de interferir con la prevención de la epidemia en Taiwán. «Este tipo de guerra de opinión pública fracasará tan pronto como Taiwán solucione la escasez de vacunas», dijo.
Taiwán, oficialmente conocida como la República de China, es un país soberano y aliado de Estados Unidos. Sin embargo, el régimen comunista chino lo ve como parte del territorio de China y recientemente ha aumentado las amenazas a su independencia y seguridad.
Chang Yuan-chang contribuyó a este artículo.
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