La Marina y el Ejército de EE.UU. realizaron con éxito una prueba de componentes y materiales de armas hipersónicas el miércoles, anunció la Armada, tras continuos esfuerzos para superar a Rusia y China en el desarrollo de armas hipersónicas.
Las armas hipersónicas se refieren a armas que pueden viajar más rápido que Mach 5, es decir, cinco veces más rápido que la velocidad del sonido, o alrededor de 3800 mph (6116 kph), y pueden maniobrar durante el vuelo.
Los Laboratorios Nacionales Sandia realizaron la prueba el miércoles en Virginia. La plataforma de lanzamiento usada está junto al mar en las instalaciones de vuelo Wallops, de la NASA.
«Esta prueba se utilizará para informar sobre el desarrollo de la capacidad de ataque hipersónico ofensivo del Arma Hipersónica de Largo Alcance (LRHW) de la Marina (CPS) y del Ejército», anunció la Marina estadounidense. Los esfuerzos están «en camino de apoyar el primer despliegue de una capacidad hipersónica para el Ejército» en el año fiscal 2023, dijo.
La prueba involucró el lanzamiento de precisión de un cohete de sondeo, un vehículo de prueba más pequeño y, por lo tanto, más asequible, para probar varios equipos de navegación y comunicaciones de armas hipersónicas.
Las pruebas también incluían ver si los materiales podían soportar el calor generado al viajar a Mach 5. «Estos cohetes contenían cargas útiles experimentales que proporcionaban datos sobre el rendimiento de los materiales y sistemas en un entorno hipersónico realista», dice un comunicado de la Marina.
A finales de esta semana se lanzará un segundo cohete de sondeo para completar la última ronda de pruebas.
La Armada dijo que los lanzamientos de cohetes de sondeo «llenan un vacío crítico entre las pruebas en tierra y las pruebas de vuelo del sistema completo» durante el desarrollo de los sistemas de armas.
“Esta prueba es un paso vital en el desarrollo de un misil hipersónico común diseñado por la Marina”, declaró la Marina. El misil consta de un cohete propulsor y un cuerpo de deslizamiento hipersónico común (CHGB).
Para operar, el cohete propulsor lanzaría el sistema para acelerarlo a velocidades hipersónicas en una trayectoria, y el cuerpo deslizante posteriormente se separaría y se deslizaría de regreso a través de la atmósfera a velocidades hipersónicas, con maniobras, para alcanzar su objetivo.
El sistema sería utilizado tanto por la Marina como por el Ejército, con sistemas de armas individuales y lanzadores diseñados para ser lanzados desde mar o tierra.
La primera prueba del sistema completo del arma hipersónica CHGB se llevó a cabo el 29 de junio en el Pacific Missile Range Facility de Hawai. Pero fracasó tras producirse una «anomalía» no especificada después del encendido.
Por otra parte, la Fuerza Aérea de EE.UU. ha estado desarrollando otro tipo de arma hipersónica destinada a alcanzar altas velocidades constantes en distancias más largas. El arma utiliza un motor supersónico de combustión ramjet (scramjet) para alcanzar altas velocidades. Se denomina Hypersonic Air-breathing Weapon Concept (HAWC) y puede utilizarse para ataques terrestres. La Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa de Estados Unidos (DARPA) confirmó en abril que ella y la Fuerza Aérea había realizado con éxito una prueba hipersónica de esta arma.
Esa prueba se produjo pocas semanas después de que Rusia anunciara en marzo que había usado un arma similar en Ucrania por primera vez, lo que también marcó la primera vez que se usaron tales misiles hipersónicos en combate.
Gillian Bussey, directora de la Oficina Conjunta de Transición Hipersónica del Departamento de Defensa, expresó su preocupación en febrero por la escala y el ritmo del desarrollo de la tecnología hipersónica en China. Agregó que es importante aumentar las capacidades hipersónicas de EE.UU., así como la tasa de su producción.
Estados Unidos se ha quedado atrás en el desarrollo de armas hipersónicas durante la última década. Esto se debe, en parte, a una burocracia militar muy engorrosa que puede retrasar el desarrollo de armas hasta 20 años por sistema, y, en parte, a la falta de necesidad percibida entre los altos mandos.
Andrew Thornebrooke contribuyó a este artículo.
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