Un grupo de pobladores del distrito de Machu Picchu, que alberga la ciudadela inca, amenazaron este martes con iniciar paros en los ingresos al monumento, después del anuncio del Ministerio de Cultura de Perú de eliminar los puntos de venta de entradas presenciales y que solo sea posible adquirirlas de forma virtual.
«Lo que se pretende es dejar sin actividad económica al distrito de Machu Picchu. Esos mil boletos (vendidos de forma presencial) generan actividad económica en todos los sectores; sin embargo, se quiere respaldar el acaparamiento de boletos por intermedio de las de las agencias de turismo y de los operadores turísticos», dijo el presidente del Frente de Defensa del distrito Machu Piccu, David Moreno, al Canal N.
El aforo diario a Machu Picchu es de 4044 plazas, de las cuales 1000 entradas se venden de manera presencial en el pueblo de Aguas Calientes y, según la denuncia de los pobladores, el Ministerio de Cultura pretende que próximamente solo se puedan adquirir en una plataforma digital.
Este anuncio ha sido recibido por pequeños comerciantes que viven del turismo en este pueblo de forma negativa, al argumentar que los 1000 visitantes que llegan cada día a comprar sus entradas ya no lo harán y esto va a perjudicar su actividad económica.
«Cuando ellos vienen acá a comprar esos boletos, utilizan los servicios de hostales, restaurantes, del mercado de abastos. Están matando la economía del distrito, nos condenan a despidos», añadió Moreno.
Explicó que los turistas que llegan sin entrada consumen en su localidad y también contratan servicios de los 600 guías locales que viven de esta actividad.
Además de ellos, muchos turistas acuden a Aguas Calientes como punto intermedio desde Cuzco para visitar Machu Picchu y se alojan y alimentan en ese punto. Los turistas critican con frecuencia los altos precios de todos los productos y hoteles de ese municipio.
También hay habitantes de la zona que revenden entradas adquiridas previamente a precios mucho más altos de los estipulados.
«Es una movilización en vía de protesta, porque debemos hacer notar al Ejecutivo y al Ministerio de Cultura nuestra disconformidad con la venta total por medios virtuales de los boletos. Creemos que se están vulnerando nuestra economía», concluyó.
Pero Moreno agregó que siguen abiertos al diálogo con el Ministerio de Cultura.
Poco después de este anuncio de paros, la ministra de Cultura, Leslie Urteaga, puntualizó también en Canal N que aún se pueden comprar estas 1000 entradas diarias de forma presencial, y que no se pasará a la virtualidad total hasta que «se agoten las líneas de diálogo» con los pobladores.
Y adelantó que van a aumentar el número de ventanillas en diciembre, al ser temporada alta, para mejorar la atención de los turistas.
Hace unos días sostuvo en la emisora RPP que en 2022 se decidió tener 1000 entradas de forma presencial, pero que esto «ha traído algunas consecuencias, sobre todo para la imagen del país, para la buena disposición que tienen los visitantes de conseguir un boleto y posiblemente que se están quedado una, dos o hasta tres noches para conseguir un ticket».
La ciudadela inca, el mayor atractivo turístico del país andino, concentra en los últimos tiempos protestas de pobladores que piden aumentar al aforo del monumento y poder vender más entradas, mientras las autoridades culturales quieren proteger el estado de la maravilla del mundo.
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