Cientos de peruanos que llevan más de cinco semanas confinados en Lima sin recursos y lejos de sus hogares pretenden iniciar una peregrinación masiva de hasta 700 kilómetros a pie para regresar a sus ciudades y pueblos de origen, a pesar de las prohibiciones de movimiento impuestas por las autoridades.
Concentrados en las distintas salidas de la capital, estos grupos de diferentes partes del territorio peruano tratan de presionar así a las autoridades para que les den alternativas de retorno a sus domicilios, pues desde que comenzó la cuarentena está suspendido cualquier transporte de pasajeros a nivel interprovincial.
La mayoría de estas personas, entre ellos ancianos, niños y familias completas, se encontraban temporalmente en Lima cuando comenzó el confinamiento el 16 de marzo, pero las distintas prórrogas decretadas hasta ahora les han obligado a agotar sus posibilidades de subsistencia lejos de sus lugares de origen.
Dispuestos a cruzar los Andes
En la salida sur de Lima hay apostados alrededor de 200 personas en la Carretera Panamericana por la que están dispuestos a caminar 766 kilómetros hasta llegar a la región andina de Apurímac, en el sur del país, pero de momento un grupo de policías les impide seguir el camino.
Asimismo, en la salida este de la capital peruana existe otro número similar de personas que desde el jueves quiere emprender una larga caminata hasta la región Junín e incluso algunos hasta Pucallpa, capital de la amazónica región de Ucayali, que se encuentra a unos 725 kilómetros al este de Lima.
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En este punto hubo por la tarde un ademán de enfrentamiento con el contingente de la Policía Nacional del Perú (PNP) que evita su avance mediante un cerco que los caminantes intentaron romper para proseguir su marcha. La situación de calmó gracias a funcionarios del gobierno regional de Junín que realizaron un censo.
La ruta por la Carretera Central no solo implica varias noches de pernoctar en el camino sino también cruzar la cordillera de los Andes, con pasos de montaña que llegan a los 4.800 metros de altitud.
Infectados por COVID-19 entre caminantes
La intención de estos grupos es seguir el ejemplo seguido por alrededor de 700 de habitantes de la región andina de Huancavelica, que la semana pasada emprendieron desde Lima la marcha por la Carretera Central sin cesar hasta que las autoridades les ofrecieron autobuses para completar el recorrido.
Antes de ello fueron obligados a someterse a pruebas rápidas de detección del virus del PCCh (Partido Comunista Chino), comúnmente conocido como nuevo coronavirus y más de 40 dieron positivo, entre ellos una mujer embarazada, niños y un bebé de 4 meses, quienes fueron hospitalizados en la villa de los Juegos Panamericanos, habilitada como hospital de emergencia.
En esa caminata participó el congresista opositor Posemoscrowte Chagua, integrante del etnocacerismo, una corriente política ultranacionalista e indigenista liderada por Antauro Humala, hermano del expresidente Ollanta Humala (2011-2016), que este lunes ha anunciado que ha dado positivo para el COVID-19, aunque sin síntomas.
Los que pudieron viajar a Huancavelica fueron ubicados en un local para cumplir dos semanas de cuarentena, aunque este lunes el presidente de Perú, Martín Vizcarra, reconoció que alguno de ellos no cumplieron con esa medida de restricción.
Vuelos extraordinarios a la Amazonía
Esta situación de grupos vulnerables de personas sin posibilidad de continuar el confinamiento en Lima ha obligado al Gobierno a reanudar los vuelos de carácter humanitario entre distintas regiones que ya hizo durante la primera semana de la cuarentena, cuando la previsión era que la medida de contención finalizase a finales de marzo.
Así, el Ejecutivo anunció que el martes se realizará un traslado aéreo desde Lima a la región selvática de San Martín. «Estamos preparados y organizados para recibir a 1500 personas, de las cuales 468 vienen por vía aérea», dijo el domingo el gobernador regional, Pedro Bogarín.
En estos traslados el Gobierno dará prioridad a ancianos, niños, mujeres embarazadas, personas discapacitadas, personas necesitadas de algún tratamiento médico y personas con alta vulnerabilidad económica, quienes viajarán en vehículos a la mitad de capacidad, para mantener distancia entre los viajeros.
A pesar de que Perú fue el primer país de Latinoamérica en decretar la cuarentena general y obligatoria, cuando apenas tenía registro de 71 casos, la emergencia está a punto de desbordar su frágil y fragmentado sistema sanitario tras registrar 445 muertes y 16.325 infectados desde que el 6 de marzo se detectó el primer caso.
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