La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi (D-Calif.), exigió que se retiren 11 estatuas del Capitolio de EE.UU. en Washington, diciendo que «rinden homenaje al odio».
Las 11 estatuas representan a los soldados y oficiales que sirvieron en el Ejército Confederado, que perdió en la Guerra Civil de Estados Unidos. Incluyen estatuas de Jefferson Davis y Alexander Stephens, que fueron presidente y vicepresidente de la Confederación.
Pelosi en una carta (pdf) al presidente del Comité Conjunto de la Biblioteca, el senador Roy Blunt (R-Mo.) y la representante Zoe Lofgren (D-Calif.), la vicepresidenta del comité, alegó que las estatuas en el Capitolio deben «encarnar nuestros más altos ideales como estadounidenses, expresando quiénes somos y quiénes aspiramos a ser como nación».
«Los monumentos a los hombres que abogaron por la crueldad y la barbarie para lograr un fin tan claramente racista son una grotesca afrenta a estos ideales. Sus estatuas rinden homenaje al odio, no a la herencia. Deben ser retiradas», continuó.
Pelosi dijo que no quiere olvidar la historia para que no se repita, pero también cree que no hay lugar «para celebrar el fanatismo violento» de los que sirvieron en la Confederación en los salones del Capitolio.
El comité conjunto debería ordenar al arquitecto del Capitolio, J. Brett Blanton, que tome inmediatamente medidas para retirar las estatuas, dijo.
Cien estatuas, dos de cada estado, están en la Colección del Salón Nacional de Estatuas, expuestas en el salón y en todo el Capitolio.
Lofgren dijo en un comunicado que está de acuerdo con Pelosi en que las estatuas deben ser retiradas rápidamente, afirmando que el Capitolio «pertenece al pueblo estadounidense y no puede servir como un lugar de honor para el odio y el racismo que desgarra el tejido de nuestra nación, el mismo veneno que estas estatuas encarnan».
Blunt dijo en un comunicado que no depende del comité que dirige ni de Blanton decidir qué estatuas están en el Capitolio.
«Según la ley, cada estado decide cuáles son las dos estatuas que enviará al Capitolio. Varios estados se han movido para reemplazar las estatuas y otros parecen ir en la misma dirección», dijo.
«Este proceso es continuo y alentador. Como sin duda sabe la presidenta Pelosi, la ley no permite al arquitecto del Capitolio o al Comité Conjunto del Congreso de la Biblioteca retirar una estatua del Capitolio una vez que se haya recibido».
Se ha permitido a los estados sustituir las estatuas donadas a la colección desde el año 2000 mediante una solicitud por escrito después de que una estatua haya estado expuesta durante al menos 10 años, según la oficina de Blanton (pdf). La solicitud debe ser aprobada por el Comité Conjunto, que puede renunciar al requisito de tiempo si un estado lo solicita.
Los sujetos de las estatuas deben ser personas muertas que hayan sido ciudadanos estadounidenses y «sean ilustres por su renombre histórico o por sus distinguidos servicios cívicos o militares».
Blunt dijo a los reporteros en Washington que al menos tres o cuatro de las nuevas estatuas están siendo procesadas ahora, incluyendo una de Missouri, que está reemplazando una estatua de Thomas Hart Benton, un esclavista, con una estatua de Harry Truman.
«Mi opinión sería que a menos que haya una acción específica del Congreso que anule los acuerdos con los estados, los estados parecen estar dirigidos en este camino de todos modos, y esa es la mejor manera de lidiar con ello», concluyó.
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