Las personas que contraen COVID-19 tienen más probabilidades de sufrir problemas de salud mental, según un estudio recientemente publicado.
Los investigadores descubrieron que las personas con COVID-19 que no murieron tenían un 60 por ciento más de riesgo a cualquier diagnóstico o prescripción de salud mental, con problemas que incluyen trastornos del sueño, depresión y deterioro neurocognitivo.
Las personas con COVID-19, por ejemplo, tenían un 36 por ciento más de probabilidades de que les recetaran opioides en comparación con un grupo de control. Las personas con COVID-19 también tenían un 24 por ciento más de probabilidades de sufrir trastornos del sueño.
“Los riesgos fueron evidentes incluso entre las personas que no necesitaron hospitalización durante la fase aguda de la infección por SARS-CoV-2”, escribió en Twitter el Dr. Ziyad Al-Aly, director del Centro de Epidemiología Clínica del Departamento de Asuntos de Veteranos (VA) de EE. UU. Louis Health Care System, y uno de los investigadores.
El SARS-CoV-2 causa la COVID-19. También se le conoce como el virus del PCCh (Partido Comunista Chino).
Los investigadores llegaron a los hallazgos mediante el análisis de datos de las bases de datos de atención médica del VA.
Ellos dispusieron tres cohortes. Un grupo estaba compuesto por pacientes que buscaron atención en el sistema de salud de la agencia entre el 1 de marzo de 2020 y el 15 de enero de 2021, que dieron positivo por COVID-19 y sobrevivieron al menos 30 días desde la prueba positiva. Se les dio seguimiento a los pacientes hasta el 30 de noviembre de 2021.
Otro grupo estaba formado por pacientes que usaron el mismo sistema pero no dieron positivo por COVID-19. Se les dio seguimiento a los pacientes durante períodos de tiempo similares a los de la cohorte infectada.
Se reunió un tercer grupo para proporcionar una cohorte de control histórica. Ellos buscaron atención del sistema antes de la pandemia.
Las comparaciones del grupo infectado con el grupo de control contemporáneo y la cohorte de control histórica dieron como resultado números similares.
Los pacientes con COVID-19 con mayor riesgo de experimentar problemas de salud mental fueron los hospitalizados durante la fase inicial o aguda de la enfermedad. Pero los investigadores encontraron que incluso las personas con COVID-19 que no fueron hospitalizadas tenían más probabilidades de sufrir problemas de salud mental.
“Nuestros hallazgos muestran un mayor riesgo de trastornos de salud mental en personas con COVID-19. La evidencia también sugiere que las personas con trastornos de salud mental tienen un mayor riesgo de infectarse con SARS-CoV-2 y tener resultados graves. Esto probablemente sugiere la supuesta existencia de una conexión bidireccional en el sentido de que los trastornos de salud mental podrían predisponer a alguien a la COVID-19 y que la propia COVID-19 podría provocar manifestaciones adversas de salud mental. Se necesita una mejor comprensión de la interacción de los trastornos de salud mental tanto de riesgo como secuela de COVID-19”, escribieron los investigadores.
Los resultados del estudio observacional se publicaron en el British Journal of Medicine.
Las limitaciones del estudio incluyeron la composición demográfica de las cohortes, en su mayoría hombres blancos mayores, lo que podría limitar la aplicación al público en general.
La investigación fue financiada por el VA y un premio de la Sociedad Estadounidense de Nefrología.
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