El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, anunció el martes una serie de acuerdos con Mauritania para frenar el flujo de inmigrantes que cruzan el océano Atlántico desde las costas de África Occidental hasta las Islas Canarias para intentar llegar a suelo europeo.
Sánchez realiza una gira de tres días por la región para reforzar las relaciones bilaterales con Mauritania, Senegal y Gambia.
Los tres países están siendo utilizados como puntos de partida para la mayoría de las embarcaciones de migrantes que navegan hacia Canarias, que se encuentra a solo 67 millas de la costa africana en su punto más cercano.
Desde enero han llegado en barco más de 22,000 personas, más del doble que en el mismo periodo del año pasado, según datos del Ministerio del Interior en Madrid.
En un discurso pronunciado junto al presidente de Mauritania, Mohamed Ould Ghazouani, en la capital, Nuakchot, Sánchez dijo que España ampliará a los mauritanos su programa de migración circular, que permite a los inmigrantes venir a trabajar temporalmente a España para trabajar en ámbitos como la agricultura, y renovará la cooperación entre las fuerzas de seguridad de ambas naciones para combatir las redes de tráfico y trata de personas.
«A pesar de la retórica que crece en Europa, la migración no es un problema», dijo, y añadió que España necesita trabajadores inmigrantes para ayudar en el envejecimiento de la sociedad española.
«Es una necesidad que conlleva ciertos problemas, y para ello debemos impulsar fórmulas que nos permitan gestionar el fenómeno migratorio de forma humana, segura y ordenada, en beneficio de nuestras respectivas sociedades».
«Hasta no hace mucho España también era un país de emigrantes (…) aspiraban a una vida mejor, muy parecida a la de quienes asumen grandes riesgos y se lanzan a esta peligrosa aventura», añadió Sánchez.
Entre los que consiguen llegar a Canarias hay miles de malienses que huyen de la violencia y la inestabilidad en la región del Sahel que asola el país desde 2012, así como principalmente hombres jóvenes de Senegal, Mauritania y otras naciones de África Occidental que buscan oportunidades económicas en Europa.
El reciente aumento del número de adolescentes y niños no acompañados que viajan a Canarias ha desbordado la capacidad de atención del gobierno local, y las autoridades españolas afirman que se preparan para un número aún mayor de llegadas en otoño, cuando mejoren las condiciones de navegación en la región.
Esta es la segunda visita que Sánchez realiza a Mauritania este año.
En febrero, viajó al país junto a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y anunció 210 millones de euros (235 millones de dólares) para ayudar a este país mayoritariamente desértico a frenar la emigración.
Considerado un faro de estabilidad en la inestable y violenta región, Mauritania acoge en su frontera a unos 200,000 refugiados malienses.
Ghazouani, reelegido en junio, agradeció a Sánchez la «»disponibilidad constante para desarrollar nuestro país» y buscar vías regulares de migración para sus ciudadanos.
Los mandatarios dijeron que sus gobiernos celebrarán otra reunión de alto nivel en Mauritania a principios de 2025.
Además de los acuerdos migratorios y de seguridad, España puso en marcha un consejo empresarial hispano-mauritano para impulsar las inversiones y anunció que abrirá una sede del Instituto Cervantes en Mauritania para promover la lengua y la cultura españolas.
«África seguirá siendo una prioridad de la política exterior española», afirmó Sánchez.
La visita de Sánchez a África se produce pocos días después de que miles de personas intentaran cruzar la frontera de Marruecos con el enclave español de Ceuta, entre ellos cientos de jóvenes que trataron de evitar los controles a nado.
Videos difundidos por los canales de noticias españoles durante el fin de semana mostraban a la policía española interceptando a posibles inmigrantes ilegales en el agua por la noche en medio de una espesa niebla, así como a plena luz del día, luchando por separar a los recién llegados de la multitud de personas que visitaban la playa.
Cristina Pérez, representante del gobierno español en Ceuta, ciudad autónoma española situada en la costa septentrional de África y fronteriza con Marruecos, declaró el lunes que desde el 22 de agosto un promedio de 700 personas habían intentado franquear la frontera diariamente, con un máximo de 1500 intentos el domingo. No precisó cuántos lo habían conseguido.
Con información de The Associated Press.
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