Plan de Biden para cumbre con Xi muestra la debilidad de su política hacia China

La Administración Biden aparentemente busca un compromiso amigable a expensas de los logros del pasado

Por Anders Corr
08 de noviembre de 2021 3:15 PM Actualizado: 08 de noviembre de 2021 3:15 PM

Análisis de noticias

Politico reportó que el presidente Joe Biden planea una cumbre con el líder chino Xi Jinping, en la que permitirá la reapertura de los consulados chinos y la relajación de las restricciones de visado de la era Trump. Esto es un gran error, como admite su Consejo de Seguridad Nacional.

Xi está demostrando que no solo los buenos terminan en último lugar, sino que los malos terminan en primer lugar. Al parecer, el mal comportamiento del dictador en materia de cambio climático, Taiwán y armas nucleares está provocando humillantes intentos por parte de Biden y compañía de aplacar a China reabriendo los consulados chinos en Estados Unidos, y rogando cooperación en las mencionadas cuestiones existenciales.

La mejor manera de conseguir la cooperación de China no son las propuestas amistosas en respuesta a sus presiones hostiles, sino cantidades iguales de condiciones para contrarrestar. Cuando Beijing amenace a Taiwán, hay que enviar tropas estadounidenses a la isla-democracia. Cuando Beijing se niegue a cumplir sus compromisos climáticos, hay que cancelar los nuestros hasta que China cambie de opinión. Cuando Beijing construya cientos de nuevos depósitos de misiles nucleares para sus armas hipersónicas, deberíamos modernizar y ampliar nuestra propia tríada nuclear. Demostrar que podemos ganarle a Beijing en su propio juego negativo, para forzar su cooperación para que todos vayamos en una dirección más positiva.

No espere que el Partido Comunista Chino (PCCh) coopere por la bondad de su propio corazón. El PCCh está buscando cualquier ventaja que pueda conseguir para ampliar su poder relativo frente a las democracias del mundo que ahora lideran Estados Unidos y la Unión Europea.

Se dice que Biden y compañía están haciendo lo contrario de lo que deberían hacer. Mientras que Biden quiere una cumbre en persona, Xi se ha negado y solo aceptará una cumbre virtual, según informa Phelim Kine en Politico. Esto ya indica que Biden está en la cuerda floja en las próximas negociaciones, como reconoce el exdiplomático Chas Freeman, que señala en el artículo que «si se trata de ver quién se acerca a quién desde una posición de fuerza, quizá Xi esté en mejor posición».

El artículo de Politico no ofrece ningún comentario sobre por qué Biden ya está en desventaja con Xi, o cómo invertir la dinámica. En su lugar, el autor demuestra por qué preguntando sin aliento: «¿Serán los líderes capaces de reajustar la relación bilateral hacia un compromiso más amigable?».

Este es exactamente el tipo de pregunta ingenua que Beijing quiere que hagan los medios de comunicación estadounidenses. Semejante ajenidad a la historia presiona a Biden para que ofrezca un «compromiso amigable» a los medios de comunicación, cuando lo que se necesita es lo contrario para mostrar al PCCh que Estados Unidos y nuestros aliados ya no serán tratados como tapetes.

Según Politico, es improbable que Beijing ceda en la próxima cumbre en temas críticos como Hong Kong, los uigures y Taiwán, pero «las fuentes dicen a China Watcher que es probable que se anuncien acuerdos sobre la reapertura de consulados y la flexibilización de las restricciones de visado».

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La gente mueve bolsas de basura del consulado chino en Houston, Texas, el 24 de julio de 2020. El Departamento de Estado de Estados Unidos ordenó a China cerrar el consulado. (Mark Felix/AFP vía Getty Images)

El Consejo de Seguridad Nacional lo desmintió posteriormente, pero ¿por qué los miembros de la Administración Biden insisten en volver a plantear la idea de ceder algo a cambio de nada?

El autor insinuó que la reapertura de los consulados chinos y la entrega de visados representa un «progreso», pero el anterior presidente Donald Trump puso en marcha esas restricciones de visado y cerró esos consulados, por razones importantes que no han hecho más que agravarse durante la presidencia de Biden. Beijing utilizó sus consulados y estudiantes para el espionaje, y el cierre de los mismos envió el mensaje correcto, puso fin al menos a algunas de las actividades malignas de Beijing en suelo estadounidense, y fue un paso muy necesario en la dirección de la desvinculación del PCCh.

Ahora, las presiones políticas sobre Biden para que llegue a acuerdos con Beijing que demuestren el éxito de su estrategia de compromiso renovada aumentarán a medida que se acerque la cumbre entre Estados Unidos y China. Mientras que Beijing no aceptó unirse al acuerdo START de limitación de armas nucleares, renovado en febrero de 2021 por Rusia y Estados Unidos, ahora Politico espera que «el reciente ensayo con éxito de un misil hipersónico por parte de China y su espectacular expansión de su arsenal de cabezas nucleares probablemente pongan en la agenda la creación de un diálogo bilateral sobre armas nucleares».

Pocas posibilidades de que esa agenda produzca algún acuerdo cuando Beijing demuestra a diario que puede hacer lo que quiera en materia de armas nucleares sin consecuencias.

Beijing está cambiando los hechos sobre el terreno a su favor, y nosotros nos encontramos en una situación de creciente desventaja en las negociaciones, por culpa nuestra. Acordamos restricciones con Rusia, pero sin insistir en que se incluyera a China. Ahora, China nos tiene en jaque porque nosotros estamos limitados, y ella no.

Seguimos esperando «aliviar las fricciones comerciales» y avanzar en el compromiso climático, incluso cuando Beijing no ha cumplido sus compromisos comerciales previos y se ha saltado las negociaciones de la COP26 en Glasgow durante la semana pasada. Este es el patrón que los liberales estadounidenses parecen no poder reconocer ni contrarrestar: Beijing sigue cambiando las reglas del juego a su favor, y Estados Unidos sigue rogando que se detenga sin imponer nunca costes reales. ¿Por qué habría de cumplir el PCCh si nunca tomamos medidas concertadas para obligarlo a seguir las normas internacionales?

Politico citó con aprobación a Andrew Mertha, director del Programa de Estudios sobre China de la Universidad Johns Hopkins, quien dijo sobre la esperada cumbre Biden-Xi: «Incluso si no hay una conversación profunda y sustantiva, y mucho menos un resultado, el simple hecho de establecer o restablecer el tono de la relación es un objetivo clave».

No.

Mertha y el resto del mundo académico deberían saber que las cumbres sin resultados, cuando el PCCh sigue ganando terreno, son peor que nada porque normalizan lo que Beijing está haciendo: genocidio, expansión territorial y amenazas de guerra contra nosotros y nuestros aliados.

Los analistas blandos con China no entienden que la mejor manera de detener a un matón es dejar de ser amable. Cuanto más amable sea, más le dará autoridad para seguir intimidando. No espere ningún progreso importante sobre China por parte de la Administración Biden, en ningún momento. Lo que Biden está haciendo con respecto a China es casi nada, demasiado tarde y está orientado hacia un objetivo: la reelección basada en un «compromiso amigable» sin sentido pero que complace a la multitud.


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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times

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