La policía mexicana detuvo a un sospechoso en relación con el secuestro de cuatro ciudadanos estadounidenses en Matamoros la semana pasada, informaron las autoridades.
La secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana de México, Rosa Icela Rodríguez Velázquez, identificó al sospechoso como José Guadalupe, de 24 años, en una conferencia de prensa, según informes locales.
Al parecer, Guadalupe había estado vigilando la casa donde los estadounidenses secuestrados, Latavia «Tay» McGee, de 35 años, Shaeed Woodard, de 33, Zindell Brown, al parecer de unos 20 años, y Eric James Williams, de 38, fueron mantenidos cautivos y torturados.
Los estadounidenses fueron localizados el martes por la mañana en una pequeña casa de madera en un campo a las afueras de Matamoros, según Américo Villarreal, gobernador de Tamaulipas, donde se encuentra Matamoros.
Dos de ellos, Woodward y Brown, estaban ya muertos cuando fueron encontrados, según las autoridades.
Los sobrevivientes fueron trasladados a Brownsville, Texas, informó New York Post. La esposa de Williams declaró a la CNN que había recibido un disparo en la pierna. No está claro si McGee sufrió heridas.
«Derivado de las acciones conjuntas de la búsqueda, fueron localizados los cuatro ciudadanos estadounidenses privados de su libertad el pasado viernes», dijo en Twitter el Procurador General de Justicia de Tamaulipas, Irving Barrios Mojica. «Desafortunadamente, dos fallecieron. Continúan labores de investigación e inteligencia para capturar a los responsables. Más adelante se darán detalles».
Regresan a Estados Unidos
En un posteo posterior, Barrios confirmó que los dos sobrevivientes fueron llevados a la frontera y entregados a las autoridades estadounidenses.
El fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, también dijo en un comunicado el martes que dos de los estadounidenses murieron y otro resultó herido.
«Los dos estadounidenses sobrevivientes están recibiendo ahora tratamiento médico en Estados Unidos», indicó Garland.
Los cuatro ciudadanos estadounidenses fueron asaltados y secuestrados en México el 3 de marzo, poco después de cruzar a Matamoros en un monovolumen blanco con matrícula de Carolina del Norte, según el FBI.
Las autoridades no dieron los nombres de los estadounidenses, pero cada una de las personas estaba siendo identificada por sus familiares. El FBI ofreció una recompensa de USD 50,000 por su regreso.
«Poco después de cruzar a México, hombres armados no identificados dispararon contra los pasajeros del vehículo. Los cuatro estadounidenses fueron introducidos en un vehículo y sacados del lugar por hombres armados», informó el domingo la embajada de Estados Unidos en Ciudad de México.
Un vídeo posteado en Twitter muestra supuestamente el momento en que los estadounidenses fueron retenidos a punta de pistola y obligados a subir a la parte trasera de una camioneta blanca por hombres que parecían llevar chalecos antibalas y rifles largos.
La madre de McGee, Barbara Burgess, dijo a ABC que su hija viajó de Carolina del Sur a México para someterse a un procedimiento médico cosmético.
El Departamento de Estado actualiza sus recomendaciones de viaje
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, dijo a primera hora del martes que el Departamento de Justicia de Estados Unidos, el FBI, la Administración para el Control de Drogas y el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos han estado trabajando en colaboración con las autoridades mexicanas tras el incidente del secuestro.
«Nosotros seguimos trabajando con las autoridades mexicanas para saber más y para que todos los estadounidenses regresen a Estados Unidos. Se ha mantenido informado al Presidente [Joe] Biden sobre este incidente. Altos cargos de la Casa Blanca también se han puesto en contacto con nosotros», declaró Jean-Pierre en rueda de prensa.
«Seguiremos trabajando estrechamente con el gobierno mexicano para garantizar que se haga justicia en este caso. Desde el primer día de esta administración, nos hemos centrado en desarticular las organizaciones criminales transnacionales, incluidos los cárteles mexicanos de la droga y los contrabandistas de personas», dijo Jean-Pierre, añadiendo que Washington estaba en contacto con las familias de las personas.
Tras el secuestro, el Departamento de Estado emitió un aviso advirtiendo a los estadounidenses que no viajaran al norteño estado mexicano de Tamaulipas, citando el aumento de la actividad criminal violenta y los secuestros.
«La actividad del crimen organizado –incluyendo tiroteos, asesinatos, robos a mano armada, robos de coches, secuestros, desapariciones forzadas, extorsión y agresiones sexuales– es común a lo largo de la frontera norte y en Ciudad Victoria», indicó el Departamento de Estado.
Según el aviso, los grupos criminales del estado atacan regularmente autobuses de pasajeros públicos y privados, así como automóviles particulares, a menudo llevándose pasajeros y exigiendo el pago de rescates.
The Epoch Times se ha puesto en contacto con las autoridades mexicanas para recibir sus comentarios.
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