Casi sin recursos y sin otras opciones, Perú comenzará formalmente a reabrir su confinamiento para relanzar la economía a partir de este viernes pese a la expansión inexorable del virus del PCCh (comúnmente conocido como nuevo coronavirus) que prosigue sin signos de abatimiento tras 54 días de uno de los más duros regímenes de aislamiento del mundo.
Lejos de doblegarse, los nuevos contagios, ingresos hospitalarios y muertes relativas al virus del PCCh siguen superándose casi día tras día y dejan en evidencia las limitaciones de las políticas de aislamiento social en el contexto de pobreza, informalidad laboral y ausencia del Estado en el que viven la gran mayoría de los peruanos.
La paradoja es que los esfuerzos peruanos en multiplicar la atención sanitaria, el apoyo económico a los más desfavorecidos y la contención ciudadana han evitado miles de muertes – hasta 460,000, según el Gobierno- si bien la realidad muestra también una imparable marea de contagios muy por encima de los objetivos gubernamentales.
Mercado de virus
«Perú ante la pandemia es como un equipo de la Copa Perú (segunda división), que está jugando la Copa Libertadores. Hemos aguantado bien la primera parte, pero en la segunda mitad, nos está revolcando», resumió para Efe la analista política María Alejandra Campos.
Campos explicó así la situación del país, en donde el cansancio de la población ante el confinamiento es cada vez más evidente, y los signos de incumplimiento masivo de las normas de aislamiento social están la orden del día, particularmente en los mercados y comercios, convertidos en el principal foco de contagio del país.
Durante todo este período, y pese a las ayudas públicas, la población continuó acudiendo de forma masiva a mercados, y con ella miles de trabajadores informales que dependen del día a día para poder comer, que aparentemente han diseminando la enfermedad.
«Más que el incumplimiento de la cuarentena, lo que faltó fue una estrategia sobre la informalidad. La gente se contagió en los mercados, no yendo trabajar o al estadio. Solo esta semana se han dado cuenta de que el 40 % de los tenderos de algunos mercados estaban enfermos. Ahora la enfermedad avanzó y ya no hay capacidad económica para aguantar tanto sin trabajar», apuntó la analista.
Reactivación inevitable
El Gobierno de Martín Vizcarra ya anunció que la reactivación de algunos sectores arrancará en fases, con el Estado de Emergencia, que ya amplió en dos ocasiones, listo para expirar este 10 de mayo.
Si bien aún no se pronunció sobre si alargará el plazo, varios funcionarios y expertos ya apuntaron que no se hará así porque la economía del país «no puede aguantar más».»La disyuntiva entre salud y economía, fue evidente en favor de la salud en el primer momento.
Pero ha cambiado y la prioridad es que ahora va a primar la economía. Y eso sin haber logrado controlar el virus y con el sistema sanitario colapsado, con pocas camas», indicó Campos.
Del mismo modo se expresó el analista Francisco Belaunde, quien apuntó que Perú está en una «tierra de nadie», con una «economía que tiene que reactivarse» pero en donde «la curva no se aplanó».
«Hay incertidumbre sobre lo que pasará. Y decepción porque no se logró controlar. Los casos siguen aumentando pero hay que asumir, sin saber cómo se controlarán los contagios», analizó en declaraciones a Efe.
Compleja desescalada
La desescalada del confinamiento, que ya tiene un cronograma, incluye amplias medidas y protocolos de seguridad para, por ejemplo, la restauración y los servicios de reparto a domicilio.
Sin embargo, esas medidas, complicadas de aplicar, no están, a juicio de Campos «poniendo el ojo en la realidad».
«Los planes de reactivación económica están bien, pero los protocolos están pensados para la economía formal, que ocupa solo al 30 % de la población… El resto no se mira, y es allí donde consumen los ciudadanos más humildes. ¿Qué medidas se pueden tomar para incorporar ese enorme sector económico que no está siendo considerado y que va a ser el principal foco de contagio?», se preguntó.
Una solución sería rebajar estándares para incentivar el cumplimiento de alguna medida de control a estos informales, pero eso es algo «muy impopular», y eso es algo que «Palacio de Gobierno no hará porque sabe que su legitimidad sale de su popularidad».
Vaso medio lleno
La popularidad del Ejecutivo, que se mantiene en el entorno del 80% desde que arrancó la pandemia, se justifica porque gran parte de la población está viendo el vaso medio lleno, antes que medio vacío, y en eso coinciden también los analistas.
«Evidentemente pudo haber sido peor, el gobierno tuvo que actuar en función de un sistema muy frágil, y ha podido aguantar hasta cierto punto. Hizo lo que pudo con lo que tenía, aunque aparentemente ha cometido errores tácticos», apuntó Belaunde.
Particularmente notable está siendo la carrera para habilitar camas hospitalarias y de cuidados intensivos, que se ha mantenido levemente por encima de oleada de muertes en un esfuerzo agónico.
«Aquí el vaso está medio lleno, sin duda. Los actores sectoriales que mejor lo han hecho han sido Salud y Economía. Apenas había 100 camas UCI cuando empezó la crisis, ahora más de 800. Hoy está colapsando, pero aguantó 50 días… Dadas las limitaciones, se respondió bastante bien», razonó Campos.
Según los últimos datos, los fallecidos por la pandemia en Perú han llegado a 1444 y los contagios a 51,189 personas.
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