El Pentágono dijo el 7 de septiembre que detuvo las entregas de los aviones de combate F-35 después que se descubrió que un componente utilizado en sus motores procedía de China.
El gigante de la defensa estadounidense Lockheed Martin, la compañía que fabrica los F-35, dijo que el componente es un imán en las bombas de la turbomáquina del avión, fabricada por la empresa estadounidense de piezas aeroespaciales, Honeywell International. La compañía de defensa agregó que el imán estaba hecho con una aleación de cobalto y samario que se originó en China.
Una turbomáquina es parte de lo que Lockheed Martin llama el «paquete de energía integrado» del avión F-35, que proporciona energía eléctrica para arrancar el motor del avión.
El 7 de septiembre, Russell Goemaere, portavoz de la Oficina del Programa Conjunto (JPO) del F-35 Lightning II, una agencia del Pentágono, dijo en un comunicado a la prensa que la oficina se enteró del origen de la aleación el mes pasado y que el problema “es potencialmente un incumplimiento” con las regulaciones federales de adquisición de defensa.
“El F-35 JPO detuvo temporalmente la aceptación de nuevos aviones F-35 para garantizar el cumplimiento del programa F-35”, dijo Goemaere.
No se han producido riesgos de seguridad
Sin embargo, Goemaere dijo que el imán en cuestión no ha resultado en ningún riesgo de seguridad.
“Hemos confirmado que el imán no transmite información ni daña la integridad de la aeronave, y no hay riesgos de rendimiento, calidad o seguridad asociados con este problema y continúan con normalidad las operaciones de vuelo para la flota en servicio del F-35”, dijo Goemaere.
“Una vez que se descubrió el problema”, el F-35 JPO “encontró una fuente alternativa para la aleación que se utilizará en futuras turbomáquinas”, continuó Goemaere.
Goemaere agregó: “Se están realizando más investigaciones para comprender los factores causales del incumplimiento y establecer medidas correctivas”.
Lockheed Martin y Honeywell han proporcionado declaraciones a Politico.
“Estamos trabajando con nuestros socios y el Departamento de Defensa para garantizar el cumplimiento contractual dentro de la cadena de suministro”, dijo la portavoz de Lockheed Martin, Laura Siebert. “El F-35 sigue siendo seguro para el vuelo y estamos trabajando con el Departamento de Defensa para resolver el problema lo más rápido posible para reanudar las entregas”.
“Estamos trabajando en estrecha colaboración con el DOD y Lockheed Martin para garantizar que se continúen logrando esos compromisos en los productos que Honeywell suministra para su uso en el F-35”, dijo el portavoz de Honeywell, Adam Kress.
La Oficina de Contabilidad del Gobierno de EE.UU. dijo en abril que la Fuerza Aérea, la Marina y el Cuerpo de Marines de EE.UU. tienen 450 aviones de combate F-35 y que el Pentágono planea comprar 2500 en total.
Desacoplamiento de China: Experto
En respuesta a la decisión del Pentágono, Anders Corr, director de la firma de consultoría política Corr Analytics, con sede en Nueva York, acudió a Twitter para decir que Estados Unidos debería desvincularse de China.
“Estados Unidos descubrió un imán chino en el motor del F-35 y lo está retirando”, escribió Corr mientras etiquetaba a la OTAN. “Ahora, si solo nuestros líderes se dan cuenta de que nuestras economías son tan críticas como nuestros F-35 para la defensa colectiva ante China, todos podemos proceder con el desacoplamiento económico”.
Corr hizo un llamado similar en mayo, luego de que el secretario de Estado Antony Blinken dijera que Estados Unidos no se desvinculará de China y que las dos naciones “tienen que tratar entre sí en el futuro previsible”, en un discurso que describe la estrategia de la administración Biden sobre China.
“De hecho, podemos desvincularnos cada vez más de China, si tomamos esa decisión”, escribió Corr en respuesta al discurso de Blinken. “Y avanzar gradualmente hacia esa elección nos da más poder de negociación con Beijing”.
Desde el comienzo de la guerra comercial entre EE.UU. y China, el concepto de desacoplamiento o separación entre ciertos sectores de las economías de EE.UU. y China se ha convertido en una opción muy comentada para Estados Unidos.
Las empresas que dependen de las cadenas de suministro chinas son vulnerables a la influencia del régimen chino. El Partido Comunista Chino (PCCh) también es conocido por realizar actividades de espionaje, robar propiedad intelectual y secretos comerciales de empresas e instituciones.
El expresidente Donald Trump planteó la idea de desvincularse de China durante su presidencia. Algunos legisladores republicanos también han hecho el mismo llamado.
“China ha sido un inversor depredador”
En febrero de 2021, el senador Tom Cotton (R-Ariz.) publicó un nuevo informe sobre China, en el que pedía la desvinculación de ciertos sectores de EE.UU. conectados con China, incluidos los minerales críticos, el entretenimiento, la educación superior, las telecomunicaciones y los semiconductores.
Un mes después, el representante Mark Green (R-Tenn.) recomendó que Estados Unidos debería apoyar el desarrollo de una base manufacturera en América Latina a medida que Estados Unidos se separa de China.
En julio, el senador Kevin Cramer (R-N.D.), durante una entrevista en el programa «Capitol Report» de NTD, dijo: «Deberíamos encontrar formas de desvincularnos de China, no encontrar más formas de traerlos, particularmente con inversiones de nuestro país”.
“China ha sido un inversor depredador durante mucho tiempo”, continuó Cramer. “Han demostrado su voluntad de usar incentivos económicos para obtener acceso a activos muy importantes”.
Cramer agregó: «No podemos simplemente ser adictos a las cosas baratas [de China] como una estrategia económica porque al final del día, eso termina costando más de lo que se podría ganar».
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