El exasesor de Donald Trump, Peter Navarro, está a punto de convertirse en el primer funcionario de su administración en cumplir condena en prisión y el primer funcionario de la Casa Blanca en ser encarcelado por desacato al Congreso, después de que la Corte Suprema denegara un último intento de evitar la sentencia.
El 19 de marzo, el Sr. Navarro, de 74 años, deberá ingresar en un campo de mínima seguridad de Miami, Florida, para cumplir su condena de cuatro meses por desacato al Congreso en 2023, tras desafiar una citación del comité selecto del 6 de enero, liderado por los demócratas de la Cámara de Representantes.
«Por primera vez en 240 años, un asesor de la Casa Blanca será enviado a prisión por desacato al Congreso a pesar de las opiniones ininterrumpidas del Departamento de Justicia que afirman que la aplicación del estatuto penal de desacato no se puede aplicar constitucionalmente a ellos», dijo el abogado defensor del Sr. Navarro, Stanley Brand, a The Epoch Times.
El Sr. Brand dijo que todos los funcionarios actuales y futuros de la Casa Blanca estarán ahora «sujetos al desacato del Congreso en violación de la separación de poderes» y de la «capacidad de los presidentes de tener garantizada la confidencialidad con sus asesores cercanos».
Previamente, el 15 de marzo, el Sr. Navarro presentó una petición de emergencia al presidente de la Corte Suprema, John Roberts, para evitar ingresar en prisión el 19 de marzo, pero el 18 de marzo, el juez Roberts rechazó la petición y se negó a suspender la sentencia del Sr. Navarro.
«Esta solicitud se refiere únicamente a la cuestión de si el solicitante, Peter Navarro, ha cumplido con su carga para establecer su derecho a un alivio en virtud de la Ley de Reforma de la Fianza», escribió el juez Roberts.
El juez se refirió a la decisión de una corte de apelaciones de que el Sr. Navarro «perdió» la capacidad de impugnar la determinación de una corte de distrito de que el expresidente Donald Trump no evocó el privilegio ejecutivo.
«No veo ninguna base para estar en desacuerdo con la determinación de que Navarro renunció a esos argumentos en el procedimiento de liberación, lo cual es distinto de su apelación pendiente sobre los méritos», agregó el juez Roberts.
En respuesta a la decisión del juez Roberts, el Sr. Navarro emitió un comunicado el 18 de marzo en el que afirmaba que seguiría apelando su caso, incluso si la resolución se producía después del final de su condena de prisión, ya que «la separación constitucional de poderes se verá irreparablemente dañada y la doctrina del privilegio ejecutivo (…) dejaría de funcionar», si la apelación fracasa.
El exasesor dijo que su encarcelamiento «partidista» debería «helar los huesos de todos los estadounidenses».
«En el sistema de justicia convertido en un arma por Joe Biden, un Congreso y un Departamento de Justicia controlados por los demócratas, junto con un juez de distrito nombrado por Obama y tres jueces de Corte de Apelaciones nombrados por Obama, llevaron al ferrocarril de Navarro directamente a la cárcel».
«Si alguien piensa que estos partisanos y políticos togados no vienen a por Donald Trump, ellos deben pensarlo dos veces ahora», añadió el Sr. Navarro.
Preparándose para la cárcel
Más allá de ser el primer funcionario de la Casa Blanca que pasa un tiempo entre rejas por desacato al Congreso, el Sr. Navarro —quien no tiene antecedentes penales— también está trazando un nuevo territorio al ir a la cárcel por primera vez.
«Cualquiera que se enfrente a esta situación estará, naturalmente, muy preocupado y asustado. Es un entorno diferente, y ciertamente, uno con el que seguramente todos mis clientes nunca estarían familiarizados», dijo Sam Mangel, asesor penitenciario del Sr. Navarro.
El Sr. Mangel ayuda a preparar a los convictos, especialmente a los que delinquen por primera vez como el Sr. Navarro, para sus condenas de cárcel o prisión.
No se espera que el Sr. Navarro cumpla toda su condena ya que, «en general, cualquier persona con su estatus de seguridad y sin antecedentes, con una condena de cuatro meses, no suele cumplir más de 90 días», dijo el Sr. Mangel a The Epoch Times.
Dos de sus exclientes se encuentran actualmente en la prisión de Miami y pueden ayudar al Sr. Navarro a «aclimatarse» proporcionándole los primeros artículos de aseo, sugerencias para la asignación de camas y ayudarle a encontrar trabajo entre la «miríada de opciones» que ofrece la prisión.
Debido a la edad del Sr. Navarro, es poco probable que se le impongan trabajos forzados, pero en cuanto al trabajo exacto que realizará en prisión, el Sr. Mangel dijo que «él tendrá que averiguarlo», ya que la edad, la condena y las condiciones médicas determinan a qué trabajos puede optar un recluso.
El Sr. Navarro también espera ser colocado en un dormitorio para reclusos mayores, que el Sr. Mangel dijo que es mucho más tranquilo, más limpio y «menos caótico» que los dormitorios con reclusos más jóvenes.
Aunque la prisión de Miami es una de las más antiguas del país, tiene aire acondicionado «siempre que funcione», dijo el Sr. Mangel, aunque hay ventiladores a disposición de los reclusos cuando no funciona.
«Ellos hacen lo que pueden. No es un hotel. [Los reclusos] tienen que darse cuenta de que [no van] al Four Seasons, ni siquiera al Motel Six», añadió el asesor penitenciario. «No es un ‘club federal’ como la gente [o] la prensa tiende a hacer ver. Estos campos no son eso».
Las prisiones tampoco tienen privacidad. No importa en qué dormitorio esté un recluso, las habitaciones son de puertas abiertas y todas las actividades están constantemente vigiladas por el personal.
Las actividades disponibles incluyen voleibol, bochas, correr en la gran pista al aire libre, ajedrez, backgammon y clases impartidas por el personal y los reclusos.
También hay 20 televisores en las instalaciones, algunos en español, ya que la prisión alberga a reclusos estadounidenses y puertorriqueños.
«Aunque sí, en última instancia la cárcel es muy aburrida, cuanto más productivo es uno, más rápido pasa el tiempo, y cuanto más puede aprovecharlo, ese tipo de tiempo de inactividad le da la oportunidad de considerar realmente por qué está allí y mantener claras sus prioridades», añadió el Sr. Mangel.
El Sr. Navarro también dispondrá de 510 minutos de llamadas telefónicas gratuitas al mes y correo electrónico ilimitado de 6.00 a 9.30 horas.
Todo lo que el Sr. Mangel describió se aplica a «lo que cualquier persona experimentaría al ir a un campo de mínima seguridad, que tiene un consultor o alguien para guiarlos [a ellos]», y no necesariamente algo específico para el Sr. Navarro, porque su situación es exclusivamente suya.
Aun así, el Sr. Mangel entiende lo que se siente después de haber consultado a otros que están en los zapatos del Sr. Navarro.
«Me siento mal por él, como por todos los que se encuentran en esa situación. Pero acabará rápido».
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