El poder económico del Partido Comunista Chino (PCCh) convierte a las empresas y a los gobiernos en «subordinados», lo que contribuye al plan de Beijing de alcanzar la hegemonía mundial, según el analista de China Anders Corr.
«Las corporaciones [y]… los gobiernos están empezando a alinearse con lo que el Partido Comunista Chino quiere que hagan… de una manera que realmente debería preocuparnos», dijo Corr, director de la empresa de asesoría Corr Analytics y autor de «La concentración del poder», al programa «American Thoughts Leaders» de EpochTV.
Corr, que también escribe una columna para The Epoch Times, afirma que el PCCh coacciona a las empresas para que hagan su voluntad a cambio de acceder al mercado chino, que representa el 20 por ciento de la economía mundial.
Las empresas tienden a cumplir con el PCCh porque quieren vender sus productos a los 1400 millones de habitantes de China y obtener de ellos mano de obra barata, según Corr.
Tal fue el caso de Apple, dijo Corr. La compañía supuestamente llegó a un acuerdo secreto con el PCCh en 2016 para gastar 275,000 millones de dólares en China durante cinco años, con la inclusión de la transferencia forzada de tecnología. Corr dijo que el acuerdo fue aparentemente coaccionado ya que el PCCh estaba haciendo que ciertas aplicaciones no estuvieran disponibles en la tienda de aplicaciones de Apple.
«Si demuestras a China que estás del lado del Partido Comunista Chino… [al] donar 275,000 millones de dólares en un acuerdo secreto de transferencia de tecnología a China, si demuestras eso… quizás te den un mejor trato… que maximice tus ingresos a corto plazo y aumente tu bonificación como director general, pero traiciona a los accionistas en el futuro», dijo.
Corr argumentó además que tales acciones son posibles debido a la concentración de poder del PCCh, que le permite «actuar como guardián» del mercado chino. Este tipo de poder no está al alcance del Presidente de Estados Unidos, debido a la libertad económica del país, añadió.
Según Corr, muchas de estas empresas que hacen tratos con el PCCh están dispuestas a pasar por alto las continuas violaciones de los derechos humanos perpetradas por el régimen por codicia.
Corr mencionó que algunos empresarios, como el multimillonario gestor de fondos de cobertura Ray Dalio, justifican sus acuerdos con el PCCh diciendo que no pueden involucrarse en cuestiones de derechos y gobernanza, y que Estados Unidos también tiene sus propios problemas. Pero Corr cree que esta afirmación es inaceptable.
«No se puede comparar un triple genocidio en China, de los uigures, los tibetanos y Falun Gong con lo que ocurre en Estados Unidos», dijo Corr. «Comparar los dos es un encubrimiento total de China y una calumnia para Estados Unidos».
El analista dijo que el PCCh tiene el objetivo de lograr la «hegemonía global», que es una verdad aceptada en el mundo académico. Explicó que el PCCh utiliza este poder económico para ampliar su influencia política en Estados Unidos.
«La influencia que Beijing tiene sobre la política estadounidense a través de nuestras corporaciones es en realidad bastante similar a la influencia que Beijing tiene en otros países», dijo.
«Ya sea en Uganda o en Filipinas, ejercen bastante poder al poder activar y desactivar las importaciones y exportaciones entre China y todos los demás países del mundo».
Corr afirmó además que las democracias occidentales no están haciendo lo suficiente para contrarrestar la expansión del PCCh, y que deberían coordinar un enfoque estratégico hacia China, junto con otros países occidentales «para que se aseguren de que nuestras corporaciones no están vendiendo la democracia cuando hacen negocios en China».
«Deberíamos resistir más, deberíamos ver más pruebas de resistencia contra el PCCh, que no estamos viendo. El G7… no pudo ponerse de acuerdo ni siquiera en un boicot diplomático a los Juegos Olímpicos cuando hay tres genocidios en marcha en China», dijo.
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